miércoles, 26 de agosto de 2009

Sssshhhhhh ... Silencio ... Esto es un anuncio

Chicos, chicos … a ver si prestan atención un poquito que esto es importantísimo. Bueno, mas o menos. En realidad capaz que les succiona un producto de ave (estoy cuidando mi lenguaje por motivos que no puedo develar aún), pero igual lo tengo que decir porque sino después andan preguntando.
Es un minuto nomás, así que lean bien porque no lo pienso repetir. Yo no soy un loro para andar repitiendo las cosas. Además, si no lo entienden a la primera lo pueden leer de nuevo. No hace falta que yo lo escriba de nuevo porque ya está escrito ¿Entienden? Sería bastante ilógico que tuviera que repetir lo escrito porque los que leen no lo entienden así de una.
Bueno, no importa.
Lo que les tengo que decir es que …. Desde hace cinco minutos están todos en blanco …. ¡Bien Don Carlos! Tudu bon tudu legal …. Jeje … No, perdón, no era eso …
Lo que sucede es que me han (y es “me han” como podrán ver. Sin doble sentido eh. Yo no dije “mean”. Sigo impoluto en mis expresiones) surgido unos cambios en mi situación laboral (no, no es que finalmente se me saltó la chaveta y asesiné a algunas personas y prendí fuego el edificio. Eso todavía no pasó), y esto, indefectiblemente, ha ocasionado (y lo sigue haciendo) que mis tiempos digámosle, de ocio recreativo, se vean seriamente acotados.
Lo que pasó es que, conociendo mis múltiples y extraordinarias aptitudes y sabiendo que en el fondo soy un amor de persona siempre dispuesta a ayudar al prójimo, me solicitaron colaboración para poner en orden cierto trabajo que actualmente está por demás desorganizado y, por ende, terriblemente atrasado.
Como el que me lo solicitó fue un alto directivo de la Institución, yo no dudé en aceptar poniendo los ojos como el gatito de Shrek y asegurando con emoción en mi voz que “Por supuesto, si necesitan colaboración cuenten conmigo para lo que sea”.
Lo que no me imaginé es que este trabajo no tenía absolutamente ningún punto de contacto con lo que yo venía realizando, que me resultaría tan asquerosamente aburrido, y que la persona que supuestamente tiene que orientarme tiene un despelote en la cabeza que todavía no se como no se perdió entre sus propios papeles.
“¿Y para qué aceptó señor?” se estarán preguntando en este momento.
Obviamente que no lo hice por obsecuente ni porque me hayan ofrecido mas dinero (yo no me vendo tan fácil. Pero igual escucho ofertas eh, no sean tímidos…), les responderé yo.
Lo hice únicamente porque esto quizás me sirva para ponerme en una mejor posición cuando llegue el momento de llevar a cabo la cruel, violenta, sádica y despampanante venganza que tengo planeada para cierto pedazo de excremento humano que se hace llamar “jefe”. Nada mas.
¿Entienden? Es una estrategia. Porque entre mis incontables virtudes también figura la de ser un implacable estragueta.
Pero esto tan solo es el primer paso. No les puedo adelantar nada mas, por el momento, fundamentalmente por dos razones: uno, porque no me gusta anticipar mis planes ya que uno nunca sabe quien está del otro lado o quien se puede enterar y el factor sorpresa es esencial; y dos, porque no tengo ni la mas pálida idea de cual va a ser el siguiente movimiento (soy un estragueta muy free. Vendría a ser como el Mac Gyver de las estrategias).
En fin, para hacerla corta, les cuento esto porque, como se estarán imaginando, por un tiempo que podría calificar de “indeterminado” voy a estar casi completamente abocado a este nuevo emprendimiento (y elaborando mas planes de acción, por supuesto) por lo que difícilmente cuente con el espacio para actualizar este sitio.
Quizás, tal vez, por ahí, si se da la ocasión, utilice mi hora de descanso para subir alguna que otra pavadita (como ahora, no almorcé para escribir esto. Si, soy un santo, ya se…), pero no puedo asegurar nada.
De no ser así, solo me quedaría escribir los fines de semana, y esto es algo que me da risa de solo pensarlo.
Creo que ya saben como es la cosa cuando me encuentro en mi hogar.

Bueno, eso es todo por ahora.

Debo volver a mis obligaciones.

Nos veremos por ahí …. O no … No se …. Capaz ….. Quien sabe. ….La vida es una caja de sorpresas …

viernes, 14 de agosto de 2009

Crítica de cine: G. I. JOE: EL ORIGEN DE COBRA

Originalmente, el concepto de G.I. Joe surgió de un modesto cómic que vió la luz allá por el año 1942, y que fue creado a pedido del ejército con el objetivo de difundirlo en las revistas militares durante la segunda guerra mundial, como una manera de incentivar la moral de los soldados.
Veinte años después, un hombre llamado Stanley Weston en base a esta idea crea una línea de muñecos articulados (o figuras de acción para que suene menos maricón), con el propósito de intentar reproducir, en los niños, el éxito y la popularidad que las famosas muñecas Barbie habían conseguido entre las niñas (Dicen las malas lenguas que a Weston se le ocurrió esto luego de ver a su pequeño hijo haciéndose llamar María Marta, con los labios pintados y jugando a tomar el té con un par de Barbies).
Esta novedosa idea rápidamente llamó la atención de la gran compañía juguetera Hasbro (la misma creadora de los "Transformers") que, con muy buen olfato para los negocios, logra adquirir los derechos de comercialización del producto para, tan solo un par de años después, lanzar al mercado, bajo el nombre genérico de “G.I. Joe” sus cuatro primeras figuras de acción, representando, cada una, a una rama específica del ejército.
A partir de entonces, la popularidad de esta línea de juguetes fue creciendo cada vez mas, a punto tal que se fueron agregando cada vez mas personajes, los coñemus se hicieron mas grandes y de mejor calidad, y hasta se comenzó a incluir algunos tipos de vehículos.
Gracias a este crecimiento, en el año 1982 la compañía Marvel lanza una serie regular de cómics bajo el nombre de “G. I. Joe: A Real American Hero” en la cual no solo se profundizaba en las historias y las características individuales de cada personaje sino que, además, se incorpora a la historia el mas peligroso enemigo de los Joes, la sombría organización terrorista Cobra.
Esto dio lugar a que en 1985 esta historia sea finalmente llevada a la televisión en una fantástica serie animada (que todos aquellos que hayan sido niños, adolescentes, o medio boludones con espíritu de niño por aquellos años seguramente recordarán) en la cual los Joe’s eran un vistoso cuerpo internacional de operativos de elite en el que cada uno de sus miembros era el mejor de los mejores en su especialidad (para darse una idea de lo buenos que son imagínense por ejemplo un ejercito formado todo por tipos como yo) y en el que, algunos, hasta presentaban una imagen característica acorde a sus habilidades.
De esta manera, este selecto grupo de soldados destinados a combatir el terrorismo en todas sus formas a lo largo y ancho del mundo, rápidamente se ganó el favor del público joven y se convirtió en una de los productos mas populares y clásicos de los ochentas, gracias a lo cual, y aprovechando esta nueva moda de reeditar viejos éxitos llevándolos a la pantalla grande, hoy cobran vida en esta superproducción que será, sin dudas, la primera de una, seguramente, extensa franquicia.

Sinosips

La trama comienza cuando, en un futuro no muy lejano, el mas poderoso fabricante de armamento del mundo, un magnate nombre McCullen, haciéndose el copado le presenta a la OTAN y a precio de oferta, su última creación: los nanomites (se pronuncia “nanomaits”. Lo aclaro para que no queden mal cuando lo digan. De nada), una poderosa y destructiva arma nanotecnológica capaz de volver polvo cualquier cosa que se le ponga enfrente (vienen a ser como unos bichitos mecánicos pero muy muy pero muy chiquititos. Assssí de chiquititos. Por eso lo de “nano”. Porque son e nanos. Jaaaajajajajaa. Soy una explosión multicolor de comicidad).
La OTAN queda encantada con la oferta y, luego de hacer una vaquita entre todos los presentes, le compran al ñato cuatro cápsulas de nanomites a pagar en seis cuotas, las meten en una valija y le encargan a un equipo de soldados, entre los que se encuentran Duke y su amigo Ripcord que, en el mayor de los secretos, se las lleven a un lugar seguro.
El batallón sale chiflando bajito y poniendo cara de “yo no estoy llevando nada valioso”, pero igual a los pocos kilómetros el convoy es atacado por una extraña nave que, en cinco minutos, los deja a todos con el culo mirando al norte.
Duke y Ripcord, apenas salen con vida (porque de todos los jeeps y camiones que cagaron a tiros el único que no explotó fue el de ellos) pero con el equipo prácticamente diezmado quedan a merced del grupo de letales asesinos comandados por una hermosa mujer que se hace llamar la Baronesa y que, obviamente, vienen dispuestos a llevarse el maletín con los nanomites,
Con Ripcord herido, Duke hace lo posible por evitar que los criminales logren su cometido, sin embargo rápidamente se da cuenta de que muy bien no le está yendo, sobre todo cuando ve que uno de los enemigos le está apoyando un revolver en la frente.
El pibe ya había empezado a rezar el Padrenuestro, cuando, inesperadamente, la Baronesa evita que lo maten, lo mira medio raro, le dice “¿Qué hacés forro? Co te va, tanto tiempo”, le guiña un ojo, le manotea el ganso, le quita el maletín y se va.
“¡¡Eh pará pebeta!! ¡¡No me dejés así!!" le grita Duke mientras corre detrás de ella con cara de libidinoso y olvidándose por completo de que lo importante era que no le robaran la valija.
De repente, y en medio de toda esa confusión, de la nada surge un misterioso grupo de comandos especiales altamente entrenados y vestidos con mucha onda que en dos patadas logra emparejar las cosas, permite recuperar el bendito maletín, obliga a los asesinos a huir y pone a salvo a los dos soldados sobrevivientes.
Este grupo se identifica como la unidad supersecreta G. I. Joe y, dado que Duke ahora que ya pasó todo se hace el poronga (y encima quedó medio caliente porque le espantaron la mina) y se niega a entregarles el maletín, deciden llevarlos con ellos a su base secreta oculta en lo profundo del desierto.
Una vez allí, Duke y Ripcord son recibidos por el General Hawk quien, al tiempo que le muestra las fabulosas instalaciones, les explica que G. I. Joe es un cuerpo de elite secreto y ultra moderno que recluta operativos de todo el mundo para cumplir esas misiones que ni el ejército, ni la marina, ni la policía, ni la guardia urbana, ni los Boy Scouts de Don Bosco pueden llevar a cabo.
Debido a eso, y teniendo en cuenta que a los pibes muy bien que digamos no les fue con la misión de evitar que les chorearan el maletín con el arma, también les comunica que, a partir de ese momento, del maletín se van a encargar ellos.
“No, eehhh, pero no seas así” dice Duke haciendo pucheros “Me cagás la carrera loco. Además yo ya estaba por matarlos a todos cuando llegaron ustedes”.
El General Hawk suspira revoleando los ojos pero, para no seguir perdiendo el tiempo porque ya le empezaba la novela, les propone a los soldados quedarse y tomar las pruebas para ver si califican como operativos de G. I. Joe.
Viendo lo bueno que estaba el lugar, lo espectaculares que eran las armas y vehículos que había, y encima, que también había minas que estaban bastante buenas, ambos soldados aceptan sin dudarlo y, de inmediato, comienzan el duro entrenamiento.
Así, mientras van superando prueba tras prueba, también van conociendo a los integrantes del equipo alfa G.I. Joe que seran sus compañeros: Snake Eye el ninja silencioso, experto asesino y especialista en infiltracion, Scarlett la pelirroja bravucona, Heavy Duty el negro especialista en armas y Braker el especialista en electronica y hackeo.
Mientras tanto, en los cuarteles submarinos de la organización enemiga, McCullen, que al final era el que estaba detrás del intento de robo de su propia arma, luego de cagar a pedos a la Baronesa por perder el maletín, comienza a organizar otro intento para recuperarlo ya que el arma nanotecnológica es una pieza clave para llevar a cabo su maquiavélico plan de sembrar el caos para regir el mundo.
Por eso esta vez, sabiendo que está en custodia de los Joes, la enviará acompañada por un escuadrón de super soldados a quienes se les habían inyectado unos nanomites que los hacían aún mas peligrosos y, además, por el letal ninja blanco Storm Shadow.
El ataque sorpresa se lleva a cabo en la mismísima base secreta de los Joes que, a pesar de que hacen todo lo posible, no logran evitar que las peligrosas cápsulas de nanomites vuelvan a caer en manos de los terroristas.
A partir de ese momento, y con la certeza de que el arma será utilizada para fines maléficos que pondrían en riesgo a miles de personas, el equipo alfa de G. I. Joe junto con sus nuevos reclutas Duke y Ripcord, deberán hacer uso de todas sus habilidades para recuperarla y evitar así que el ambicioso y desquiciado McCullen logre concretar sus perversos planes.

Si bien argumentalmente la película no es nada que no se haya visto antes, esta trama simple sirve al propósito final de la historia que es, por supuesto, la presentación en sociedad de los personajes y el desarrollo de una acción que se presenta a un ritmo vertiginoso casi desde el inicio mismo de la cinta, y que logra mantenerse en ese nivel prácticamente durante las casi dos horas que dura.
Obviamente de una película de estas características no puede esperarse mas que una catarata de efectos especiales (algunos muy buenos, otros no tanto), escenas imposibles y diálogos poco elaborados, pero esto no quita que, al final de cuentas, el producto sea ampliamente disfrutable y brinde un entretenimiento que, si bien quizás no deje conforme a todo el mundo, al menos no defrauda por completo.
Mas allá de eso, tiene todo lo que tiene que tener: buenas escenas de combate con armas y cuerpo a cuerpo, grandes persecuciones, muchas explosiones y tecnología de última generación que, como todos saben, si se ven en el cine es porque en algún lado ya las están probando.
En cuanto al desarrollo de los personajes, si bien se van intercalando algunos necesarios flashbacks para darles fundamento a sus historias, no tienen el atractivo visual y el colorido que uno recuerda de la serie animada y en ese afán de otorgarles una cierta autenticidad, por momentos se los nota algo planos y sin gracia
Las actuaciones obviamente no son descollantes pero todos básicamente cumplieron con la tarea de darle credibilidad y cierto atractivo a sus roles.
En el papel de Duke encontramos a Channing Tatum, a Marlon Wyans como Ripcord, Dennis Qaid como el General Hawk, Sienna Miller como la Baronesa, Rachel Nicols como Scarlett, Ray Park como Snake Eyes, Adewale Akinnouye-Agbaje (los amigos le dicen Coco) como Heavy Duty, Said Taghmaoui como Braker, Chistopher Eccleston como McCullen/Destro, Byung Hun Lee como Storm Shadow y Joseph Gordon Levitt como el Doctor, entre otros.
La película fue dirigida por Stephen Sommers quien tiene en su haber cosas como “La momia”, “El regreso de la momia” y “Van Helsing” y que con este trabajo cumplió mas o menos. Fue ni muy muy ni tan tan. Estuvo ahí.

Calificación: 3 Renegados y medio (Buena. Mucha acción, puro entretenimiento y un ritmo trepidante en la presentación de un clásico de los ochentas que desembarca en el cine para convertirse en un nueva y seguramente exitosa franquicia).

martes, 11 de agosto de 2009

Así se empieza...

Yo sabía que tarde o temprano me iba a pasar.

Suelo tener esas sensaciones pero, por lo general, siempre fui capaz de racionalizarlas y no permitir que me dominen.

Hasta hoy.

Hoy, fue mas fuerte que yo.

Y temo que, quizás, solo sea el principio...

Hoy a la mañana me volví hasta mi casa desde la esquina, solamente para asegurarme, una vez mas, de que había cerrado la puerta con llave.

viernes, 7 de agosto de 2009

La pregunta de los viernes: el regreso

Hará cosa de una semana creo, como todos recordarán, una familia de la que no recuerdo el apellido (pero que bien podríamos llamar "la familia Ojete") oriunda de un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires (un pueblo casi desconocido, con mucho campo alrededor. Lindo, pero medio aburrido. O sea, está bueno para pasar un tiempo y desenchufarte, pero si vivís ahí, ponele, por veinticinco años, te querés matar. No sé, digo yo .... Me imagino...) se ganó una millonada en el Quini 6.
Y no fue una millonada mas o menos. No, no, no. Fue una millonada de la gran siete. Del tipo de millonadas que te permitirán rascarte el tujes de por vida a vos y a dos generaciones de descendientes y todavía quedarte con un vuelto para chucherías.
Bueno, la cuestión es que esta buena gente (o sea los Ojetes), en toda su inocencia (o ignorancia, llámenlo como quieran) cometió la torpeza de darse a conocer públicamente, asegurando, muy confiados, que el dinero no los cambiaría demasiado y que igual iban a seguir trabajando y manteniendo su rutina habitual, por mas que a partir de ese momento pudieran limpiarse diariamente el tujes con billetes de cien dólares.
Obviamente, no muchos días después, todos los medios se hacían eco de que esa misma familia se había tenido que ir a la mierda del pueblo, supuestamente porque no los dejaban en paz ofreciéndole negocios y pidiéndole todo tipo de cosas (y eso sin contar las dos cuadras de cola de secuestradores que se había formado en la puerta de su casa).
Teniendo en cuenta este asunto entonces, llevé mi mano al mentón, fruncí un poco el ceño y entrecerré los ojos elevando apenas una mirada que dejé perder en el vacío y me puse a reflexionar (porque yo reflexiono como se debe, poniendo cara) y pensé en que, dejando lo superficial de lado por un momento, hay una gran verdad en eso de que hay cosas que el dinero no puede comprar, en que no es mas feliz el que mas tiene sino el que menos necesita, y en que es muy pero muy de pelotudo ganarse tanta guita y mostrar la jeta para hacer roncha y mandarse la parte.

Por eso, la pregunta que les arrojo en este momento para que se luzcan es:

¿Cuál es el momento mas feliz que recuerden haber vivido sin dinero y cual fue la felicidad mas recordable que el dinero les haya proporcionado? ¿Eh?

Y ahora me voy.

Anoche soñe con una Iglesia bastante tenebrosa en cuyo interior se celebraba algo así como una misa, pero con música medio pop de fondo y gente que bailaba, incluído el cura, así que voy a ver que números son la Iglesia, el baile y el cura para jugar a la quiniela a ver si la pego (porque el dinero no comprará la felicidad pero la imita bastante bien).

Buen fin de semana.

martes, 4 de agosto de 2009

Un minuto de silencio por el caído. El recuerdo de tu calor aún nos abriga...

Sabíamos que no estaba bien. Que después de lo que había pasado, ya no era el mismo.
Nos dábamos cuenta en las cosas que hacía. Se notaba en lo mal que había empezado a andar.
Estaba viejo, si, pero no tanto.
Nunca demostró debilidad, y nada hacía sospechar que su tiempo estaba por terminarse tan de repente.
Solo había que tratarlo con un poco de cuidado, nada mas. Eso era lo único que necesitaba. Solo eso. No costaba nada.
Solo eso y todavía estaría con nosotros, brindándonos su calor, como siempre.
Pero no.
Ni eso pudo recibir en sus últimos días.
Solo desdén, un frío desinterés en el trato y hasta algunos golpes de parte de esos desconocidos sin corazón.
Y fue demasiado. No lo pudo soportar.
Uno siempre piensa que esas cosas nunca llegan, y que todo de alguna forma va a terminar saliendo bien, pero no es así.
La vida real no es como las películas, y el final no siempre es feliz.

Así, sin avisar, en la fría mañana del sábado, el calefón nos dejó para siempre.

Mi mujer de dió la noticia casi de madrugada (eran como las once y media), tiñéndome de amargura la mañana.
"El calefón no anda mas" me dijo luego de sacudirme y ordenarme que abriera los ojos "Ya llamé a un gasista y me dijo que si conseguimos otro calefón hoy, puede venir a instalarlo, pero solo si es antes de las cuatro. Sino tenemos que esperar hasta el lunes"
"¿Mmmmffque?" balbuceé yo entreabriendo un ojo y deseando que todo fuera una pesadilla.
"¡¡Que te levantes de una vez así vamos a comprar otro calefón!!" me respondió ella con un tono de voz algo mas vehemente "¡¡Yo sin agua caliente todo el fin de semana no pienso estar!!.
Atento a lo efusivo de su declaración ( y sobre todo percibiendo una determinación casi homicida en su mirada) supe que no tenía muchas opciones así que, con un gran pesar, abandoné la calidez de mi lecho y comencé a vestirme mientras recitaba un mantra de puteadas y se lo dedicaba a los gasistas hijos de un yacimiento gasífero lleno de putas que me rompieron mi viejo y querido calefón, al gasista compadrito que quería que compráramos un calefón antes de las cuatro y, ya que estaba, a todos los gasistas del planeta y sus alrededores.

Poco mas de una hora después ya nos encontrábamos en una conocida casa de electrodomésticos que no voy nombrar (Frávega) eligiendo el nuevo artefacto.
La operación no nos llevó mas de cinco minutos dado que mucho mucho que pensar no había (de hecho el vendedor habrá cobrado su comisión solamente por señalarnos con el dedo donde estaban) y salvo por la parte en que la cajera tuvo que forcejear durante varios minutos conmigo para que finalmente soltara la tarjeta y pagara (es que me agarró un ataque de angustia), todo concluyó bastante rápido.
Ya de regreso en nuestro hogar y con el flamante calefón en nuestro poder, procedimos a llamar al tipo para avisarle que ya teníamos todo listo y que podía pasar cuando quisiera.
"Bueno" dijo el especialista "Entre tres y media y cuatro te mando a la gente".
Por supuesto, los muy soretes llegaron recién como a las cinco y media.
Y no solo eso, sino que debido a que no se que puta pieza no era del tamaño adecuado o que se yo, se les terminó complicando todo y terminaron casi a las ocho de la noche.

Una vez finalizado todo, y luego de llevar los restos del otro calefón hasta su anteúltima morada (digo anteúltima porque lo llevé a la cochera, así lo tengo ahí y un día que pase el chatarrero me hago unos pesos), nos dispusimos a inaugurar esta nueva era calefoneril como corresponde con una regia ducha caliente.
Yo fui primero, por supuesto, por antigüedad (y porque el que se baña último seca el baño).
Todo transcurría con absoluta normalidad, la temperatura del agua era agradable y ya empezaba a relajarme cuando, de repente, soy sorprendido por un violento chubasco de agua helada que casi me provoca un paro cardíaco.
"Me parece que se apagó el calefón" grita mi mujer desde el otro lado de la puerta.
"M-m-m-mm-e d-d-dd-i cu-cu-cu enta" le respondo mientras trato de quitarme las estalactitas que se me habían formado instantáneamente en el orto y lucho por no morir de hipotermia.
Luego de un instante (un instante bastante largo ya que aparentemente a mi mujer se le complicaba un poco el reencendido), ya con el aparato funcionando de nuevo, prosigo con mi enjuagada pensando que quizás esto sea algo normal ya que el artefacto es nuevo y tal vez le cueste arrancar o ponerse en onda.
Capaz que tiene vergüenza porque está en una casa nueva, que se yo. No sé mucho de calefones.
Estaba distraído pensando ese tipo de boludeces atómicas cuando una vez mas, traicioneramente, el agua se torna fría de golpe.
"Se apagó otra veeeeeez" me gritan del otro lado.
"¡¡No me digas!! ¿En serio?" respondo yo con las pelotas escarchadas y una indignación cada vez mas creciente.
Lo reencendimos otra vez, otra vez intenté terminar de enjuagarme, y otra vez a los pocos minutos se apagó.
Y así dos o tres veces mas hasta que pude por fin terminar de bañarme, medio de apuro, caliente como una pipa, cagado de frío y puteando en idiomas que no sabía que podía pronunciar.

Conclusión: resulta que el fantástico calefón nuevo solo dura encendido no mas de tres o cuatro minutos y luego se apaga, cosa que, según el gasista (al que volvimos a llamar para pedirle explicaciones pero que ya estaba obviamente fuera de su horario de servicio y nos brindó solo un diagnóstico telefónico), probablemente sea por un defecto de fábrica por lo cual tengamos que llamar a un service autorizado de la marca (que ya descarto va a venir cuando se le cante el culo) y que lo mas factible es que, como está en garantía, se lo lleven para arreglar y nos quedemos como al principio, sin agua caliente por unos cuantos días.

Una maravilla todo, realmente...


La verdad que a esta altura ya empiezo a creer que alguien, el algún lado, me debe odiar mucho y tiene un muñeco vudú con mi foto, con el cual se divierte en sus ratos de ocio llenándolo de alfileres.

Por las dudas, si alguien sabe de contrahechizos, símbolos protectores o gualichos limpiadores del aura, me avisa o me los manda al mail ¿Si? Por favor…

Sino voy a terminar turulolo víctima de un colapso nervioso.

Gracias.


Ahí nos vemos… Capaz ... No sé ...