viernes, 23 de julio de 2010

Bla Bla Bla Bla

Ayer, durante la interminable hora que dura el viaje en colectivo hasta mi trabajo, con el vehículo lleno como siempre, me tocó ubicarme al lado de tres señoras que iban charlando.
Tres señoras cincuentonas, bastante maquilladas, de esas que están en plena edad de la negación del paso del tiempo y que hablan con tono alto y utilizando términos y gestos que seguramente han escuchado y visto en sus hijos adolescentes.
Señoras de esas que, probablemente, hayan conseguido un trabajo ya de grandes (casi seguro de administrativas o atención al público en alguna dependencia pública) de puro aburridas o intentando demostrar cierta independencia que las hace sentir mas jóvenes y emancipadas de su monótona vida de amas de casa.
De ese tipo de señoras eran.
Bueno, el caso es que esas tres señoras, desde que me subí hasta que me bajé (ellas siguieron viaje) no pararon de hablar. Ni un minuto.
De todo hablaron. Continuamente. Sin baches de silencio.
Empezaron hablando de sus perros, de lo que hacen y dejan de hacer, para pasar luego, no sé como, a hablar de recetas y a sacarle el cuero a cierta otra señora con la que aparentemente comparten un curso de repostería (generalmente este tipo de señora también hace cursos. Hacen cualquier cosa con tal de no estar en la casa y después poder decir que no les alcanza el tiempo), luego siguieron con chusmeríos de hijos y conocidos, y así siguieron y siguieron, un tema intrascendente tras otro, siempre muy serias y concentradas como si estuvieran discutiendo de filosofía existencial o física cuántica.

Y no comento esto, como ya se estarán imaginando, para empezar a protestar porque me resultaba terriblemente molesto ese cotorreo a esas horas de la mañana (lo cual es absolutamente cierto), sino porque, sinceramente, me resultó algo digno de admiración.

O sea, para alguien como yo, que suele hablar poco y que cuando alguien le conversa generalmente se aburre a los tres minutos, ver a personas capaces de mantener una charla sobre temas tan terriblemente aburridos durante mas de una hora, es algo poco menos que sorprendente.

Sinceramente es algo que, confieso, yo no se hacer. No puedo. No me sale.

Cuando alguien se me pone a conversar, incluso haciendo el mayor de mis esfuerzos, salvo que la conversación sea sobre algo que me resulta de verdad interesante, mi participación solo se limita a decir “Mmmhhjjmmm”, “Ajá” y por ahí un “Mirá vos” durante los primeros cinco minutos, pero luego de eso, si la cosa no mejora, ya me es imposible seguir atendiendo a lo que me están diciendo y empiezo a pensar en otra cosa esperando que mi interlocutor se calle y se vaya.
Incluso hay veces en que, si además la persona que me viene a hablar no me simpatiza demasiado (lo cual ocurre en el 85% de los casos) y encima la conversación se refiere a un chusmerío sobre otras personas (que en el 95% de los casos tampoco me simpatizan ni me interesan), directamente digo “No me interesa” o digo “Mmhhjjmm” a los tres segundos y sigo haciendo lo que estaba haciendo o, en su defecto, me pongo a hacer algo, cosa de que se note claramente que no quiero hablar.

Para mi el arte o la habilidad de sostener una conversación intrascendente o trivial por mas de diez minutos es algo que, prácticamente, roza lo misterioso.
Juro que lo he intentado, pero siempre he fracasado.
No sé como se hace. No sé como obligarme a interesarme en lo que me están diciendo, sin aburrirme y evitar que mi mente comience a divagar.

Y, pensándolo bien, empiezo a sospechar que esto tal vez tenga que ver en el hecho de que se me considere, injustamente, como alguien asqueroso o antipático.

Por eso el interrogante que me planteo ahora es ¿Soy yo solo o hay mas como yo? ¿Es mi culpa que la gente me aburra, o es culpa de la gente que es aburrida?

Espero sus palabras de sabiduría.

martes, 6 de julio de 2010

Crítica de cine: ECLIPSE


Esta es la tercera parte (si, ya hicieron tres y siguen robando) de esta pretenciosa saga basada en la pedorra novela de igual nombre que ha hecho las delicias del público femenino adolescente, y que debutó en las salas cinematográficas con aquel recordado bodrio titulado “Crepúsculo”, al cual le siguió ese otro bodrio que fue “Luna nueva” (si no las vio haga clic en los nombres y póngase al tanto) y que viene a darle continuidad a la melosa historia del triángulo amoroso surgido entre los protagonistas.
Una clásica historia romántica, con una trama mediocre y reiterativa y protagonizada por un grupo de muñecos de cera que, sin embargo, continúa siendo inexplicablemente exitosa.


Sisnopisc

La historia arranca una noche lluviosa en oscuro suburbio portuario de la ciudad de Seattle, donde un joven nativo del condado de Forks llamado Riley que nada tiene que ver con nada, anda por ahí pelotudeando cuando de repente es atacado por alguien o algo que, sin aviso, le pega un par de sopapos, una patada en el culo y después lo revolea contra una pared, para luego pegarle un mordiscón en una mano y dejarlo ahí tirado en un muelle, todo maltrecho, gritando y llorando como un mariquita porque le duele todo.
Mientras tanto, lejos de allí y totalmente ajenos a todo (especialmente a las clases de actuación), los tortolitos Bella y Edward están ahí tirados al sol en el pasto, entre los bichos colorados, haciéndose los románticos, leyendo poesía, y mirándose con esas caras de que en cualquier momento les agarra diarrea o algo, que siempre ponen cuando están juntos.
-¿Así que seguís encaprichada con que querés que te convierta en uno de nosotros pibita?- le pregunta Edward con su consabida cara de nada.
-Ay si Bubi (porque ella, en la intimidad, le dice Bubi)- responde Bella –Cuando llegue el día de mi graduación, quiero que me muerdas y me la chupes un poquito, así después te la chupo un poquito yo y así ya quedo convertida.
-No, pero mirá que no es así eh –
dice Edward pensando cualquier cosa y poniéndose medio incómodo porque es bastante nabo.
-¿Cómo que no? Vos me mordés y me chupás un poquito de sangre y después lo hago yo ¿No era así?
- Aaahhhh, la sangre … Si, si es así-
dice Edward aliviado –Pero igual sigo pensando que no es una buena idea.
-Hablando de chupar, me chupa un huevo-
dice Bella que era bastante ordinaria –Lo voy a hacer igual.
-Bueno, pero entonces creo que primero …
(intenta hacer una pausa dramática. No le sale) … primero nos tendríamos que casar – le propone Edward que es mas antiguo que el gofio.
-Aahhh eso no se, vamo' a ver- dice Bella -Una cosa es dejar de ser mortal y vivir para siempre convertida en una chupasangre sin alma, pero casarme es una decisión que tengo que pensar bien. No es algo para tomar así nomás.
Por otra parte, mientras estos dos gansos siguen sumergidos en su nube de pedos, al condado de Forks comienzan a llegar noticias de que en Seattle se han multiplicado los reportes acerca de una misteriosa serie de asesinatos, junto con inexplicables desapariciones de jóvenes.
Esto, coincidentemente con las frecuentes visiones que comienza a recibir Alice, la vampiro vidente, de la presencia cada vez mas cercana de Victoria, la vampiro pelirroja que es mas mala que la peste y que desde la primer película que viene queriendo liquidar a Edward y Bella para vengarse de que ellos le mataron al novio y se quedó sin alguien que le revuelva el estofado, hace que en el clan Cullen, que son re suspicaces, comiencen a sospechar que todo está relacionado y que un gran peligro los acecha a todos.
Debido a eso, y siempre guiados por las visiones de Alice, deciden ir a emboscar a Victoria en el bosque, pero la colorada, que será yeta pero no boluda, se les escapa a los piques y, encima, logra que en el fragor de la persecución uno de los vampiros se vaya de mambo y pise territorio de los lobos, lo cual ocasiona que se arme un flor de quilombo diplomático ya que este acto significa una flagrante violación al pacto que existe entre ambas especies de no pisarse el césped mutuamente.
Esto hace que Jacob, el lobito que sigue caliente como una pipa con Bella pero desde que se enteró de que la mina se quiere convertir en vampiro anda ofendido y no le habla, se vea obligado a confrontar a la parejita para advertirle a Edward que ojo al piojo porque la próxima vez que un vampiro se meta en el territorio de ellos se les va a armar la podrida.
De paso, además y como quien no quiere la cosa, ya que estaba ahí, también aprovechó y le alcahueteó a Bella que los Cullen le estaban ocultando que Victoria andaba cerca y con ganas de cenársela con papas.
-¡Callate perro botón! – le dice Edward intentando sin éxito poner algo parecido a una cara de enojado.
-¿Cómo?- interviene Bella medio indignada -¿Me estuviste mintiendo mampiro escondedor?
-No, oh amor mío. No te mentí- responde Edward –Simplemente no te dije la verdad. Pero lo hice porque viste que yo soy así re romántico y te quería proteger.
-Grrr Arrff Guaugrrrrr Arff Arrff– dice Jacob
-No, a mi me hablas en humano loco. Así no te entiendo un pomo– le dice Bella
-Perdón, no me di cuenta – responde Jacob – Decía que si, que te mintió. Y para mí que fue a propósito. Yo que vos me voy conmigo a dar una vuelta en moto.
-Bueno, dale-
dice Bella que es bastante rapidita y, sin pensarlo demasiado, se sube a la moto y se va con el lobito, dejándolo al vampiro ahí de garpe y con cara de boludo con fiebre.
Al rato, así alejados y sin nadie que los moleste, mientras caminaban y charlaban de bueyes perdidos, Jacob decide finalmente confesarle a Bella el profundo amor que siente por ella, y para demostrárselo, se le prende en una pierna y empieza a refregarse.
-¡No! ¡Cucha! ¡Fuera! – grita Bella dándole golpes con un diario enrollado.
-Uy disculpá. Es que no puedo mas piba – dice Jake medio jadeando –Estoy podrido de verte con el mamerto ese. Yo te quiero mas. Venite conmigo venite.
-No puedo, yo estoy comprometida con el mamert …ejem .. con Edward.
-¿Seguro? ¿No lo querés pensar?-
dice Jacob mientras se saca la remera y se queda en cueros moviendo los pectorales.
-Si, seguro- le dice Bella mientras le chorrea baba por las comisuras y siente que se le incendia la cachucha -Además, vos sabes que lo nuestro no puede ser porque yo no siento lo mismo por vos. Aparte cuando me gradúe me voy a convertir en una de ellos y ahí vos seguro me vas a querer matar.
-¿Cómo que te vas a convertir en una de ellos después que te gradúes?-
dice Jacob indignado.
-Si ¿No te acordás de la película pasada? Dentro de poco tiempo voy a ser mampiro para poder estar para siempre con el Edu – confirma Bella haciéndose la importante.
-¡¡Puta!! – grita Jacob re sacado y con cara de odio
-¿Como?- dice Bella simulando estar ofendida
-No, digo… ¡Puta que falta poco! Como pasa el tiempo.
Mientras tanto, en Seattle, Riley, aquel joven que fue atacado cuando empezó la película, ahora ya convertido en un vampiro bastante malencarado, víctima de los engaños y manipulaciones de la vengativa Victoria, se la pasa mordisqueando gente y convirtiéndolos en nuevos vampiros con el fin de formar un ejército de recién nacidos con el objetivo de invadir Forks para buscar a Bella y hacerla sonar junto con el trolo de su novio.
Afortunadamente esto también es advertido por Alice en una de sus visiones (la verdad que si no fuera por esta piba ya serían todos boleta), por lo que junto con su familia y sabiendo que son los únicos capaces de combatir a Victoria y su ejercito de neófitos deciden prepararse (entrenan como diez minutos) para ir al frente y evitar que logre su cometido.
Sin embargo, conscientes de que la naturaleza de los recién nacidos es mucho mas salvaje que la de los vampiros mas viejos que están mas domesticados y que, además, también son físicamente mas fuertes porque se alimentan de sangre humana (al contrario de ellos que son “vegetarianos” y solo cazan animales ¿?), los miembros del clan Cullen saben que por mas guapos que sean la cosa se les podría complicar bastante, por lo que, aunque les pese, no les queda mas remedio que solicitar la ayuda del clan de los lobos.
A partir de ese momento, unidos en la misión de salvar a la insulsa Bella de una muerte segura, ambas especies, enemigas desde hace cientos de años, acuerdan dejar de lado su guerra y declarar una tregua para combatir juntos esta nueva amenaza.


La película, argumentalmente no ofrece nada nuevo a la historia, y no pasa de ser una mera continuación de la anterior y un necesario nexo anticipatorio del capítulo final (que, aparentemente, será doble. Como si hiciera falta, encima lo hacen doble).
Mas allá de eso, continúa siendo el mismo remanido, liviano y sobreedulcorado cuentito de amor para quinceañeras románticas que todavía creen en el amor mágico y todas esas cursilerías, que, al igual que en sus predecesoras, en esta película abundan.
La historia se desarrolla con un ritmo irregular, y si bien puede decirse que es apenas un poco mas entretenida que las anteriores merced a los flashbacks en los que se va conociendo los orígenes de algunos miembros del clan Cullen, aún mantiene esa falta de profundidad y esa notable carencia en la composición final de los personajes, que se apoyan en un guión tirando a penoso, con diálogos tan pobremente elaborados y tan obvios, que por momentos dan ganas de tirarle un zapato a la pantalla.
Las secuencias de acción, que podrían salvar las papas, son escasas y, con excepción del enfrentamiento entre vampiros y lobos que es medianamente aceptable, no logran impactar en ningún momento, ni siquiera con la adición de esos efectos especiales de dos pesos con cincuenta tanto les gusta utilizar (la conversión de los lobos sigue siendo un chiste. Cuando los indios se convierten en lobos automáticamente se ven volar los pedazos de ropa, pero cuando vuelven a su forma humana todos están de bermudas, menos la loba hembra que está de mini short y musculosa. Además en algunas tomas los lobos tienen el tamaño de perros grandes mientras que en otras son gigantescos. Ni eso se cuidaron de hacer bien).
En cuanto a las actuaciones, se mantiene la mayoría del elenco protagonista de las entregas anteriores, con la pareja principal conformada por Kristen Stewart como Bella Swan que insiste con sobreactuar cada gesto y que ya está mas pálida que cualquiera de los vampiros, y el madero Robert Pattinson en el rol del vampiro emo Edward Cullen que sigue siendo tan expresivo como un muñeco playmobil y que, a juzgar por sus gestos, aparentemente sigue sin poder ir de cuerpo. Pobre pibe, es de cartón. No pega una expresión ni de casualidad.
Junto a ellos, el tercero en discordia, sigue siendo el bien alimentado Taylor Lautner como Jacob Black, el indio hijo de puta que se la pasa sin camisa para avergonzarnos al resto de los tipos que estamos en la sala.
Completan el reparto Brice Dallas Howard como la colorada Victoria (el único cambio respecto de las anteriores), Ashley Greene como Alice Cullen, Jackson Rathbone como Jasper Cullen (que ahora por lo menos habla, aunque sigue con esa cara de comilón de siempre), Kellan Lutz como Emmet Cullen, Nikki Reed como Rosalie, Peter Fascinelli como Carlisle Cullen, Xavier Samuel como Riley, Billy Burke como Charlie Swan, y Dakota Fanning como Jane (que sigue haciendo dos escenas por película para pagar el LCD que sacó en 50 cuotas para ver el Mundial).
La película fue dirigida por David Slade que cuenta en su haber con trabajos como “30 días de oscuridad” y “Hard Candy” y que para este caso declaró que solo se limitó a “filmar lo que decía el libro” como sacándose de encima el bodrio que le tocó hacer.

Calificación: 2 Renegados y medio (Regular, aunque un poco mas aceptable que las anteriores. No pasa de ser la continuación de esta historia que sigue siendo igual de pretenciosa, ofreciendo un producto liviano, empalagoso y destinado únicamente al público adolescente femenino).

Recomendaciones: Si Ud. es mujer vaya. Así de simple. Seguro que estas pavadas le gustan.
Si Ud. es hombre no vaya. Es una película para minas. Si va para quedar bien con la patrona, bue, que se le va a hacer.
Si Ud. piensa que esta es una película de vampiros y hombres lobo seria, no vaya. Estos de serios no tienen nada.
Si Ud. es el profesor de teatro de Robert Pattinson se debe querer matar ¿No?

jueves, 1 de julio de 2010

Crítica de cine: BRIGADA A: LOS MAGNIFICOS

Creada por el experto en series de acción Stephen J.Cannel, “Brigada A” ("The A-Team" en idioma original) fue, sin lugar a dudas, mi serie favorita allá por los dorados años 80’s.
Gracias a su inconfundible banda sonora, su violencia a medias, sus argumentos livianos pero siempre cargados de, muchas veces, inverosímiles escenas de acción, y su carismático reparto, las aventuras de “Los Magníficos” estuvieron en el aire por cinco temporadas (entre 1983 y 1987. Como pasa el tiempo, que lo parió), y hoy, tantos años después, puede ser considerada como una de esas series casi de culto, inolvidable en todos aquellos que supimos disfrutarla.
Por este motivo, cuando supe que iban a realizar una nueva versión para cine, primero me alegré, pero después un poco me preocupé pensando en si realmente le harían justicia al producto original, o si, como suele pasar, lo arruinarían mandándose la típica pelotudez hollywoodense de reversionarla, adaptándola para el culo y tergiversándola completamente en pos de “modernizarla” y hacerla mas aceptable para el público de hoy.
Afortunadamente, bastaron unos pocos minutos de proyección, para que mis dudas quedaran disipadas, y realmente pude disfrutar de una película que, aunque obviamente no llega a igualar aquel sentimiento que me despertaba la serie, ha sabido captar a la perfección el espíritu de aquella, respetando fielmente su esencia y sin renunciar por ello a ser una muy entretenida, bien realizada y actualizada película de acción.

Sipnosic

La historia comienza con un Coronel John “Hanníbal” Smith que, luego de escapar de unos policías mexicanos que lo tenían prisionero y que para ahorrar en balas lo querían hacer boleta dándoselo de comer a unos perros, debe acudir en auxilio de su compañero, el Teniente Templeton “Face” Peck, quien se encuentra metido en un flor de quilombo por andar, como es su costumbre, picoteando en nidos ajenos (léase involucrándose con mujeres de otros) y por ello está a punto de ser ejecutado por un militar bastante delincuente y medio mala onda que se tomó muy a pecho que este muchacho se empirifollara a su mujer.
Por otra parte, en otro lugar, el Sargento B. A. Baracus, volvía a reunirse con su amadísima camioneta, luego de bajarle los dientes a todos aquellos que, por lo que parece, estuvieron involucrados en su sustracción, y luego se las tomaba feliz como un queso sin destino fijo, casualmente por una ruta que atravesaba el desierto justo por donde andaba al trote el Coronel Smith.
Iba entonces el morocho re contento, pensando en nada y con la canción del Sapo Pepe a todo lo que daba en el stéreo, cuando de repente se le cruza Smith en el medio de la ruta.
-¡Eeehhh que hacé viejo loco! ¿No ves que casi te piso? – exclama Baracus indignado porque sabe que si sufre un accidente así le van a quitar puntos de la licencia.
-Disculpá negro pero necesito que me lleves a un lado – le retruca Hannibal mientras, amablemente, le apunta con un revolver a la cabeza.
-¿Qué me ves pinta de remisero a mi?- dice el negro sin que se le mueva un pelo (básicamente porque tiene pocos y son medio duritos).
-No, pero igual, sos el único que pasó por acá y yo tengo una pistola tengo, así que te guste o no me vas a llevar porque ando apurado- responde Smith muy pancho, y para reforzar la idea le raspa un brazo de un balazo.
-Uh bueno, viejo. Si me lo pedis así – le dice Baracus haciendo pucheros mientras se ponía una curita con dibujitos del Cartoon Network en el raspón.
-Mucho gusto. Soy el Coronel John “Hanníbal” Smith- dice, justamente, Smith mientras se acomoda en el asiento.
-Uuuhhh ¿Vos sos el Coronel Smith? Mirá vos, que casualidad. Yo también soy militar y escuché hablar mucho de vos … Ejem ... de Ud. Señor, y se dice que Ud. Señor es groso de verdad … Señor … – exclama Baracus casi emocionado.
-Bueno, jeje, si, si, soy yo, soy yo – dice Smith haciéndose el humilde –Pero vamos que tengo que rescatar a un compañero militar y ando con el tiempo medio justo ¿Te querés enganchar? Justo ando buscado gente.
-Uh si, buienísimo. Dale, mató mil – responde B.A. que era muy moderno.
Y así ambos, se dirigen hacia el campamento donde Peck se encontraba prisionero, llegan armando un flor de cachengue y, por supuesto, logran rescatarlo sano y salvo.
-Bueno, esto ya está- dice Smith tachando algo en una libretita –Ahora vamos a un hospital que hay por acá que tengo que hacer otra cosita.
-Eeeehhmmm … Diculpe Coronel Señor pero ¿La nasssta me la piensa pagar?- pregunta tímidamente Baracus .
-Si, si, por supuesto, ahora pasamos por un cajero y te doy la plata – responde Smith cagándosele de risa en la cara.
Poco tiempo después, los tres hombres llegan al hospital, donde el Coronel Smith, a pesar de las protestas de los otros dos al conocerlo, también decide reclutar como parte del equipo al Capitán H. M. Murdock, un piloto experto, pero que estaba internado ahí por estar mas loco que una chiva.
En eso estaban cuando, de repente, ven llegar a un pequeño escuadrón liderado por el militar ese al que Face le había soplado la mina, dispuesto a hacerlos boleta a todos por haber ayudado al patas de lana, por lo que el recién formado equipo debe escapar, lo cual logra de una manera espectacular, gracias a la pericia de Murdock para pilotear un helicóptero y al preciso ingenio del Coronel Smith para planear las cosas.
Así, con el grupo ya consolidado, varios años y muchas misiones exitosas después, la Brigada A se ha convertido en el mejor cuerpo de elite para realizar trabajos encubiertos con el que cuenta el ejército de los EEUU y están destacados en un campamento en Irak bajo las ordenes del viejo amigo de Smith, el Gral. Morrison.
La estaban pasando bien, muy relajados, re panchos y a punto de tomarse vacaciones cuando, por medio de unos agentes de la CIA, (uno medio atorrante de nombre Lynch y otra que está muy buena llamada Charisa Sosa) se enteran de que, allí mismo en Irak, hay unas placas para imprimir dólares que fueron robadas y que deben ser recuperadas si o si porque sino los irakíes se iban a llenar de plata y la iban a usar para comprar armas, o tecnología, o un terreno para poner un parripollo, o cosas así muy peligrosas para la economía americana.
La cuestión es que había que recuperar las placas.
-Nosotros nos hacemos cargo- grita Smith levantando la mano.
-No- le responde el Gral. Morrison –Ustedes ya hicieron bastante. Esta misión la va a ejecutar otro grupo que es mas moderno, tienen uniformes copados y mucha onda.
-No, pero yo canté pri- insiste Smith que a veces era poco serio.
-No, ya está. Acá el General soy yo y está decidido. Sory. A llorar al campito – le dice Morrison que tampoco era muy serio que digamos.
-Bueno, está bien, quemimporta- dice Smith haciendo hombritos, pero de ahí nomás se va a juntar con el resto de los muchachos y empiezan a planear la misión para recuperar las placas, porque además de un gran estratega también era bastante caprichoso.
Esa misma noche llevan a cabo el milimétrico plan, y pim pam pum recuperan las placas y, de yapa, un conteiner con quichicientos millones de dólares recién impresos.
Vuelven a la base canchereando, palmeándose la espalda entre si y diciéndose lo grosos que son, cuando, imprevistamente, el conteiner explota, la plata se quema y las placas se vuelven a perder, por lo que terminan quedando como unos papafritas y, además, por desobedientes, son arrestados, sometidos a juicio, degradados y encarcelados cada uno en una cárcel distinta.
A partir de ese momento, y sospechando que alguien los había vendido y les había tendido una trampa, los miembros de la Brigada saben que su única opción ahora es escapar de la cárcel y reunirse para buscar la forma de recuperar las benditas placas, encontrar al que los traicionó y así, limpiar sus nombres y recuperar su honor, mientras, convertidos en fugitivos internacionales, son perseguidos por la justicia por un crimen que no cometieron.

Y hasta ahí, mas o menos, es como viene la mano (Y para que no chillen porque cuento demasiado, los hechos que acabo de resumir ocurren, como mucho, en los primeros cuarenta minutos de proyección, así que calladitos).
De todas formas, en esta película el argumento no deja de ser una mera excusa para servir de telón de fondo a la, por momentos, vibrante acción que se despliega escena tras escena, todo potenciado por una cantidad de efectos visuales que, aunque podrían haber sido menos obvios, no desentonan y cumplen a la hora de sumar al espectáculo.
Al igual que en la serie original, aquí lo importante es la manera en que los hechos se desarrollan mas que los hechos mismos y el por qué de ellos.
Las secuencias de acción son vertiginosas, algunas con una edición quizás demasiado rápida que dificulta su seguimiento, pero todas cargadas de espectacularidad y con ese toque de exageración e inverosimilitud que caracterizaba al producto.
En ese sentido, la esencia de lo que fue “Brigada A” está intacta.
Esto, sumado a la banda sonora, los toques de humor bien logrados y los permanentes guiños que homenajean a los protagonistas originales, logran despertar en aquellos que supimos seguir esta serie, un sentimiento de nostalgia que logra que la experiencia sea aún mucho mas disfrutable.
En cuanto a las actuaciones Liam Neeson logra un correcto aunque por momentos algo forzado John “Hannibal” Smith, Bradley Cooper encarna a un mucho mas activo y seductor Templeton “Face” Peck, Sharlto Copley se luce en el rol de H. M. Murdock y Quinton “Rampage” Jackson encarna con eficiencia a un B.A. Baracus que si bien continúa siendo el “músculo” del grupo, se muestra algo mas dúctil y humano que su predecesor (al que, convengamos, no se podrá igualar).
Junto a ellos están la hermosísima Jessica Biel como la agente Charisa Sosa, Patrick Wilson como el agente Lynch, Gerald McRaney como el Gral. Morrison y Brian Bloom como Pike entre otros.
La película fue dirigida por el Sr. Joe Carnahan que, por haber respetado y honrado de esta manera una de mis series favoritas de siempre, se lleva todo mi agradecimiento y un gran aplauso.

Calificación: 4 Renegados Magníficos (Muy buena. Una excelente película de acción que contiene todos los ingredientes que se esperan de este género y que, además, mantiene intacto y honra el espíritu de la serie original.
Absolutamente recomendable).


Recomendaciones: Su Ud. era seguidor de la serie no puede perdérsela, de ninguna manera.
Si Ud. no fue seguidor de la serie, igual vaya a verla, porque está buena.
Si Ud. espera ver una película de acción realista, no vaya. Y si va ni se le ocurra ponerse a criticar lo que se ve en pantalla. Cállese y disfrute, o váyase a ver un documental.
Si a Ud. no se le pone la piel de pollo cuando escucha la música o el parlamento final, sepa que es Ud. un amargo.

Aviso: Quedarse hasta después de los títulos (Sobre todo si es de aquellos que seguía la serie).

Nota: La tuve que ver doblada al castellano porque el cine al que voy (Showcase) en la cartelera que me envía por mail con los estrenos de la semana, no se molestó en aclararlo, y me enteré recién cuando fui a sacar la entrada.
A pesar de eso, disfruté la película, así que vean lo buena que es.