jueves, 5 de agosto de 2010

Crítica de cine: INCEPTION (EL ORIGEN)

Lo primero que habría que decir acerca de esta película es que, si uno va pensando que es simplemente una película mas de acción o ciencia ficción, probablemente en algún momento de la trama termine algo perdido ya que su argumento, a pesar de parecer conceptualmente simple, puede llegar a volverse quizás un poco difícil de seguir (especialmente si uno tiende a distraerse fácilmente, por ejemplo, durante los diálogos largos).
Si bien durante los primeros minutos de proyección la historia se encarga de poner al espectador en situación y de explicar mas o menos como va a ser la cosa, igualmente el desarrollo de los hechos no admite distracciones si lo que se pretende es salir de la sala con una comprensión mas o menos completa de lo que se acaba de ver.
Superado ese punto, la película no defrauda en lo más mínimo y brinda todo lo que se espera de una buena cinta de ficción, surrealista y con una buena dosis de acción espectacularmente realizada y magistralmente dirigida.

Siconspins

Todo comienza cuando una especie de militar japonés se encuentra a un tipo tirado en la playa y luego de revisarlo un poco y meterle el caño de su arma en el culo para ver si estaba vivo, descubre que el fulano tenía un revolver en la cintura.
Ahí medio que se pone nervioso y le grita a otro ponja que estaba de guardia en una mansión cercana “¡¡Eeehh!! ¡Milá, acá me encontlé un tipo tilado palecido a Leonaldo Di Caplio y tiene un alma! ¿Qué hacemo?”.
-Todos tenemos almas, pol eso somos humanos ¿Qué decil?- le responde el otro ponja también gritando porque estaba medio lejos.
-¡No! No un alma ¡Un alma! - retruca el primer ponja medio nervioso.
-Si, un alma ¿Yo que dije?
-¡No, pelo no un alma de alma. Un alma de fielo. Pum Pum!

-¿Qué?
-¡¡Que tiene un levolvel pelotudo!! ¡¡Un levolvel!!
-Aaahhhhh bueno, hubiela empezado pol ahí. Tlaelo pala acá entonces.
Y ahí lo agarran al tipo y lo llevan a la rastra hasta un salón muy lujoso lleno de farolitos, frente a un japonés mas viejo que la injusticia que parece que es el capo del lugar, lo sientan a la mesa y le convidan un plato de sopa de arroz y Vitina.
-¿Quien es este occidental muelto de hamble?- pregunta el japonés viejo.
-Ni la mas pálida mi señol san, pelo tenía un alma y…
-¿Cómo que tenía un alma? ¿Y ahola ya no? ¿Estal muelto? Yo lo veo bastante vivo.
-No, no, pelo no un alma de alma. Un alma mi señol san.
-Y si, un alma. Yo también tengo alma. ¿Cuál sel la glacia? ¿Me estal faltando al lespeto? ¿Quelel molil?
-No, pol favol mi señol san. Un alma. Pum Pum. Esta – dice el oficial japonés poniendo el revolver sobre la mesa.
-Aaahhhh un alma. Ahola si – responde el ponja viejo.
-También tenel esto- continúa el oficial mientras deposita un trompito en la mesa.
Al ver esto el ponja viejo se pone tan nervioso que se atraganta feo con un arroz, se ahoga, tose y se le escapa un gas.
-Yo conocel hace mucho tiempo a un homble que también tenel tlompito igualito a este- alcanza a decir cuando se recompone y haciéndose bien el boludo.
De ahí la acción se traslada instantáneamente (como si fuera una película) al mismo salón llenos de farolitos, en donde el mismo hombre hallado en la playa hecho un zarrapastroso, llamado Dom Cobb, ahora luce impecablemente vestido y ofreciendo sus servicios junto con su socio Arthur, al Sr. Saito, un poderoso empresario japonés.
Y sus servicios son, ni mas ni menos, que los de un ladrón de guante blanco pero de características excepcionales, ya que no se dedica a robar cosas materiales, sino secretos ocultos en lo mas profundo de las mentes de sus víctimas, lo cual logra infiltrándose en ellas a través de sus sueños.
Saito se ve intrigado y entusiasmado por el ofrecimiento de Cobb, pero no piensa darle una respuesta hasta no comprobar si lo que le están ofreciendo es cierto.
-Me parece que eso no se puede hacer- dice Saito medio entrecerrando los ojos (lo cual en un japonés es algo casi impeceptible de notar) - Para mi que me están cachando.
-Ok, ya vas a ver japonés desconfiado-
le responde Cobb que no era muy diplomático y, al rato nomás, se pone en campaña para robarle a Saito un documento clasificado que guardaba en un sobre sellado guardado en una caja fuerte oculta en una pared escondida atrás de un espejo que escondía la puerta que daba a una piecita secreta.
Sin embargo, cuando ya casi casi estaba por lograr su cometido y dejarle una nota a Saito que decía “¿Viste que puedo? ¡Chiiiiva!”, el japonés lo descubre in fraganti gracias a la ayuda de Mal, la ex esposa de Cobb que anda siempre por ahí dando vueltas, dispuesta a sabotearle absolutamente todos los proyectos en los que el tipo se meta (porque, como toda ex esposa, es muy resentida).
Saito medio que se toma a mal que lo quisieran robar y se dispone a liquidar tanto a Cobb como a sus socio, pero justo en ese momento todo a su alrededor comienza a colapsar como en un terremoto porque … a que no adivinan … Siii … ¡Resulta que estaban en un sueño! y al final no estaban en una lujosa mansión en Japón, sino en un bulín medio berreta que parece que tenía el japonés escondido para tirarse canitas al aire de vez en cuando, todos dormidos conectados a una valijita que les proveía la droga que permite eso de compartir los sueños.
La joda es que afuera del bulo, había medio como una revolución popular y la monada se venía acercando tirando molotovs, rompiendo vidrieras y en tren de colgar a cualquiera que se le cruzara, por lo que a los soñadores no les quedaba mucho tiempo para despertarse, conseguir lo que necesitaban del japonés y salir a los pedos.
La macana es que Cobb estaba tan copado con el sueño y tan emperrado en sacarle el secreto a Saito que no se despertaba, por lo que, al final, en una decisión algo desesperada, viendo que el pibe seguía roncando de lo lindo y el tiempo se les terminaba, a sus socios no les queda otra que tirarlo a una bañera llena de agua.
De esta manera, Cobb finalmente logra despertar, pero queda re caliente primero porque casi se ahoga, y después porque falló en su cometido de sacarle el secreto a Saito así que, después de putear a todo el mundo, se saca mal, lo agarra al ponja y lo tira al piso gritándole que le cuente de una puta vez lo que él quiere saber o le vuela la cabeza de un cuetazo.
Saito comienza a reírse desde el suelo mientras acaricia la alfombra, se vuelve a poner de pie y les dice “Tirá nomás. No me importa, porque ya me di cuenta de que todavía estoy soñando. Los cagué. Lalala lalala” mientras hace un bailecito medio ridículo y bastante infantil.
De todas formas el poderoso empresario queda impresionado por la habilidad de Dom y su equipo para infiltrarse en los sueños así que decide aflojar y contratar sus servicios, justo en el momento en que los manifestantes que venían rompiendo todo en la calle irrumpen en la habitación y los linchan a todos.
Y ahí se despiertan, porque ahora tampoco estaban donde parecía que estaban, sino todos dormidos viajando en un tren (y cuando los matan en el sueño no se mueren de verdad sino que se despiertan).
Tiempo después, Cobb y Arthur vuelven a reunirse con Saito para arreglar el tema de los viáticos, y ver que secreto se tenían que robar y a quien, pero el jodido del japonés les sale con que no quería que el equipo se infiltre en una mente para extraer un secreto, sino que pretendía que se metan en la mente de un joven empresario de nombre Fischer, hijo y heredero del dueño de un emporio empresarial que, resulta, era su principal competidor, para plantarle una idea, hacer que prospere y de esta manera, lograr que el flaco termine haciendo lo que él quiere, o sea, que se mande alguna flor de macana con la empresa de su moribundo padre para que se venga abajo.
Arthur de inmediato salta para decir que eso es imposible de hacer y que, además, es de garca, pero enseguida Cobb lo hace callar y, luego de negociar cierto favor que deberá hacerle Saito, decide aceptar el trabajo, seguro de que existe una forma de lograrlo.
A partir de allí, entonces, Dom Cobb deberá reunir un nuevo equipo, mas completo y con integrantes que sean los mejores en lo que hacen, para así diseñar un milimétrico plan que le permita conseguir un objetivo casi imposible, lo cual no solo lo obligará a llevar su trabajo a niveles que nunca antes fueron experimentados y correr enormes riesgos sino que, además, lo forzará a enfrentar un terrible y tormentoso secreto de su pasado que, durante años, había estado manteniendo oculto.

Como dije antes, desde lo argumental, a pesar de su aparente complejidad, la película se sostiene sólidamente en todo momento, pero obligando al espectador a mantener toda su atención en cada escena y, especialmente, en cada diálogo, sobre todo al principio, ya que allí es donde se suceden las explicaciones y fundamentos de todo lo que se verá después.
Quizás ayude el tener presente ciertos aspectos de esa gran película que fue “Matrix” ya que por momentos, uno no puede evitar percibir ciertas sutiles similitudes conceptuales con ella.
En cuanto a los demás aspectos, visualmente es espectacular, con fantásticos escenarios y realmente muy bien logrados efectos que, a pesar de su magnitud, no acaparan toda la atención, sino que cumplen perfectamente su función de dar un perfecto marco para que se desarrolle una trama mas que entretenida que se sostiene con buenos diálogos y que no decae en ningún momento gracias a una buena dosis de suspenso matizada con unas muy bien realizadas escenas de acción.
En cuanto a las actuaciones Leonardo Di Caprio encarna a un sobrio Dom Cobb, eficientemente acompañado por un impecable Joseph Gordon-Levitt en el rol de su socio Arthur.
Completan el reparto Ken Watanabe como Saito, Marion Cotillard como Mal, Ellen Page como Ariadne, Tom Hardy como Eames, Cillian Murphy como Fischer, Tom Berenger como Browning, y Michael Caine como el suegro de Cobb, entre otros.
La película fue dirigida por el Sr. Christopher Nolan que ya nos ha deleitado antes con joyas como “Batman Begins” y “The Dark Knight” y que vuelve a demostrar, una vez mas, que de hacer cine sabe, y mucho.

Calificación: 4 Renegados (Muy buena. Un ambicioso, fascinante y complejo thriller surrealista que atrapa desde el primer minuto de proyección, sumergiéndonos en un mundo ¿irreal? plagado de acción y magníficamente logrado. Imperdible).

Recomendaciones: Si a Ud. le gusta el buen cine, vaya a verla. No se la pierda.
Si Ud. es de los que va al cine a distraerse y no le gusta pensar mucho, mejor no vaya. Se va a perder un peliculón, pero igual si va probablemente en algún momento se quede en pelotas porque no entiende.
Si Ud. disfrutó de “Matrix”, vaya a verla. Seguro que le gusta.