jueves, 29 de diciembre de 2011

Otro año que se va...

Como pasa el tiempo, que lo parió.

Sé que en este momento se estarán preguntando que es lo que fue de mí, justamente, en todo este tiempo en que no di señales de vida ¿No?.
Venían acá y no estaba. Iban al otro boliche y tampoco. Y se quedaban entonces así, intrigados, con los ojos muy abiertos y haciendo montoncito con la mano, preguntándose con la voz algo quebrada por la angustia "¿Pero donde está? ¡¡¡Oh Dios mío!!! ¿¿Donde está??" para después irse a llorar desconsoladamente a su habitación repitiendo esa misma frase pero a los gritos, demostrando lo mal que están.
"¿Que les importa donde estuve? ¡Probelma mío, manga de exagerados!" les respondería yo si fuera un tipo mal encarado y asqueroso.
Pero la verdad es que soy un amor de persona, así que les cuento: estuve internado, pasando por dos (Si, si. DOS. Porque yo soy así. Si hago algo lo hago a lo grande) cirugías, sufriendo, creo, todo el dolor que un ser humano puede tolerar y, por que no decirlo, acariciando el frío terciopelo del velo de la muerte.
Bueno, esto último quizás sea una licencia literaria (porque en el fondo soy un poeta), pero bueno, básicamente eso fue lo que pasó.
Y no. No voy a dar detalles.
Soy un amor de persona, pero hasta ahí nomás. No mucho. Además no sean chusmas. Solo sepan que casi casi me pierden. Es que el que manejaba la ambulancia no conocía muy bien las calles... ¡Jaaaaaaajajajajaaaaa!.... eeehhmmm... bue... ejem... fue un chiste.

En fin...

La cosa es que, ciertamente, no estuve de humor ni en condiciones como para escribir.
Está bien que la última entrada fue en Junio y yo estuve vislumbrando la Luz blanca de la eternidad (otra licencia literaria. No lo puedo evitar) como dos meses después, pero bueno, antes tampoco tenía muchas ganas.
Además ya había avisado que era muy probable que este año escribiera poco (lo que no avisé fue que, encima, escribiría cada vez peor, pero bueno, eso se fue dando) y, como saben, yo soy un hombre de palabra, sobre todo cuando se trata de no hacer nada.

La cuestión es que hoy, como cada fin de año, solo vengo a declarar que ¡¡Por fin se termina este año de mierda!!
Y esta vez lo digo con ganas.
Solo espero que el año que viene, al menos, sea mejor que este.
Igual, como sabrán, según los Mayas, una antigua tribu centroamericana que vestía únicamente con trajes de baño (de ahí su nombre), dentro de un año el planeta esplota y todos vamos a morir, así que tampoco me calienta mucho.

Así que bueno, eso sería todo.

Solo pasé a saludar, a sacudir un poco las telas y el polvo de este sitio y a traer tranquilidad a los millones.... Bueno, no, capaz que es mucho.... A los miles.... No, tampoco... ¿Cientos?... Mmmmno, no se si llego... Bue, a los tres o cuatro locos que frecuentan este coso, demostrando que todavía estoy por acá.

Y no me quisiera ir sin antes dejar un mensaje profundo, sentido y... respimporoteante: vivan HOY, porque este momento es lo único que realmente tienen. El pasado ya no existe y el futuro es solo una ilusión. No den nada por sentado (ni por parado, ni acostadito). La vida puede cambiar en un segundo sin aviso. Y después es tarde para lamentarse.
"Lo que no se agradece, se pierde" decían los sabios de la antiguedad, y tenían razón.
Aunque todo parezca ir mal, siempre hay algo que valorar. Algo que cuidar. Algo que agradecer.

(Si me pongo medio místico sepan comprender. Es que me sacaron toda la medicación de golpe).

Será entonces hasta la próxima (Si es que la hay. No se. Hay que ver. Yo voy a hacer lo posible pero viste como es. Uno propone y el Universo dispone. Y Dios, que es un jodón bárbaro. Que se yo. Vamos a ver. No se, no se...).

¡¡Feliz Navidad!!

Ah ¿Que? ¿Ya pasó?... Uh, bue...

¡¡Que la inocencia les valga!!...

¿También pasó?... ¡Pero será posible!

Bueno... ¡¡Que tengan un muy feliz comienzo de año entonces!!




N.D.Q.E (Nota del que escribe): Este texto fue realizado al vuelo. Sin borrador previo. Sepan dispensar el desorden y/o/u la paupérrima redacción. Ya comenté lo de los medicamentos ¿No?
Ya vendrán tiempos mejores... Aunque si es cierto esto de que se acaba el mundo no sé si da para decir eso... pero bueno... felices pascuas.

lunes, 13 de junio de 2011

Titán

Por tantos goles...

Por tantas alegrías...

Por tantas emociones...

Por todo lo que nos diste...


Simplemente...


y ETERNAMENTE



¡GRACIAS LOCO!


viernes, 6 de mayo de 2011

Crítica de cine: THOR


Creado en 1962 por Stan Lee y Jack Kirby, “Thor” es uno de los héroes mas icónicos del Universo Marvel, en especial para aquellos que han sabido seguir las series editadas pertenecientes a ese Universo pero, al mismo tiempo, quizás, es uno de los menos típicos del mundo de los cómics debido, fundamentalmente, al hecho de que su extraordinario poder no es el resultado de algún hecho fortuito del destino, sino que es, directamente, de origen divino.
O sea, el tipo es ni mas ni menos que un Dios. El Dios del Trueno para ser mas preciso, hijo de Odín, el Dios Supremo y Padre de Todo de la mitología nórdica.
Esta particularidad hace que en sus historias casi siempre se entremezclen por igual las clásicas temáticas superheroicas habituales del género, con variados elementos de origen mitológico provenientes de la colorida y poderosa tradición vikinga, lo cual dota al personaje con una cuota de originalidad poco frecuente.
Justamente por este hecho, el llevarlo a la pantalla grande (un proyecto que comenzó a gestarse hace como veinte años) se presentaba como un desafío que podría haber dado como resultado tanto una gran película, como un fiasco infumable con una historia destrozada por esas lamentables y pedorras adaptaciones que suele hacer la industria cinematográfica para hacer al producto mas comercial y aceptable para el público en general.
Afortunadamente, el resultado final en este caso fue mucho mas cercano a la primera opción y, si bien no es una película perfecta y podría haberse esperado mucho mas de ella, al menos brinda por momentos un espectáculo visual extraordinario, se mantiene fiel a los personajes y a la historia original y de ninguna manera puede decirse que termina decepcionando.


Sinopis

La historia inicia con el relato de cómo, en tiempos antiguos, la Tierra (o Midgard, uno de los Nueve Mundos) era invadida por el maligno rey Laufey al mando de su ejército de gigantes de hielo provenientes del reino de Jotunheim con el fin de conquistarla para convertir todo en un gran freezeer, pero era detenido, luego de una encarnizada y sangrienta batalla, por el Dios Odín y su ejército de guerreros provenientes del Reino de Asgard.
Derrotado, Laufey es entonces despojado de la fuente de su poder (una especie de maquina de hacer cubitos cuadrada y azul) y obligado a regresar a Jotunheim humillado y con las manos vacías, mientras los asgardianos le cantan a coro “Mirá mirá mirá, sacale una foto… se vuelven para Jountehim con el culo roto”.
Desde entonces, con los gigantes de hielo recluidos en su planeta y Odín erigido como el Dios protector de los Nueve Mundos, la paz finalmente reina en el Universo.
Sin embargo, muchos siglos después, y justo el día en que Thor, el irreverente primogénito de Odín, iba a heredar el trono y en Asgard había fiesta, misteriosa e incomprensiblemente, tres gigantes de hielo logran evadir la guardia del estricto e inexpugnable Dios Heimdall, atravesar el Bifröst (el puente arco iris que une a Asgard con los otros mundos) y luego de traspasar las, hasta ese momento, infranqueables murallas del palacio, llegar hasta la sala de reliquias donde se hallaba resguardada la fuente de poder de Laufey, con la evidente intención de robársela y llevarla de nuevo para su mundo.
Por fortuna, Odín que no tiene un pelo de zonzo y además, lo ve todo (porque tenía cámaras de seguridad por todos lados), se aviva y así medio por telepatía (los Dioses pueden hacer de todo), activa al Destructor, una especie de robot guardián bastante jodido que tira fuego por la cara, el cual logra detener a los invasores antes de que logren su cometido.
Sin embargo, a pesar de haber detenido esa amenaza, para todos era obvio que algo andaba mal ya que nadie se puede explicar como cuernos los gigantes habían podido llegar tan lejos, burlando absolutamente todas las medidas de seguridad del Reino.
-¡Esto esunescan! ¡Dalunabuso!- grita Thor medio sacado y recaliente porque por culpa de este quilombo le cagaron la fiestita de coronación –¡Hay que tomar medidas ya ya ya mismo. Vamo a Jotunheim a buscarlos vamo!.
-No, dejémoslón así- replica Odín medio pancho –Si a la final no se llevaron nada, no se llevaron. Lo importante es que nadie salió lastimado.
-¿Como que no padre? ¿Y los dos guardias que liquidaron los gigantes?-
pregunta Thor señalando a los montoncitos de hielo en que habían quedado convertidos los guardias.
-Ah, si… bueno… jeje… eso… No me di cuenta- responde Odín que se ve que ya estaba medio gagá -Pero igual, ya pasó. No hagamos de esto un incidente mas grave.
-¡¡Que no!! ¡¡Que no!!- grita Thor revoleando su martillo con una mano y haciendo montoncito con la otra –Yo digo que vayamos ahora a Jotunheim y les llenemos la cara de dedos a esos gigantes pecho frío (lo mira a su hermano Loki que estaba ahí al costado medio de adorno y le guiña el ojo) ¿Se entendió? Jeje. Son pecho frío porque son gigantes de hielo ¿Estuve bien eh? Jeje.
Odín lo mira como con fastidio, revolea los ojos y da un suspiro. -No- dice –Acá el Rey de Todo soy yo y ya dije que no. Punto. Se acabó. Se finí. Tufí memé.
Thor no se queda demasiado conforme con la resolución, pero la acata de mala gana y se va a picar algo.
Al rato se le acerca Loki y le dice medio por lo bajo –Yo creo que vos tenés razón. Para mi que habría que ir a arreglar los tantos. Sino quedamos como unos cagones. Claro que para hacerlo tendrías que desafiar al papi.
-Se, ya se-
dice Thor –Pero no le va a gustar que lo desafíe.
-No se eh-
insiste Loki que era bastante mete púa -Capaz que te lo dijo para probarte, a ver si tenes las pelotas como para decidir algo por vos mismo. Es mas, cuando te fuiste me pareció que dijo “Si no me desafía es un putito”.
-¿Ah si?- grita Thor recaliente –¡Ahora va a ver ese viejo buscarroña!- Y ahí nomas agarra su martillo y junto con Loki, y sus amigos guerreros Fandral, Hogun, Volstagg y la bella Sif, sale a las chapas para Jotunheim.
Así, luego de atravesar el Bifröst con la venia de Heimdall, el grupo llega al helado y sombrío planeta y empiezan a buscar al Rey Laufey para pedirle explicaciones.
Lo encuentran al rato, ahí haciéndose un té. Helado por supuesto.
-¡¡Ehh gato!!- le grita Thor -Acá vengo a que me expliques a ver como fue que tres de los tuyos me fueron a casa a hacer quilombo violando la tregua que teníamos entre los reinos. Eh, explícame… A ver…
-Yo no tengo que darte ninguna explicación a vos muñeco- responde Laufey casi con indiferencia –Y mejor que vos y tus amiguitos se las tomen de mi mundo porque sino los hago sacar a patadas en el culo.
-¡Yo no me voy nada!-
grita Thor sacando pecho –Yo soy el poderoso Thor, hijo de Odín y Señor del Trueno, los relámpagos y los refucilos, y me voy si yo quiero.
Y ahí al toque empiezan a salir gigantes de hielo de todos los rincones y los rodean con cara de pocos amigos.
-Bueno, me voy… pero porque se me da la gana- dice Thor mirando de reojo para todos lados –Pero ya vas a ver…
-Si, mejor andate princesita- le tira Laufey en tono burlón –A ver si se te congela la chuchi...
Para que. Ahí Thor se pone como loco y le tira una martillazo al pecho que casi lo mata.
Y esto por supuesto desata la hecatombe. La debacle total.
Una seguidilla de hechos bochornosos que involucran a Thor, al rey Laufey, a Los amigos de Thor, a los gigantes de hielo, a Vanilla Ice, al hombre de la barra de hielo, a Jessica Cirio (porque tiene flor de toor… ¿Se entiende el juego de palabras? Toor, Thor… jojojo… soy un tsunami de comicidad), a Sub Zero, al Caballero del Cisne y a un heladero que pasaba por ahí que no tenía mucha visión para los negocios.
Luego de darse duro y parejo por un rato, Laufey medio que se pudre (y además se calienta, porque los Asgardianos se la re bancan) y les larga al perro, que era una bestia monstruosa que tenía ahí congelada en una montaña, para que los saque carpiendo.
Los guerreros asgardianos, que eran valientes pero no boludos, enseguida captan la indirecta y deciden dar por terminada la batalla mientras corren perseguidos por el monstruo, pero Thor que recién estaba precalentando, lejos de amedrentarse sale a las chapas, va y lo mata.
-¡¡Sultán!!- grita Laufey desesperado, y ahí si se enoja en serio, porque la criatura era monstruosa pero él la había criado de cachorrito.
En ese instante, con gran perspicacia, Thor y sus guerreros se dan cuenta de que la cosa se les puede poner peluda y salen carpiendo a pedirle a Heimdall que les abra el puente para tomarse el palo.
Le pegan un par de gritos, y nada. Le mandan un mensaje de texto, y nada. El puente no se abre.
Cuando quieren darse cuenta están al borde de un precipicio y rodeados de un montón de gigantes de hielo dispuestos a hacerlos granizado.
-Eh loco, no te vas a calentar por lo del perro- dice Thor intentado calmar los ánimos.
Justo en ese momento el Bifröst se abre y emerge de un enceguecedor rayo de luz el mismísimo Odín.
-¡¡Que les dije de venir a hacer quilombo acá con los vecinos!! ¡¡Caminen para casa mocosos de porquería!!- grita el Padre de Todo a su hijo y su grupete de amigos.
Y así medio a los empujones los va metiendo de a uno en el puente de luz para llevárselos de nuevo para Asgard.
-¡Que conste que nosotros no empezamos eh!- le grita Laufey mientras se van –Después no te quejes si esto trae cola viejo eh. Mirá que ya estás grande Odín. Te puede hacer mal eh.
Odín se da vuelta como para responderle pero no dice nada y le hace un gesto obsceno tomándose la entrepierna con ambas manos antes de desaparecer.
-¡¡Canas verdes me van a sacar!! ¡¡Canas verdes!!- grita Odín en cuanto llegan a Asgard, furioso con los desorejados de sus hijos –Les prohibí expresamente que no fueran a hacer bardo a lo del gigante de yelo y fueron igual. Esto es el colmo ¿Qué tienen para decir?
-Fue todo idea de Thor- dice Loki señalando a su hermano, re alcahuete.
-Y seee claro, me lo suponía. Cuando no. El señorito del trueno tenía que ser- replica Odín muy enojado.
-Y bueno– grita Thor –Que querés, si vos no querías hacer nada. Ellos empezaron pá, y yo como futuro gobernante tenia que ir a poner las cosas en claro y a imponer respeto y…
-¡Pero que futuro gobernante ni que ocho cuartos!- grita Odín poniéndose como loco – ¡¡Acá el que corta el bacalao todavía soy yo, y si yo había dicho que no se podía ir usté hace caso y se queda piola!! ¿Está claro?
-¡No!–
grita Thor encaprichado –¡Ya es hora de que yo me vaya haciendo cargo de todo porque vos ya sos un viejo choto, no haces lo que hay que hacer, y decís pavadas y en cualquier momento hasta te empezás a hacer caca encima! ¡Tendrías que estar en un asilo ya!
-UUhhhh lo que te dijo paaaa-
murmura bajito Loki que seguía sembrando cizaña.
-¡¡Basta!! ¡Ahora si que te fuiste al carajo!- grita Odín lanzando rayos y truenos por el culo -¿Así que soy un viejo choto? Ahora vas a ver lo viejo choto que soy.
Y ahí nomás le quita el martillo y grita “¡¡Yo, Odín, Padre de Todo, en el nombre de todos mis antepasados El Tata Odón, el abuelo Odún y el tío Odol a partir de este instante te condeno a vivir en Midgard como mortal hasta que se te bajen un poco los humos!!” y lo manda de un voleo al Bifröst con dirección a la Tierra, mientras Thor, despojado de todo su poder grita “Viejo putooooooooo” y desaparece.
Acto seguido Odín lanza un encantamiento sobre el Mjölnir (el martillo) para que solo aquel que fuera realmente digno del poder del Dios del Trueno fuera capaz de levantarlo, y lo lanza también al Bifröst.
A partir de ese momento, entonces, el poderoso y arrogante Thor, ahora convertido en un simple y vulgar mortal, llega a la Tierra donde deberá aprender a convivir y a desenvolverse en un mundo que no entiende, y esforzarse por ser capaz de aprender los valores y las cualidades que le permitan recuperar su preciado martillo y volver a ser digno del poder divino que le corresponde por herencia y linaje, mientras que en su mundo, Asgard, su maligno hermano Loki ve ahora el camino libre para llevar a cabo su secreto plan de traicionar a Odín y usurpar el Trono.

Y a partir de aquí, la película se centra fundamentalmente en la relación de Thor con Jane Foster, la humana que lo encuentra y de la cual se enamora, y esto es, justamente, lo que hace que, por momentos, la historia se vuelva quizás algo mas lenta y monótona.
O sea, es muy, pero muy notoria la diferencia que hay entre las escenas que se transcurren en Asgard con las que suceden en la Tierra.
Definitivamente, los puntos mas altos de la película están dados por las secuencias del primer caso (la batalla con los gigantes de hielo, por ejemplo, es grandiosa y muestra a Thor a pleno) mientras que la mayoría de las segundas, como dije, mayormente dejan la espectacularidad de lado para intentar darle a la relación romántica entre los protagonistas una profundidad que nunca llega a concretarse.
A pesar de esto la historia se mantiene entretenida, dinámica, y no llega a aburrir en ningún momento gracias, en parte, a unos efectivos toques de humor, pero fundamentalmente, además, a que se emplea con suficiente eficiencia el recurso de mostrar alternadamente el curso de los hechos que se van sucediendo paralelamente en ambos mundos.
El guión, por otra parte, es simple y cumple con la función de ser el hilo conductor de lo que va sucediendo, aunque algunos diálogos tal vez se pasen un poco de livianos.
Las escenas de acción están muy bien logradas, sostenidas por unos efectos visuales de gran espectacularidad y una banda sonora que acompaña eficientemente sin desentonar, y algunas se desarrollan, además, en escenarios que fueron creados con mucho cuidado y una gran calidad artística (el diseño de Asgard, por mencionar lo mas notable, está impecable).
Algo que hay que destacar también es la calidad del vestuario, el cual se nota muy bien confeccionado, algo que suele ser no muy frecuente, lamentablemente, en este tipo de películas en las que se imponen las capas y las armaduras.
En cuanto a las actuaciones en primer lugar hay que destacar que el casting esta muy bien seleccionado, y las caracterizaciones muy cuidadas lo cual, para los amantes del cómic, siempre es un detalle muy bienvenido y fundamental.
Chris Hemsworth, a pesar de sus limitaciones actorales, logra componer un Thor creíble y carismático, y sobrelleva con suficiencia la responsabilidad de sostener el peso del personaje, ayudado, además, por sus mas que envidiables atributos físicos (los cuales, hay que decirlo, son muy apreciados por la platea femenina, que en cierta escena se ahoga en baba).
Junto a él, una Natalie Portman que lamentablemente no llega a lucirse en su rol de Jane Foster, fundamentalmente debido a que, de por si, el personaje nunca consigue adquirir la importancia o el peso que se pretendió darle (Igual es hermosísima y se banca unos primerísimos planos tremendos sin que se le note una sola imperfección a su rostro), pero que cumple eficientemente con su parte; un, como siempre, muy sobrio Anthony Hopkins en el rol de Odín que logra con su interpretación lo mejor que se podría haber logrado dadas las características del personaje; y un Tom Hiddleston que compone a un Loki mas que adecuado y que logra convertirse con efectividad en la contrafigura de la historia.
Completan el reparto Kat Dennings como Darcy, Idris Elba como el Dios Heimdall, Stellan Skarsgard como el profesor Andrews, Colm Feore como el Rey Laufey, Renee Russo como Frigga (casi de adorno) y Clark Gregg como el agente Phil Coulson entre otros.
La película fue dirigida por Kenneth Branagh, un director bastante particular, quizás de una escuela mas clásica, pero que en esta oportunidad le puso garra y consiguió redondear un producto mas que entretenido para todos los gustos.

Calificación: 4 Renegados y medio con truenos y relámpagos (Muy buena. Un buen comienzo de lo que será, seguramente, una franquicia exitosa. Gran despliegue visual, una buena dosis de acción y el debut en la pantalla grande de un personaje que definitivamente deja con ganas de mas. Muy recomendable).

Recomendaciones: Si Ud. es fanático de los cómics y las películas de superhéroes vaya verla. No se la pierda porque después se va a arrepentir.
Si Ud. no es fanático de los cómics y las películas de superhéroes, vaya igual. No se va a aburrir.
Si Ud. gusta de la mitología y esas cosas, vaya a verla, pero no rompa las pelotas con los detalles históricos y esas cosas. Es una adaptación.
Si Ud. va a ver la película acompañado de su esposa, novia, amante o levante ocasional, prepárese para cuando el protagonista aparezca en cueros porque por ahí verla babear tanto le hace mal a su miserable autoestima.

Datos a tener en cuenta: Para los fanáticos de los cómics, atentos a la breve pero significativa aparición de Hawkeye, como adelanto de lo que será la película de “Los Vengadores”.
Hay una escena extra después de todos los títulos del final. No es gran cosa pero supongo que hace a la continuidad de la historia en el futuro.

jueves, 14 de abril de 2011

Cuestión de percepción

Observe esta imagen:



El primer pensamiento que le vino a la mente fue:


A) Es una pareja de enamorados caminando por una calle de Milán.

B) Es un asalto con toma de rehenes.


Puede justificar si quiere.

viernes, 1 de abril de 2011

Las siete plagas

Todo comenzó hará un par de meses, si mal no recuerdo. Si, mas o menos. Estoy casi seguro. Tampoco es que te puedo decir justo el día y la hora, pero por ahí andará. No fue hace mucho.
Fue en esos días, decía, cuando todo comenzó. Cuando sufrimos el primer ataque, la primer señal del apocalippis que se avecinaba.

En mi casa empezaron a verse cucarachas.

Y no cucarachitas. Cu-ca-ra-cha-s. Señoras cucarachas. Importantes. De esas medio coloradas que vuelan. Y que cuando no vuelan, corren. Y que cuando no corren… bueno, caminan. No van a andar en bicicleta. Ya sería el colmo.
Como sea, el punto es que empezaron a verse seguido. O, mejor dicho, mas seguido de lo habitual.
Y por habitual me refiero a que, hasta ese momento, solo podía llegar a aparecerse una a las perdidas, muy de vez en cuando, producto quizás de la fumigación inesperada de alguno de los departamentos vecinos, lo cual ocasionaba que el pobre batracio se viera forzado a huir buscando refugio y que llegara entonces así medio tosiendo y tapándose la boquita con su pañuelito a ocultarse en mi casa, cosa que no hacía mas que agregarle apenas, con suerte, unas míseras horas a su existencia, ya que convivo con alguien que es extremadamente exigente con el tema de la limpieza (y remarco la palabra “extremadamente”. Y “exigente” también. Y “rompepelotas” también. ¿A eso no lo había dicho? Uh…) y que al instante de notar la presencia de la pequeña exiliada, corría a tomar el veneno pertinente para rociarla hasta la muerte.
Sin embargo esta vez, fue distinto.
No nos encontramos con una solitaria cucaracha medio perdida, sino que fueron varias. Y no una vez cada tanto, sino casi a diario, durante varios días.
Esto, obviamente, fue todo un escándalo, y dio lugar a una inmediata lucha sin cuartel encabezada por la Sra. Renegado (yo hubiera ayudado pero es que todavía estaba de vacaciones y me daba fiaca) que, exasperada ante esta oleada invasora, no perdió tiempo en armarse con sendos tarros de veneno y cebos cucarachicidas que esparció casi esquizofrénicamente por todos los rincones de la casa (incluso un día encontré uno debajo de mi almohada), asegurando que es necesario matarlas porque son sucias y sino, además, y cito textualmente sus palabras, “a la noche, mientras dormís, la cucaracha viene y te lame la cara. (Por favor, si alguien tiene información fidedigna respecto de esta afirmación le ruego me la haga llegar).

Pero la cosa no terminó ahí. Ese fue solo el principio.

A tan solo días de esta primer y misteriosa invasión, y aún recibiendo una que otra visita cucarachil cada tanto, empezamos a oír, además, y principalmente en horas de la noche, unos extraños ruidos en la cocina. No en la habitación cocina, sino en la cocina misma. Como si algo hubiera dentro, debajo o detrás del horno.
Por supuesto, la primer hipótesis que surgió fue que eran las cucarachas, lo cual no era especialmente tranquilizador ya que dada la intensidad de los sonidos, de ser causados por una cucaracha, era evidente que esta debía tener aproximadamente el tamaño de un control remoto y evidentemente, encima, parece que estaba enojada, seguramente debido a que quizás se había tomado a mal que liquidáramos a unos cuantos de sus congéneres (aparentemente las cucarachas son un poco sensibles).
Y esos ruidos siguieron con el correr de los días, haciéndose cada vez mas frecuentes y, además, lo que fuera que los estaba produciendo hasta parecía estar ganando terreno ya que también, de vez en cuando, parecían provenir del lavadero y de detrás de la mesada.

Francamente la situación comenzaba a tornarse ya bastante molesta y, debo reconocerlo, un poco inquietante.

Así estaban las cosas cuando un día, estando yo distraído, sumido en mis pensamientos, en una nube de pedos como suelo estar cuando estoy en casa y de vacaciones, voy a entrar a la cocina y, como en un flash, apenas con el rabillo del ojo, alcanzo a divisar algo así como una pequeña sombra que, a gran velocidad, pareció introducirse en un mínimo espacio que queda entre la cocina y la mesada.
Luego de unos segundos de estupor (porque me quedé ahí en la puerta de la cocina un poco paralizado del cagazo que me pegué), lentamente me acerqué al lugar para ver que era lo que había, pero no solo no pude ver nada sino que, como suponía porque algo a mi casa la conozco, ese era un espacio demasiado estrecho como para que algo pudiera meterse allí.

Y ahí mismo, en ese instante, supe lo que pasaba.

Primero los ruidos extraños y ahora “algo” que desaparecía fugazmente por un lugar imposible. Claro. Era obvio.
"¡¡Un duende!!” grité. Y salí corriendo.

Pero resultó que al final no era un duende. Era una rata.
Lo comenzamos a sospechar cuando, además de los consabidos y molestos ruiditos, se empezó a oír como unos chilliditos, tipo “Cuiiiiiiii iiiiiiiii yyiiiii” provenientes de debajo de la cocina, y lo confirmamos rotundamente cuando un día, volviendo del supermercado, entramos al departamento y nos encontramos con el atrevido roedor paseando lo mas choto por el living como pancho por su casa.
Ese día también descubrí que mi mujer tiene el superpoder de correr a la velocidad de la luz. O quizás el de la teletransportación. No se. No podría asegurarlo ya que me fue imposible ver como fue que hizo para pasar de estar parada detrás mío a estar en la habitación, subida a la cama y gritando “¡Subite a una silla! ¡Subite a una silla!”, en un abrir y cerrar de ojos.
Hasta la ratita se paró asombrada con las manitos en la cintura y dijo “¡Faaaaaaaaaa!” cuando la vió desaparecer.

Obviamente, como es de suponer, si lo de las cucarachas había provocado un pequeño escándalo, descubrir que estábamos conviviendo con una rata fue directamente una hecatombe.
De inmediato la Sra. Renegado cayó como poseída por el espíritu de Yiya Murano, y comenzó a aparecerse todos los días con un veneno distinto y a sembrarlos por todos los lugares que aparentemente frecuentaba Ratatuli (si, le puse nombre a la ratita. Es que yo me encariño enseguida) obsesionada con darle muerte.
La persecución duró semanas, pero el primer triunfo fue para la rata que, aparentemente, o era invulnerable o nos estaba tomando el pelo, porque a pesar de haberse comido como medio kilo de veneno, seguía vivita y coleando lo mas campante (Incluso medio que nos gozaba. Un día hasta nos dejó una notita que decía “Gracias por la comida chicos, pero porfi no me llenen tanto el platito que ya estoy hecha una vaca jajajaja. Sigan participando. Besis”).
Finalmente y dado que la situación ya se estaba poniendo bastante insoportable, (y Yiya... digo la Sra. Renegado también), decidimos contratar los servicios de un exterminador profesional, seguros de que con eso se pondría fin al problema.

Pero no.

La rata se cagó de risa de nosotros, del exterminador y de su superveneno infalible, y un poco también de un chiste que le contaron y recordó justo en ese momento.
La derrota fue humillante.

Cuando ya todo parecía ser inútil y prácticamente estábamos por entregarle a Ratatuli las escrituras del departamento y buscando un lugar donde irnos a vivir, un día, encontrándome yo fuera de casa, recibo un inesperado mensaje de texto de mi mujer que decía “Iba a hacer empanadas. Prendí el horno y sentí un chillido. Ahora hay olor a pelo quemado”.
Esa noche cenamos empanadas fritas.
Al otro día nomás llamamos a un gasista para que desarme la cocina, esperando encontrarnos con el dantesco espectáculo del cadáver rostizado de la pobre y combativa ratita pero, para nuestra sorpresa, no encontramos nada.
Lo que si se hallamos fue una capa de mas o menos un milímetro de espesor de veneno para ratas pulverizado (el mismo con el cual la habíamos estado alimentando) en lugares que, según el gasista, suponían un gran peligro ya que por acción del calor podrían emanar vapores muy tóxicos.
“¡¡Esa rata mugrienta nos quiso envenenar!!” exclamó mi mujer indignada, y aparentemente convencida de que estuvimos conviviendo con un roedor mutante que era un genio del mal.

Como sea, la buena noticia es que desde ese día los ruidos cesaron, y Ratatuli, tan misteriosamente como llegó, desapareció.

En ese punto llegamos a creer que ya todo había terminado, que todo había sido simplemente la consecuencia del reciclado de casas viejas en el barrio o cosas así, y que finalmente nuestro hogar volvía a ser ese santuario de pulcritud e higiene que siempre fue…
Pero nos equivocamos.

Muy poco tiempo después comenzamos a encontrar, en distintos sitios de la casa, como unos pequeños gusanos blancos, bastante desagradables, que jamás habíamos visto antes y que no teníamos ni la mas pálida idea de donde cuernos podrían haber salido.

Y ya ahí empezamos a pensar que algo raro estaba pasando.
Unas cucarachas vaya y pase. Una ratita, bueno, ponele que pueda ser. Pero ¿¿Gusanos?? ¡¿Cómo puede ser que tengamos gusanos en la casa?!

Después de eso, encontramos una araña de un tamaño bastante considerable, trepándose lentamente en el sofá.

Y después de eso, sufrimos una invasión de moscas. Unas moscas negras, grandes, como con una rayitas claras en la parte de arriba, que vuelan despacito, y que tampoco sabemos de donde pudieron haber venido ya que tenemos mosquiteros en todas las ventanas y en el departamento jamás tuvimos ni siquiera moscas comunes y corrientes.

O sea, a la luz de los hechos es evidente que algo raro hay. Esto no es normal.
Y lo que mas me preocupa ahora es la incertidumbre de no saber que será lo que puede llegar a venir después.

Van cinco plagas. Teóricamente faltan dos.

Lo único que espero es que ninguna de ellas involucre víboras o serpientes porque ahí si que no se que pasa.
Como comenté alguna vez, no es que yo les tenga miedo a los ofidios, sino que les tengo mucho respeto, y si llega a pasar que un día llego a mi casa y me encuentro con una víbora en el living me puedo llegar a infartar ahí mismo por un ataque de respeto.

Por si acaso voy a estar atento, y mientras tanto voy a ver si me tomo un tiempo para revisar el edificio y, por que no, recorrer un poco el barrio, a ver si encuentro alguna señal de prácticas vudú o de rituales umbanda en las cercanías.

Uno nunca sabe.

miércoles, 9 de marzo de 2011

De vuelta al cole

No, no es que empecé el colegio de nuevo (eso no lo haría ni aunque me ofrecieran plata).
Sin embargo, no puedo evitar reconocer lo similar (por no decir idéntico) de los sentimientos que me embargan en este preciso momento, mientras transcurre el primer día de trabajo luego de las vacaciones.
Son aquellos mismos sentimientos que inevitablemente experimenté cada año, durante toda mi infancia, en ese fatídico y despreciable día del forzoso retorno a clases.
Sentimientos que son una mezcla indefinible de profunda amargura, angustia, bronca, frustración, mal humor, dolor de panza, mareos, hipotensión, ganas de prender fuego todo, un poco mas de amargura, cefalea y unos tics nerviosos en el ojo izquierdo que agregaban a mi ya reconocida y tremenda cara de culo, un cierto halo de locura casi peligrosa.

Hoy simplemente he cambiado el espantoso guardapolvo blanco por una camisa y una corbata pero, mas allá de eso, por dentro, la cosa realmente no es tan distinta.

Y esto es porque, a mi, esta aversión visceral por la obligación de tener que realizar tareas socialmente impuestas (o tareas en general) no es algo que me haya agarrado de grande. Nonononono; lo mío es de nacimiento. Es algo genético. Yo nací para dedicarme al ocio. Es como un don que tengo. Una virtud. Una especie de instinto innato que me permite estar al gas por mucho tiempo y no solo no aburrirme o sentirme mal al respecto sino, además, ser capaz de disfrutarlo sin el mas mínimo vestigio de culpa.
Por desgracia, aparentemente, ser así, un ser naturalmente dispuesto a no hacer nada, no parece ser compatible con esta vida en sociedad en la que, si o si, uno necesita trabajar para hacerse de dinero y subsistir, por lo que siempre, tarde o temprano, llega ese momento en el que debo hacer uso de toda mi concentración y fuerza de voluntad para actuar de manera diametralmente opuesta a mi maravillosa esencia, y así como alguna vez tuve que soportar cada año el doloroso ritual de volver a la escuela, hoy me veo forzado a cumplir con mi obligación de hacer lo que tengo que hacer, y volver al trabajo.

Y lo detesto.

Pero bueno, es lo que hay, así que aquí estoy, con un humor de perros iniciando un nuevo año laboral y, ya que estamos, dando comienzo a un nuevo período de sesiones mas o menos ordinarias de este ignoto sitio.

En cuanto a esto último, de más está decir, mas que nada porque me ocupé de dejarlo en claro en ese último texto que escribí justo antes de salir de vacaciones (... snif... vacaciones... ¿Cuanto falta para salir de nuevo?), que es muy probable que este año sea tan irregular o aún peor que el año pasado, así que si habitualmente no esperaban demasiado de mi, esta vez pueden esperar aún menos, si es que eso fuera posible.


Bien, dicho esto, ahora me retiro porque tengo cosas importantes que hacer.

No, trabajo no. Hoy no pienso hacer nada porque necesito un tiempo para readaptarme, pero parece que tengo que practicar un poco lo de mis miradas torcidas y furibundas a todo aquel que se me acerque a preguntarme como la pasé en las vacaciones, porque ya miré a un par y si bien se alejaron enseguida, no los hice llorar, por lo que sospecho que quizás este tiempo de ausencia me haya ablandado un poco.

A ver si todavía alguno se confunde y piensa que tengo ganas de conversar.

martes, 1 de febrero de 2011

¡Vuelvo con todo!

Un día de estos...

Ahora no, porque estoy transitando mi último día de sacrificio laboral y lo único que estoy dispuesto a hacer es NADA (de hecho recién vinieron a traerme trabajo y elegantemente les dije que se lo metieran en el upite) y, obviamente, después tampoco porque a partir de la semana que viene estaré de vacaciones y, bueno, son vacaciones y en las vacaciones no se trabaja ni se hace nada porque es pecado y si lo hacés cuando te morís vas al infierno (que es un lugar donde tenés que trabajar por toda la eternidad, siempre de lo mismo y sin sueldo ni feriados. Un horror).
O sea, en definitiva, lo que estoy tratando de decir es que, como aquellos mas suspicaces ya estarán imaginando, este sitio pasará de este lastimoso estado semi abandonado que viene presentando, a un estado de "completamente abandonado, desierto y con pelotas de pasto seco que pasan rodando empujadas por el viento" en los próximos días.
Y el pronóstico dice que esto se mantendrá así por el lapso de mas o menos, aproximadamente, días mas días menos, ponele, así calculando a groso modo, treinta días, o a lo sumo un mes, con suerte.
Como siempre podría chamuyarla un poco y decir que bueno, que se yo, por ahí un día me agarran ganas de escribir algo y eso, pero estaría mintiendo miserablemente y yo, por lo general, salvo que haya una muy buena causa o un jugoso cheque, no miento.
La pura verdad es hay tantas probabilidades de que me ponga a escribir durante el sagrado período vacacional, como de que estudie para clown, me pinte la cara, me ponga un pantalón de colores y anime fiestas infantiles con el nombre de "Patapufi el payaso amigable" como hobby.

Ya sé que esto no va a significar un cambio muy radical en lo que respecta a este ignorado rincón de la blogósfera ni nada por el estilo ya que, de hecho, y como seguramente habrán podido notar, el último año no fue especialmente productivo que digamos (para ser mas claro, menos mal que no vivo de esto porque si fuera así ahora estaría viviendo abajo de un puente) pero igual no está de mas comunicarlo, mas que nada por una cuestión de... ilusión (ilusión de que todavía quede alguien a quien esto le interese).
Soy consciente de que yo nunca fui "el Sr. Productividad" o siquiera he logrado en algún momento mantener un ritmo de publicaciones regular pero, sin dudas, en este último tiempo es como que la cosa se puso cada vez mas esporádica y debo reconocer honestamente que, por como viene la mano, es altamente probable que esta tendencia se mantenga igual o, incluso, que se profundice (Si, si, es así. No lloren ni reclamen. No es para tanto. La vida continúa).
Podría buscar la causa de esta situación, llamémosle de desgano, en el tiempo que hace que intento llevar adelante este coso, en el hecho de que el participar de otro blog me ha ido desgastado lenta e inexorablemente las dos o tres neuronas que tengo destinadas a la escritura, en que hasta el momento he fracasado en concretar mi tan anhelado sueño de hacerme rico y famoso haciendo esta pelotudez, o simplemente en que en mis escasos ratos libres le he puesto mas interés a la práctica de mi amor por el ocio y la vagancia (si estar al pedo fuera religión yo me postularía para Sumo Pontífice), pero para ser sincero, y aunque definitivamente hay un poco de cada uno de los motivos mencionados, la verdad es que últimamente me está costando un poco esto de escribir, o al menos escribir y hacerlo de una forma que resulte (y me resulte) mas o menos entretenida o mínimamente divertida.

Es por eso que, durante este tiempo de relax, además de dormir, rascarme a cuatro manos, reflexionar acerca del por qué de la existencia, y reírme a carcajadas cada vez que en el televisor vea que en la costa está lloviendo, voy a analizar seriamente (poniendo cara seria y todo) la posibilidad de la continuidad o no de este espacio y quizás también, por qué no, la de mi retiro absoluto del medio virtual en general (Se pueden suicidar si quieren pero por favor sin hacer escándalo. Y sobre todo sin mencionarme. No quiero quilombos).

Además, creo que el Cosmos me está enviando inequívocos mensajes de que ya es hora de que me tome un tiempo.
Anteayer, en el colectivo, una chica me vomitó el zapato (clara señal de que ya no debo salir de mi casa) y ayer mi computadora personal fue infectada por un hermoso y persistente virus que me va a llevar un buen tiempo intentar eliminar (obviamente una señal evidente de que no debo utilizar la computadora).

Así que, como ven, esto está mas allá de mi.
Uno debe hacer lo que debe hacer. Que se le va a, justamente, hacer.

Será entonces hasta dentro de un tiempo indefinido de mas o menos un mes.

Y nos leemos a la vuelta... si es que la hay.

Que la pasen lindo.