lunes, 30 de julio de 2007

Crítica de cine: LOS SIMPSONS - La película

Como fiel seguidor de esta histórica serie prácticamente desde sus comienzos, mi expectativa por ver esta película era grande, al igual, debo confesarlo, que mi temor de que pudiera llegar a decepcionarme.
El hecho es que cuando uno ha visto o conoce demasiado de algo, se hace difícil lograr ser sorprendido, o encontrarse con algo lo suficientemente distinto a lo que ha venido viendo desde hace 19 temporadas, como para quedar conforme.
Este parece ser el caso, en mi opinión (que soy bastante hinchapelotas con estas cosas), de esta cinta.
No quiero decir con esto, de ninguna manera, que la película sea un fiasco ni mucho menos.
Definitivamente si uno ha visto la serie y la ha seguido, debe ir a verla porque seguramente la va a disfrutar y mucho.
Sin embargo, estructuralmente no pasa de ser un capítulo largo de la serie, y no termina de redondearse como "una película".
Sin dudas que lo mas novedoso y hasta, por momentos, emocionante del caso, es ver por fin, después de tantos años, a estos personajes en pantalla grande, dibujados y animados con una técnica mucho mas pulida y ajustada, viviendo situaciones mucho mas intensas y algo exageradas; pero mas allá de eso, si bien la trama es divertida, y cuenta con muy buenos momentos, el argumento no ofrece grandes sorpresas y termina por ser la parte floja del asunto. Básicamente, la historia trata de cómo, a raíz de una clásica metida de pata de Homero, la ciudad de Springfield se ve condenada a una inminente destrucción, por lo que la familia Simpson es perseguida y condenada por el resto de los habitantes enfurecidos, y forzada, de esta manera, a abandonar el país.
A raíz de esto, la unidad de la familia se ve seriamente comprometida, por lo que Homero deberá, finalmente, responsabilizarse de sus actos, y emprender una difícil travesía que le permita recuperar el respeto y la unidad de los suyos y, además, salvar a su ciudad del desastre.
El guión está lleno de gags clásicos, de guiños al espectador, de palos para el gobierno de EEUU, para las grandes empresas, para las cadenas televisivas y demás, a los que se suman ciertos gestos políticamente incorrectos que no son factibles de ver en la serie regular.
Obviamente aquí solo se proyectó en su versión doblada al castellano (y si, la vi así, pero solo porque en este caso era la forma correcta de verse para mantener la mística).
Personalmente, me hubiera gustado mucho mas (como supongo que a la gran mayoría de seguidores de habla hispana) que se convocara a las voces originales para realizarla, y no que se hiciera con estos últimos doblajes que, si bien no llegan a arruinar a los personajes, no están, creo, a la misma altura que los anteriores.
En cuanto a las actuaciones, a pesar de que es esta su primer experiencia cinematográfica, se puede afirmar que estuvieron muy acertadas en general, gracias en gran medida al mutuo conocimiento que han desarrollado los actores luego de tantos años de trabajo en equipo.
Homero, como es habitual, se luce en todas sus escenas, mostrando un gran avance en sus dotes actorales, y destacándose especialmente su decisión de protagonizar él mismo todas las secuencias de riesgo, sin utilizar dobles.
Marge siempre correcta, aportó su acostumbrada cuota de sensibilidad, así como también de firmeza cuando la historia lo requirió.
Bart se mostró algo mas maduro (remarcable el haberse animado al desnudo), aunque siempre fiel a su tendencia a los excesos y gusto por la improvisación de algunos diálogos, lo cual ocasionalmente desubica y divierte a sus interlocutores. Sin embargo, no llega nunca a desentonar.
Lisa como es su costumbre, si bien tuvo un desempeño aceptable y sin fallas, no pudo evitar intentar sobresalir por sobre el resto del elenco, cayendo por momentos en ciertas sobreactuaciones que podrían haberse evitado.
Por último, la pequeña Maggie que, sin dudas, va camino a convertirse en una joven revelación de la industria del cine, realizó su tarea con solvencia y gracia inigualable a pesar de su corta edad, reemplazando su falta de dicción con un gran dominio gestual de la escena, logrando convertirse en una pieza clave en el desarrollo de la historia.
El resto del multitudinario elenco acompañó perfectamente a los protagonistas, con destacadas interpretaciones especialmente de Moe, Barney, y el inefable Flanders, sin olvidar los interesantes cameos de estrellas como Arnold Schwarzenegger y Tom Hanks.
Para finalizar cabe mencionar que a película fue dirigida por David Silverman, hijo del viejo Silverman.

Calificación: 3 Renegados y medio. (Buena. Entretiene, divierte, y no defrauda. Una propuesta algo diferente y muy recomendable. Humor para disfrutar en familia (Siempre y cuando en la familia no haya niños muy pequeños, no porque no la vayan a entender sino porque molestan)).

Recomendaciones: Si Ud. es fanático de la serie obviamente no va a ser tan nabo de perderse de verla en el cine. Vaya de una vez.
Si Ud. no es fanático vaya igual. Un poco seguro que se ríe.
Si a Ud. no le gustan para nada "Los Simpsons", Ud. es un ser gris y horrible, sin sentido del humor y amargado. No vaya. Busque una cueva y métase ahí.
Si Ud. tiene un bebé, definitivamente no vaya. ¿No se da cuenta de que el pibe se pone a llorar y molesta a todos los que queremos ver la película en paz? Espere a que salga en DVD, la alquila y la ve en su casa. ¿Fui claro?

Nota final: Es la última vez que voy a ver una película en vacaciones de invierno.
Detesto los niños de entre 6 y 15 años de edad. Son seres molestos, ruidosos, y muy muy estúpidos. Y encima son miles y miles. Parece que los hubieran sembrado.
Insisto en que no debe permitirse su ingreso a las salas de cine con el resto de los mortales.
La próxima vez asistiré munido de un regio palo para abrirme paso y/u obligarlos a hacer silencio.

viernes, 27 de julio de 2007

Lo sabía...

Tiempo estimado de lectura: Mas o menos. Que se yo. Un rato.

No es que me importe demasiado, o me quite el sueño por las noches, pero he notado que, según me informan las estadísticas, en estas últimas semanas han disminuido drásticamente las visitas a este sitio.
De repente pasé de tener mas de cien visitas por día, a menos de la mitad (bastante menos). Así nomás, de golpe y sin anestesia.
Igual, reitero, no me interesa. Psst. Por favor. Tengo mejores cosas de que preocuparme.
Sin embargo, solo por curiosidad, y luego de llorar durante media hora en posición fetal en mi cama mientras repetía "Nadie me quiere" una y otra vez, comencé a preguntarme cual podría ser la causa de semejante variación negativa.
Lo primero que me vino a la mente es que la gente es estúpida, y no sabe apreciarme (estaba un poco enojado).
Seguramente, todos esos que ya no me leen, prefieren irse a leer el patético blog de alguna quinceañera en celo, que cuenta con lujo de detalles y pésima gramática, sus alocadas desventuras en el boliche, o las terribles presiones del colegio, o la angustia de cómo ese chico que le gusta tanto no la corresponde, o lo mucho que quiere a sus "amiguis" que son tan bobas y cursientas como ella, o como fue su primera relación sexual, o si entrega o no el totó, o algo así sin sentido que no le importa a nadie.
Claro, seguro que prefieren leer eso porque los posteos son cortitos, de frases poco estructuradas, y no hay que pensar demasiado para entenderlos. Es lógico.
Y encima por ahí hasta ligan que la boba cuelgue un par de fotitos de ella y sus amiguitas en una fiesta de pijamas, golpeándose con almohadas, todas vestiditas con baby doll transparente, o ropa interior de algodón blanca con zoquetitos.
O sea, son unos giles de mazapán.
Preferir eso, a mis exquisitos artículos, es de gente mersa y horrible. Sepanló.
Luego de un rato, y después de cerrar la página "misdulces16.blogspot.com" porque me estaba distrayendo mucho, abandoné aquel primer pensamiento porque, después de todo, quien soy yo para decir que la gente es estúpida. Gustos son gustos.
Entonces me serené, empecé a pensar las cosas con mas tranquilidad, y llegué a la conclusión de que, en realidad, la gente es simplemente mala.
Seguramente, así porque si, decidieron dejar de visitar mi blog con la única y oscura finalidad de hacerme daño, solo para hacerme sentir mal y verme sufrir (aunque no se como harán para verme, tal vez me estén observando sin que yo lo note. No sé.).
Ya los imagino a todos así conspirando y mandándose cadenas de mail, sincronizando esfuerzos tendientes a boicotear el incipiente éxito que estaba teniendo mi espacio, mientras ríen como locos, jalando palancas y convocando a los rayos desde lo alto de las torres de sus castillos.
Después de pasar horas dándome manija solo, y mientras limpiaba el arma con la cual pensé en salir a buscarlos para pedirles explicaciones, también desistí de esta teoría, principalmente porque me di cuenta de que implicaría un esfuerzo muy grande andar tratando de ubicar a todos los que me abandonaron uno por uno, y sinceramente, no tengo ni tiempo, ni demasiadas ganas (y si alguno se me retoba, encima, tampoco tengo muchas municiones).
Lo tercero que se me ocurrió es que tal vez, de alguna manera, algunos otros bloggers, intimidados por mi elevado intelecto, mi carisma irresistible y arrolladora apariencia, se pusieron nerviosos y, al ver seriamente amenazada su incipiente popularidad, han iniciado secretamente una campaña de desprestigio hacia mi humilde persona.
No es que sea yo mal pensado, pero es posible que solapadamente hayan estado dejando en cuanto sitio lo permitiese, comentarios terriblemente negativos acerca de este blog, recomendando enfáticamente a los lectores no volver a visitarlo, so pena de ser invadidos por incontenibles virus informáticos destructores de discos rígidos, torrentes de spam de productos para aumentar el tamaño del pene, y eventualmente contagiarse de lepra y culebrilla.
Pero esto tampoco me convenció.
Hasta el día de hoy, prácticamente todos los demás autores de blogs con los cuales he tenido contacto (virtualmente hablando, obvio), me han parecido personas por demás agradables, inteligentes, bondadosas y, sobre todo, muy respetuosas (algunos incluso me tratan de "Ud." siendo yo aún un purrete que goza de los efluvios de su primera juventud).
Algunos quizás estén un poquito cucú, es cierto, pero de una forma inofensiva, simpática y entradora.
Realmente no los considero verdaderamente capaces de cometer semejante bajeza.
Por eso, continué en mi incansable búsqueda de argumentos (porque si hay algo que tengo es que soy muy perseverante), hasta que se me ocurrió pensar que por ahí, quizás, tal vez, podría ser, existiría una remotísima posibilidad o sería probable que lo que yo escribo no sea bueno, ni interesante, ni lo suficientemente atractivo como para que alguien se entusiasme en leerlo, y le guste tanto que no puede evitar volver a entrar a la página día tras día.
Además, teniendo en cuenta que posteo de vez en cuando, a intervalos no muy regulares, y que encima me mando unos artículos mas largos que esperanza de pobre, los lectores que, como todo el mundo sabe, son personas extremadamente ocupadas y cuyas agendas no cuentan con espacio alguno disponible, no desean perder ni uno solo de sus valiosísimos minutos leyendo las pelotudeces sin sentido que se me da por escribir, y mucho menos andar averiguando a ver si se me ocurrió subir algo o no.
Pero esto directamente lo descarté de plano, porque la evidente verdad es que lo que yo escribo está realmente muy bueno, como todo lo que yo hago. Si posteo cada tanto es porque no es nada fácil mantener un nivel de calidad tan elevado, y si escribo mucho es porque mi creatividad es un furioso manantial que una vez que comienza a fluir, no puede detenerse, y si no vuelco todo eso podría llegar a ahogarme (Es que no se nadar).
De ninguna manera una persona con la capacidad de apreciar lo distinto y gusto por la excelencia, se daría el lujo de no visitar diariamente este sitio, por mas ocupada que esté. (Y aclaro que esto no lo digo por pedante, sino que mi psicóloga una vez me dijo que ante todo debo aprender a valorarme mas; así que si tienen alguna objeción con lo que yo opino de mi, mas allá de que sea cierto, vayan a reclamarle a ella que me obliga a hacerlo).
Después de horas y horas de teorizar acerca de las posibles causas de mi estrepitosa caída en el número de visitantes sin conseguir ningún resultado que me dejara satisfecho, decidí que lo mejor sería analizar los hechos mas específicamente, y ver si entrecruzando algunos datos concretos podría sacar algo en claro.
Solo de esta manera, finalmente, llegué a una conclusión. Y resultó ser escalofriante.
Sucede que, casualmente, la abrupta disminución de visitas es cronológicamente compatible con la publicación de mis artículos contrarios al gobierno.
Ahí me cerró todo. Claro. Era obvio. Sabía que esto iba a pasar.
Evidentemente mis afilados análisis de la realidad, mi estilo ácido y directo, y mi determinación inquebrantable de dar a conocer la verdad a la opinión pública, puso nerviosos a los poderosos de turno, quienes, sintiéndose amenazados por mi creciente e influyente figura, seguramente están utilizando todos los medios a su alcance para intentar silenciarme.
La disminución en el número de visitantes debe ser solo el inicio. La punta de iceberg. Y vaya uno a saber como lo lograron.
Tal vez hayan amedrentado a mis lectores uno por uno, mediante amenazas, intimaciones, cartas documento, secuestro de mascotas, incautación de computadoras, privación de la libertad, y tantos otros métodos ilegítimos de coacción.
(Pobre gente. Imagino lo que debe estar sufriendo por no poder leerme. Cuanta crueldad innecesaria. No se lo deseo a nadie).
Lo peor es que, como es de suponer, no se van a conformar solo con eso y, tarde o temprano, vendrán directamente por mi.
Ahora entiendo. Yo presentía que algo raro pasaba. Ya me parecía que la gente me miraba raro por la calle.
Es que estoy marcado. Seguro.
Sin ir mas lejos, el otro día iba cruzando la avenida un poco distraído y un auto casi me tira a la mierda. El que manejaba me gritó algo al pasar que me sonó como "¡¡¡la confgfgjffsssdetuhermana miráelsemáforo pelotudo!!!" mientras me hacía un gesto amenazante con la mano. No lo entendí muy bien porque pasó muy rápido, pero ahora que lo pienso, por ahí lo que gritó fue una amenaza a la seguridad de mi familia o algo así.
Me parecía sospechoso también el hecho de que la mayoría de la gente no me dirija la palabra, o me mire mal, o me escupa por la calle.
Ahora sé que eso no tenía nada que ver con mi poca simpatía, o con esa infundada teoría que dice que yo siempre caigo mal de entrada porque tengo cara de ojete y no quiero a nadie.
Lo que pasa es que no quieren quedar pegados. Tienen miedo. Pobres.
Que barbaridad. Adonde hemos llegado.
De todas maneras no me importa. Igual no van a conseguir que me calle, porque mis convicciones son sagradas.
Que sepan los señores poderosos que no les tengo miedo, y que no van a conseguir intimidarme con sus métodos espurios y sus amenazas.
Si quieren quitarles las computadoras a todos mis lectores y rompérselas a martillazos en sus propias caras..., háganlo.
Si quieren golpearlos a ellos también..., golpéenlos.
Si quieren involucrarlos en hechos de corrupción o delitos graves para tener una excusa para encarcelarlos y torturarlos por años..., háganlo.
Yo no me voy a callar. A mi no me asustan.
Sé que están ahí, agazapados en las sombras esperando el momento de saltar sobre mi.
Sé que me rodean. Sé que me persiguen. Sé que obligan a la gente a ponerse en mi contra y a fingir que no les agrado.
Sé que seguramente amenazaron también a mi psicóloga para que me dijera eso de que estaba demasiado paranoico y que lo mas seguro sería internarme y que era por mi bien y todo eso.

Pero no les funcionó. No pueden conmigo. Ni podrán.

Yo voy a seguir escribiendo aunque no me lea ni el loro.

Y ahora mejor me voy… Creo que alguien me sigue…

martes, 24 de julio de 2007

100 años de perdón

(Tiempo estimado de lectura: un rato largo. Dejen de quejarse y empiecen de una vez)

No hace mucho les relataba con mi inigualable gracia literaria, lo mucho que me molesta tener que hacer compras de todo tipo, y lo espectacularmente nabo que soy en mi rol de cliente ¿Recuerdan? ¿Ah no? Bueno. Háganse ver porque fue hace poco, puede que tengan algún problemita en la cabeza.
Aunque, quizás, el motivo por el cual no lo recuerden, es que lo que yo escribo no importa. Claro. Total. Escribo yo y pasa un carro. Es lo mismo. Bueno. No me importa. Ya van a venir con el caballo cansado.
Y no; ni piensen que les voy a poner un link. Si ahora les interesa el artículo al que hice referencia, búsquenlo ustedes, está por acá nomás abajito, y sino ahí en los links del costadito.
De paso miran un poco las cosas que pongo, votan en la encuesta y aprecian un poco mi ingenio y esfuerzo ¿O se piensan que esto es joda? ¡Atorrantes!
Que barbaridad che… Esta juventud de ahora …
En fin..., retomando el tema este de las compras, y para demostrar que con voluntad, decisión y un carisma apabullante (Esto último es solo una cualidad mía, no todos la tienen, pero no se desanimen), se pueden vencer las limitaciones y corregir las falencias, procederé a contar algo que sucediome el día sábado, cuando tomé la audaz decisión de comprarme un mueble (Si; como lo leen … Sé que para alguien como yo suena a suicidio financiero, pero no…).
Antes que nada, quisiera aclarar que esto no deberá ser, de ninguna manera, tomado como ejemplo, ni es algo de lo que me sienta orgulloso (Bueno … un poquito si), sino que debe interpretarse como un gran avance en el tratamiento de mi grave tendencia a ser sistemáticamente cagado por los vendedores.
O sea, en el fondo, muy muy muy en el fondo, fue por una buena causa.
Y además, creo que fue justo. Eso lo dejo a su juicio, el cual, asumo, será absolutamente imparcial y objetivo (Y sino, hay efectivo. Acá tengo cinco pesitos que buscan dueño).
Bien, he aquí la situación.
Tengo en mi casa pocos muebles, y muchos adornos, portaretratos, libros, mas adornos, y demás boludeces que quedarían muy lindas si tuvieran un sitio donde lucirse, en lugar de estar todas amontonadas en el mismo lugar.
Por ello, y teniendo en cuenta que en cualquier momento la inflación se va a la mierda y el país se cae a pedazos, con mi esposa nos decidimos a hacer una pequeña inversión, y adquirir un mueble. De preferencia, uno así tipo modular, con estantes, de esos para llenar con las mencionadas boludeces, pero bien acomodaditas y prolijas.
Con eso en mente, el sábado a la mañana, comenzamos a recorrer mueblerías (En realidad vidrieras de mueblerías, porque primero cogoteábamos a ver si había muebles que mas o menos pegaran con los que ya tenemos, y sino ni entrábamos).
Así, llegamos a una donde parecía haber lo que estábamos buscando, de modo que me tomé un tranquilizante (para no colapsar al oír los exorbitantes precios), me encomendé a los dioses, tomé aire, y entré (detrás de mi mujer que como no tiene tanto empacho a la hora de gastar plata, ya estaba adentro).
Nos atiende una señora medio parecida a una tortuga pero muy amable, que aparentemente era una dueña.
Un poco mas atrás, de manos en los bolsillos, y con una temible cara de ojete, había un señor que asumo era el otro dueño y esposo de la señora tortuga.
Le explicamos mas o menos lo que estábamos buscando, y la señora, siempre amablemente, nos invita a subir al primer piso donde tal vez tenía lo que queríamos.
Subimos los tres, y nos muestra un mueblecito mas o menos gauchito. Línea medio clásica, color roble oscuro, con cajones de manijas doradas y todo.

- Esta es una pieza única – nos dice la señora con cara de "Mirá lo que te estoy vendiendo papá" – Es precioso – Insistió.
- Msse .. ¿Y cuanto vale? – pregunté no muy convencido.
- Este te sale $ 485 – dice la señora con un brillo en sus ojos Es una pieza única – vuelve a decir.

Medio ya con la presión baja (por lo del precio), le pregunto si no tiene algún otro porque ese mucho mucho no nos gustó (En realidad iba a quedar como el culo en mi casa).
Nos lleva hacia un rincón medio oculto del salón, y nos muestra otro.
Este era un mueble hecho en madera de roble pero tallada, simulando caña de bambú. O sea, así a golpe de vista tenía toda la onda de un mueble de caña pero bien bien gruesa y maciza. Contaba con cinco amplios estantes de vidrio, en un diseño muy moderno. Realmente precioso (Y dado que intento dar un aire "oriental" a la decoración de mi casa, además iba a quedar prefecto).

- ¿Y este cuanto vale? – le pregunto a la tortuga, no sin algo de temor por lo que podría escuchar.
- Ay … Este no sé … A ver … Vamos abajo que te averiguo.

Bajamos los tres. La señora primero, bastante adelante, casi al trote, muy entusiasmada creyendo que había cerrado una venta segura al ver nuestras caras de ilusión con el mueble que nos había mostrado.

La escucho decir - ¿¿Cuánto está el mueble ese tipo caña con estantes de vidrio??
- Seiscientos cuarenta y cinco
– se escucha exclamar de inmediato al viejo, de muy mala gana.
- Seiscientos cuarenta y cinco pesos – nos repite la señora con amplia sonrisa - ¿Pagan en efectivo? – nos pregunta supongo que en broma.

Luego de recuperarme del desmayo (porque este era mas caro todavía), nos reímos alevosamente en su cara y le decimos que no, que sería con tarjeta y en tres pagos.
Ya sin sonreír tanto (No se que se pensaría la señora. Uno no es Rockefeller para andar con esa fortuna encima), nos dice que está bien.
Lamentablemente, como se suponía que íbamos solamente a "averiguar precios", y suelo tomarme todo literalmente, yo no llevé encima la tarjeta de crédito, así que luego de soportar las miradas homicidas y la artillería de reproches en voz muy baja de mi mujer, le dije a la señora que a la tarde pasábamos nuevamente.

- Bueno, pero mirá que hoy está pero por ahí ya para la tarde alguien viene y se lo lleva eh. Esto es así – dice la señora en un último y burdo intento por presionarme, seguramente viendo mi cara de pancho.
- Bueno, está bien – le contesto yo mientras voy saliendo del local (Y conquistando mi primer triunfo al no ceder ante la presión psicológica).

Pasaron las horas, escuché reproches, fuimos al cine, escuché reproches, fuimos hasta mi casa a buscar la tarjeta, escuché reproches, hasta que se hizo la tarde y volvimos a la mueblería como habíamos dicho.
Esta vez nos atiende el señor (supongo que porque estaba solo y otra no le quedaba), que seguía de manos en los bolsillos y con una cara de ojete mucho mas acentuada que a la mañana.

- Buenas tardes – le dice mi esposa – Nosotros habíamos visto un mueble con estantes esta mañana.
- ¿Cuál?
– dice el viejo de muy mala manera.
- Uno de roble que simula caña. Está arriba – le dije yo.

El viejo me mira como con odio.

- A ver. Subí y mostrameló – me ordena.

Subimos los tres. Le muestro el objeto en cuestión.

- Es este – le digo señalándoselo muy contento.
- ¿Cuánto te dijeron que vale? ¿Novecientos? – me increpa el horrible viejo.
- ¿¡¿¡Novecientos!?!? – le respondo casi al borde del infarto de miocardio seguido de convulsiones y pérdida del conocimiento.
- Y si. Acá, de madera solamente, tenés mas de mil pesos – me dice con muy mala onda. (¿¿Mil pesos de madera?? ¡¡Pero si son todos palos viejo chorro!!)
- No, no, no – interviene mi sorprendida esposa - Nos dijeron mas o menos seiscientos, seiscientos y algo…
- No
– dice el viejo – Se habrán equivocado. Esto no vale eso.

(Les recuerdo, por si alguno ya se perdió, que la señora tortuga fue a este mismo señor a quien le preguntó a la mañana el valor del mueble, y él fue quien le dijo la cifra de Seiscientos cuarenta y cinco.
Además si fuera cierto que el mueble tiene mas de mil pesos en madera ¿Cómo es que lo vende a novecientos? ¿Eh? ¿De bueno que es?).


- Bueno, esta mañana nos dijeron eso – le digo ya de mala manera yo también.
- Bueno, te habrán dicho mal – rezonga el viejo - ¿Quién te atendió?
- La señora – le contesto medio caliente – También trabaja acá ¿no?.
- ¿Vas a pagar en efectivo? - arriesga el delincuente.
- No, con tarjeta - le respondo ya bastante mal.
- Bue – dice el viejo resoplando y meneando la cabeza – Vení, a ver que hacemo’ …

Bajamos otra vez, ya todos con pésima onda (Yo en realidad con ganas de partirle una silla en la cabeza por viejo garca).
El viejo se ubica detrás del escritorio.

- A ver. Dame la tarjeta – me ordena.
- ¿¿Qué?? ¡No! – le digo con la mano en la billetera pero sin desenfundarla – Primero dígame cuanto va a valer el mueble; en cuanto lo hacemos. (Está bien que tengo cara de nabo pero no se abuse señor).
- ¿Cuánto te dijeron? – vuelve a preguntarme el viejo del orto, creyendo que tal vez en el ínterin yo ya me había olvidado que me quiso cagar en trescientos mangos.
- Seiscientos – le digo con absoluta seguridad y sin que se me mueva una pestaña (Y sabiendo que le estaba cagando olímpicamente cuarenta y cinco pesos).
- Y bueno, serán seiscientos entonces – refunfuñó el viejo mientras sacaba el talón de facturas - ¿En un pago o en dos?.
- ¡¡NO!! ¡¡Con la señora habíamos arreglado en 3 pagos!!
– le respondo ya muy caliente (Y recordando, además, que eso también se lo había consultado a él la señora).
- Bue – dice el viejo – Ta bien…

Y todo podría haber terminado ahí. Pero no fue así.
Como si todo aquello no hubiera sido ya lo suficientemente molesto, mientras cerrábamos la operación, tuvimos otra agria discusión mas acerca de la entrega.
Aparentemente para que la mueblería se hiciera cargo del flete tenía que haber Luna Creciente, Venus y Saturno debían estar en cuadratura, el Sol debía estar en casa 4 de Aries, la temperatura debía ser de 22 Cº y la humedad del 75%, con cielo despejado, de lo contrario lo tenía que pagar yo.
Obviamente que decidí pagarlo (Total lo iba a hacer con los $ 45 que me ahorré de la compra del mueble) ya que de esa manera el horario lo iba a disponer yo, y el señor podría ir a lavarse bien el ojete con sus tramposas condiciones de entrega.

Sinceramente si no fuera que nos quedamos re calientes con el mueblecito (que está hermoso) ni bien lo vimos, le hubiera dicho al viejo ladrón ese que se lo metiera, palo por palo, allí donde no le da el sol.
Al final parecía que nos estaba haciendo un favor en lugar de vendernos algo.
Por todo esto, es que le deseo a ese mal llevado y dehonesto señor una pronta e irrecuperable quiebra, asegurándole, obviamente, que ahí no compraré nunca mas ni una mugrienta banquetita.

Para finalizar, en pocas palabras: el viejo deshonesto me quiso cagar y lo terminé cagando yo, el flete me salió re barato, y el mueble ya está adornando en mi dulce hogar.

Y si, puede que no haya sido del todo honesto, pero él empezó.

Hoy puedo decir con gran orgullo que esta batalla..., la gané yo.

JA!

lunes, 23 de julio de 2007

Crítica de cine: TRANSFORMERS


Como era de esperarse, gracias a esa bendición de la que injustamente ya no estoy en condiciones de disfrutar llamada "vacaciones de invierno", y por la cual el mundo se llena de esas pequeñas cosas ruidosas y molestas que algunos llaman "niños", una vez mas tuve que tomarme la molestia de trasladarme hacia aquella cadena de cines que me queda lejísimos y cuyas entradas son mas caras, para poder disfrutar de esta tan esperada película en idioma original.
Y esto debido a que los cines a los que solía concurrir habitualmente decidieron, en un vergonzoso alarde de avaricia, poner en cartel, otra vez, TODAS las funciones dobladas al español para favorecer la asistencia de los insignificantes energúmenos vacacionales, despreciando olímpicamente a aquellos espectadores que les damos de comer durante el resto del año.
Por este motivo, y tal como lo había anticipado en mi última crítica, de inmediato dí precisas instrucciones a mi gente, de ir a buscar al señor que decide que películas serán proyectadas en el Showcase Cinemas Quilmes, y mantenerlo cautivo hasta que llegara yo para darle su merecido, aclarándoles, además, que no tuvieran piedad en el método, pues el señor ya estaba advertido y se ve que pensó que era una joda porque no me hizo caso.
Hecho esto, me dispuse tranquilamente, a disfrutar de la película.
El hecho es que estuvo tan, pero tan buena, y salí de allí tan contento, que me agarró como un ataque de generosidad que hizo que contactara a mi gente para decirles que se cancelaba la misión, y que podían dejar ir al prisionero (no sin antes darle un sustito como para que la próxima vez no se haga tanto el vivo).
Si señores, así de buena está "Transformers".
Uno generalmente espera, basándose en lo que se ha visto en los últimos años, que la primer entrega de lo que seguramente será una saga, sea una película simplemente entretenida que se centra principalmente en presentar a los personajes y delinear mas o menos como viene la historia.
Pues bien, "Transformers" es eso y mucho mas.
Con unos efectos especiales realmente espectaculares, una acción por momentos vertiginosa, actuaciones bastante decentes y una fidelidad notable a la historia original, son ciento cuarenta y dos minutos para disfrutar de principio a fin, en especial si uno ha sido, como yo, de aquellos que no se perdían la serie animada allá por los años 80’s.
Realmente por momentos no podía creer que estaba viendo ahí en carne y hues… bueno, no exactamente,… en cables y metal, a los viejos y queridos Autobots (el momento en el que aparece Optimus Prime para presentar al resto del equipo nombrándolos de a uno, es emocionante).
La historia comienza con la búsqueda de un Cubo cuya energía es capaz de crear vida, y que en un comienzo fue lo que dio origen al planeta Cybertron, hogar de los transformers, una civilización tecnológica extremadamente avanzada.
Al intentar Megatron, el líder de los Decepticons (que vienen a ser los robots malos) apoderarse del Cubo para conquistar el planeta primero y el Universo después, se desata una violenta guerra entre ellos y los Autobots (que son los robots buenos) que termina destruyendo Cybertron, con la consiguiente pérdida del Cubo y la dispersión de los pocos sobrevivientes en la inmensidad del espacio.
Por esas cosas de la casualidad (y del guión, porque sino no tendría sentido) el Cubo viene a caer acá, en la Tierra, por lo que también es atraído hacia aquí Megatrón que lo venía siguiendo como loco, re obsesionado.
Sin embargo, por alguna razón, Megatrón no llega a poner los frenos a tiempo (tal vez estuviera algo bebido) y se hace torta contra la superficie del Ártico, quedándose ahí congelado por años.
Allí es descubierto, de puro pedo, por un viejito explorador y luego capturado, obviamente, por el ejército.
A raíz de esto, el resto de los Decepticons se viene al planeta para buscar a su líder, rescatarlo, descongelarlo, ajustarle algunas tuercas, y retomar los planes de conquista.
Por supuesto también llegan los Autobots, con la misión de detenerlos y cagarles todos los planes, en beneficio de la humanidad y como sus protectores (porque son mas buenos que la mierda).
En medio de todo esto, queda un flaco medio papafrita que resulta ser el tataranieto del viejito explorador, y que tiene en su poder cierto objeto que aparentemente llevaría directamente a la localización del famoso Cubo, por lo que se vuelve un objetivo primario tanto para los Decepticons como para los Autobots.
Esa es a grandes rasgos la idea del argumento.
El guión es entretenido; aunque cuenta con muchos momentos de humor y diálogos livianos que, si bien no llegan a arruinar la trama, hacen que uno desee que pasen rápido porque lo que en realidad se quiere ver es a los robots y sus transformaciones.
Si bien ya apenas a escasos minutos de comenzada la cinta, ya tenemos la primer y espectacular aparición del primer robot, luego transcurre bastante tiempo hasta encontrar la segunda.
En este sentido una vez mas hay que destacar los efectos visuales y sonoros, y el extraordinario nivel de detalle con que fueron realizados los personajes, principalmente durante los cambios de forma. Verdaderamente son de un realismo sorprendente.
Las escenas de pelea entre Transformers están muy bien logradas, aunque por momentos son tan rápidas que lo único que se aprecia es un montón de metal retorciéndose, sin distinguir claramente cual es uno y cual el otro.
La batalla final en la ciudad es violenta, vertiginosa, y representa uno de los momentos mas logrados y mas espectaculares de toda la película.
Las actuaciones fueron buenas en general, pero no pasaron de ser un elemento de relleno ya que los verdaderos protagonistas, obviamente, son los robots.
El reparto humano estuvo integrado por Shia LeBeouf como Sam Witwicky, Megan Fox (una nena muy lalala que está mas buena que una grande de jamón y morrones) como Mikaela Banes; Josh Duhamel como el capitán Lennox; Tyrese Gibson como el sargento Epps; Rachel Taylor como Maggie Madsen y Jon Voight como el Ministro de Defensa John Keller, entre otros.
La cinta estuvo dirigida por el experto en vértigo y explosiones Michael Bay y producida por Steven Spielberg.
Ambos merecedores de todo mi agradecimiento y admiración (Y ya que estamos, y sabiendo que de seguro están leyendo esto, les hago un pedido: ya que se pueden hacer buenas películas con robots gigantes ¿Para cuando la versión cinematográfica de "Robotech"? ¿Eh? Vamos muchachos. Pónganse las pilas).


Calificación: 4 Renegados y medio que podrían transformarse en un 5 (Muy muy buena. Entretenida, rápida, con mucha acción, algo de humor, y por supuesto unos efectos especiales para caerse de culo. Es, sin dudas, una película para ver en pantalla grande. Imperdible.)

Recomendación: Si a Ud. le gustan los fierros, no se la pierda. Ahí tiene para empacharse.
Si Ud. veía los dibujitos en los 80’ vaya y emociónese como un gil viendo a los robots cobrar vida en pantalla. También puede que se sienta viejo, pero bueno, así es la vida.
Si Ud. es medio infantil, véala, y a la salida del cine no va a poder evitar mirar de reojo a los autos que se le crucen esperando que se transformen en robot (no es que eso me haya pasado a mi eh, yo soy una persona muy madura).
Si a Ud. es viejo, amargado y sin imaginación no vaya. Se la va a pasar diciendo "¡¡Uh que bolazo!!" o Mirá si un auto se va a convertir en robot!" y puede que se ligue una patada en los dientes por molesto.
Si Ud. no sabe quien es Megan Fox después de esta película no se la olvida mas. Como anticipo le dejo una fotito:

jueves, 19 de julio de 2007

Secretos revelados

Así como aquella vez, en forma exclusiva, revelamos y anticipamos los planes terroristas que se estaban gestando contra este gobierno, el Area Investigativa de este blog, una vez mas y mediante riesgosas operaciones llevadas a cabo por sus agentes encubiertos, ha logrado acceder a cierta conversación, que tuvo lugar en cierto despacho, entre ciertos personajes cuyos nombres (y que esto quede claro) serán cambiados para no revelar su verdadera identidad por cuestiones de seguridad nacional (y principalmente propia).
Esta información es altamente clasificada, y fue obtenida gracias a la utilización de micrófonos y cámaras ocultas, que uno de nuestros agentes mas experimentados pudo colocar y operar secretamente en el lugar, merced a su maestría en el arte del disfraz (se disfrazó de araña y se quedó medio colgado atrás de una cortina, cerca de un rincón durante horas; incluso se comió un par de moscas como para ser mas creíble).
A pesar de estar corriendo un enorme riesgo, y sabiendo que a partir de esto podríamos convertirnos en verdaderos "blancos humanos" capaces de sufrir persecuciones, intentos de censura, salvajes torturas, o, simplemente, meternos en un quilombo de proporciones gigantescas al reverendo pedo, consideramos que es nuestro sagrado deber compartir esta información con la opinión pública.
Que sea lo que Dios quiera, y que Goku nos ampare.

Aquí, la desgrabación del material:...............................

Locación: Cierto despacho.

Presentes, y con visibles muestras de intranquilidad, Néstor, Aníbal y Alberto. Algo mas alejada del grupo, Cristina, ensayando en voz baja la palabra "Fi lo so fí a" porque mucho no le sale y tiene algo así como un Congreso o algo, en el que debe pretender que sabe de lo que habla (o al menos que sabe hablar).

Alguien golpea la puerta.

Néstor: Pashe.
Felisa (ingresando lentamente con una gran sonrisa nerviosa en el rostro): Permiiiiiiiisooooo.
Néstor (con gesto adusto): Pashá boluda, pashá … Shentate ahí…
Felisa (sin dejar de sonreír): Bueno, gracias … ¿Cómo andan? ¿Todo bien?
Néstor (poniendose rojo y escupiendo mientras habla): ¿¿¡¡PERO VOSH ME ESHTASH CARGANDO!!?? ¡¡NO!! ¡¡¡NO ESHTOY BIEN!!! ¡¡¡COMO EL CULO ESHTOY!!!
Aníbal: Eso, como el culo …
Néstor: ¿¿¿¿ME QUERESSHH ESSHHHPLICAR QUE MIERRRDA ESSHHTABASHH HASHIENDO CON ESSHHA PLATA EN EL BAÑO???
Felisa (ya sin sonreir tanto): Ah, era por eso la reunión. Bueno… Esooo …. Era una plata que tenía guardada. Yo desde chica que ahorro porque ….
Néstor (enojado): ¡¡Basshhta!! ¡A mi no me versshies! ¡¡Desshhime de donde shalió essha plata!!
Aníbal: Eso, de donde salió…
Felisa: Está bien. Eraaaaa …. Mmmm …. Era una plata que tenía guardada para comprarme una casita, porque la verdad, donde yo vivo vistes…
Néstor (cada vez mas nervioso): ¡¡¡Desshhime la verdad carajo!!!
Aníbal: Eso… La verdad …. ¡Carajo! ….
Felisa: Ok,ok … Te digo … Essssss…. Es una plata que me prestó mi hermano para …
Néstor (bordó de furia con las venas del rostro re hinchadas): ¡¡¡No me mientasshh massshhh!!! ¡¡¡Esho dejalo para losh gilesh de afuera!!!
Aníbal (asintiendo con la cabeza): Eso … No mienta mas … Eso déjelo para los gi....
Néstor (dandose vuelta de golpe): ¡¡¡Y vosshh dejá de repetir lo que sshho digo pelotudo!!!
Aníbal (se sobresalta): ¡¡Aia!! ¡No me gritez! Cazi me hago piz del zuzto … (Hace un pucherito).
Alberto: Calmate Néstor. (Se da vuelta y le guiña un ojo a Cristina. Ella le sonríe y da unos golpecitos con su mano al espacio del sofá a su lado, invitándolo a sentarse con ella).
Néstor (mirando con odio a Felisa sin darse cuenta de nada): Eshtoy eshperando…
Felisa (carraspea): Ejem … Bueno … No quise decir nada, perooo … Es que me gané una rifa de los bomberos de La Boca y ….
Néstor (mirándola fijo cada vez mas enojado): ……....
Aníbal (mirándola fijo también, intentando imitar el gesto de Néstor): ….......
Felisa (nerviosa): No,no … Es .. Eraaa… Es una plata que me encontré atrás de un árbol…
Néstor (acercándosele a la cara y hablando lentamente con tono muy amenazante): Deshime de donde shalió esha plata … Ahora…
Felisa (haciendo una arcada): E-e-e-está bien … Está bien… Te lo digo ... Pero alejate un poco por Dios, que tenes un aliento a perro que volteás. No hace falta que me tortures asi …
Néstor (soplandose la mano): ¿En sherio tengo mal aliento?
Aníbal: A ver (Intenta besarlo en la boca).
Néstor (reculando): ¡¡Shalí!! ¿¿Que hashésh? ¿¿Shos loco voshh??
Aníbal (sonriendo timidamente): Perdón .. jijiji
Néstor (Lo mira de reojo. Bah, con un ojo. Con el otro la vuelve a mirar a Felisa.): ¿¿Y??
Felisa: Bueno … Esa plata …..(Suspira profundamente resignada) Esa plata es un vueltito. Un favorcito. Una atención.
Néstor (con gesto de asombro y tomándose el pecho):¿¿¿Cooooomo??? ¡¿Eshh una coima?! ¿¡Me eshtash dishiendo que esh una coima!?
Felisa (agachando la cabeza): Sipi …

Al escuchar la palabra "coima" Alberto deja de parlarse a Cristina y se acerca rápidamente con una mano extendida por reflejo.
Aníbal saca su calculadora rosada de Sarah Kay y hace cuentas.
Se escucha algo así como un galope, y ruido de algo que viene a toda velocidad por los pasillos, chocándose y tirando todo a su paso.
La puerta se abre violentamente y entra Julio, todo sudado y agitado. No consigue hablar porque apenas puede respirar, pero con una mano se señala a si mismo y después hace el gesto de "10" con los dedos.
Néstor se tambalea como si le hubiera dado una lipotimia. Entre todos los sostienen y lo sientan en su sillón.
Cristina mira de lejos mientras se lima las uñas.

Néstor (apantallándose con una carpeta): ¡Ay Diosh! ... ¡Ay Diosh! ... ¿Cómo puede sher? ¿Cómo me hishishte eshto Felisha? No lo puedo creer …
Felisa (acongojada): Perdoname Néstor … Yo se que te esforzás por hacerle creer a la gilada que somos todos honestos y toda esa sarta de idioteces demagógicas, pero fue un descuido nomás. Fue un error. La dejé ahí para llevármela después y se me pasó.
Igual no te preocupes tanto, inventamos algo, se lo hacemos decir a los medios y listo. Como venimos haciendo. Si total los giles se lo creen todo. No te va a perjudicar esto a vos, en serio …
Néstor (poniendose de pie de golpe): ¿¿¿¡¡Pero vosh te penshash que shoy pelotudo!!???
Felisa (algo asustada): ¿¿P- p- pe- pe- pero que pasa??
Néstor (dando un puñetazo en el escritorio): ¿¿¿Cómo she te ocurre cobrar una coima y dejarme afuera hija de puta???
Aníbal (dando un saltito): ¡¡Aia!! ¡Ya te dije que no gritez! Me ponez nervioza... Ejem (poniendo la voz gruesa) Nervioso … dije nervioso... Ner-vio-so....
Alberto: Calmate Néstor. Te va a hacer mal …
Néstor (abriendo los brazos y haciendo ademanes exagerados): ¿¿Pero como me deshish que me calme?? ¿Vosh vishte lo que hisho eshta turra? ¡¡¡Me dejó afuera Alberto!!! ¡¡Me dejó Afuera!! ¡¡¡A mi!!!
Alberto (palmeándole la espalda): Bueno, a vos solo no. Nos dejó afuera a todos. (La mira con cara de orto).
Felisa: ¡Ah claro! Como si ustedes me hubieran participado de todo a mi.
Julio: Bueno, ¿Hay o no hay mosca? Tengo coimas… digo... cosas que hacer.
Néstor (angustiado): Pero me dejó afuera. A mi que le di todo. ¡¡Que desagradecida tá que te parió!!
Aníbal (fingiendo angustia): Eso,... nos dejó afuera... que lo parió …
Alberto (se saca y le amaga un bife): ¡¡Terminala vos forrazo!! ¡¡Deja de ser tan obsecuente querés!!
Anibal (se agacha asustado): ¡¡Aiaaaaaa!! ¿¿¿Por qué me tratáz azí??? (Se cubre la cara con las manos y se pone a sollozar).
Cristina (levantando la voz y con cara de orto con botox): ¡¡Beto!! ¡Vení para acá!… Néstor, calmate. Aníbal, dejá esa polvera que es mía y es importada. Felisa, sos una boluda marca ACME. (Sigue sentada y limandose las uñas).
Felisa: La verdad que no se por qué tanto escándalo. Ustedes se repartieron la mosca de los sobreprecios de la construcción de esos "cañitos" para el gas, la de las facturas truchas, y toda la de las obras públicas, y a mi no me dieron nada ¿Y yo protesté? Noooooooo. No dije ni mu. Y ahora por un vueltito miserable, se hacen tanto problema. ¡¡Yo también tengo que vivir che!!
Néstor: ¡No me importa! De todo lo que she recauda, shiempre, ¿eshcuchashte?, SHIEMPRE, un diego esh para mi. Para esho shoy el capo acá. ¡¡Shin mi ushtedes no tendrían nada!!.
Julio: Hablando de diego ¿Pasa algo acá? Sino me voy eh...
Alberto (de lejos, ya sentado nuevamente junto a Cristina): ¿Y ahora que hacemos Néstor? (Le cuchichea cosas al oído a Cristina. Ambos ríen bajito).
Néstor (se agarra la cabeza): No she … No she …
Alberto: Y hacé lo que hacés siempre. Hacete el boludo y echale la culpa a alguien mas. Que se yo. Decí que es una campaña sucia de la oposición, intentá parecer muy preocupado y listo. Total la gente se traga cualquier cosa.
Néstor (señalando con desprecio a Felisa): ¿Y con eshta que hago?
Alberto: Y…. Ella se tiene que ir … Sino podemos quedar pegados nosotros….
Felisa (abriendo grandes los ojos): ¿¿Cooomo?? ¿Qué me vaya adonde?
Néstor: ¡Al carajo te vash a ir! No she ni me importa. Pero con noshotros no te podésh quedar. Acá no hay lugar para egoístash que no comparten lo que conshiguen.
Cristina (levantándose fastidiada): Bueno chiquitos, yo me voy. Estas cosas me aburren sobremanera.
Aníbal, que me preparen el avión, la tripulación, el coffieur, la manicura, y la vestuarista, que tengo ganas de irme de compras a algún país de verdad. ¡¡Rápido!!
Aníbal: ¡¡Enzeguida mi reina!! (Sale corriendo dando pasitos cortitos como con el culo fruncido).
Alberto: ¿Cómo ... ya te vas?
Cristina: Si Betito. Después te llamo. (Le da un beso y le guiña el ojo).
Néstor (haciéndose el adolescente): ¿Y para mi no hay besho?
Cristina (de lejos y siempre con la misma cara de culo porque tiene tanto botox que no puede gesticular): Chau Néstor. Y a ver si me arreglás esto, que ya sabés que no está el horno para bollos.
Ya te dije que yo pongo la cara pero no quiero quilombos sueltos.
No te lo voy a repetir. (Se va).
Julio (guardándose un pisapapeles de oro en el bolsillo): Bueeeeeno, aca no pasa naaaaaaada. Yo también me voy yendo.
Néstor: Bueno Felisha. Eshtásh deshpedida. Tomátelash.
Felisa (se pone de pie de golpe indignada): ¿¿Queeee?? ¡¡Aaaahhh nooo!! ¡¡¡A mi así no me vas a despachar!!! ¿Qué te pensás que soy yo? Te hice el aguante, te intevine el INDEK para que dibujara las cifras, puse la jeta en las conferencias de prensa, me hice responsable de las sandeces que hiciste en materia económica ¿Y te creés que me voy a ir quedando como la única chorra? No querido. ¡A mi con eso no! ¡¡Así no!! ¡¡¡Así no!!!.
Alberto (acercándose): ¿Qué estás queriendo decir?
Felisa: Que si me voy, será mediante una renuncia para no quedar tan mal, y además que quiero una generosa compensación económica. ¡¡Y aparte mas vale que ni se les ocurra dejar que vaya en cana eh, sino les juro por esssta (Hace un gesto obsceno) que voy y cuento todo lo que sé en todos lados!!.
Néstor (se pone pálido y se le aflojan las piernas): ¡¡Uy!! ¿Qué hashemos Alberto? Nosh falta tan poco. Nosh podría cagar el negoshio grande. ¡Y shi pasha esho Crishtina me mata! Sho le prometí que le dejaba todo a ella.
Alberto: Si. No nos podemos arriesgar. Ya casi lo tenemos en el bolsillo, la puta madre …
Felisa (mirándolos muy seria): ¿Quedamos así?
Néstor (con trompa y apretando los dientes): Eshtá bien. Quedamosh ashí.
Alberto: Touché.

Todos se escupen la palma y se estrechan las manos, en un acto realmente muy infantil y poco serio.

Felisa: Muy bien. Ahora te traigo la renuncia.

Felisa se retira murmurando cosas irrepetibles.
Nestor se sienta en su escritorio con cara de preocupado y rascándose la cabeza.
Suena la música de "El Gran Golpe". Es el celular de Alberto .

Alberto (canchereando): ¿Hola? … Aahhh ¿Qué hacés Romi? … ¿Cómo va linda? ... ¿Qué? .. ¿Otro pariente? … Bueno … Vos ya sabés lo que tenés que hacer ¿no? jejeje (Le guiña el ojo a Néstor de manera cómplice) Pasate por mi oficina en cinco. Chau chau.
Néstor: ¿Qué hashesh? Ayudame a resholver eshto ….
Alberto (poniendo cara de banana): Disculpame pero ahora no puedo flaquito. Tengo "cositas" que atender.

Alberto se retira haciendo un extraño bailecito como si estuviera muy contento.
Nestor se queda solo. Da un profundo suspiro. Saca un espejo del cajón de su escritorio, y comienza a ensayar frases, poniendo cara de víctima para su futuro discurso.

Fin de la transmisión..................................................................


Ahí lo tienen. Un documento único que ha salido, finalmente, a la luz de la opinión pública en un esfuerzo sin precedentes.
Una vez mas cabe destacar que esto fue posible gracias al arrojo y profesionalismo de nuestro agente, quien de no ser por el completo anonimato que lo reviste, estaría en estos precisos momentos, bajo serio peligro de muerte.
¡¡Felicitaciones por su valentía agente Juan Carlos Gutierrez!!.
Le haremos llegar la medalla a su domicilio particular, ahí en la calle Saravia 788, Primer Piso Depto. "C", a eso de las tres o cuatro de la tarde, porque sabemos que antes solo se encuentran ahí su esposa y su hijito solos.
Es una pena que queden tan pocos agentes secretos tan valiosos como Ud..
Reciba Ud. nuestra admiración y respeto.

Seguiremos investigando e informando, hasta las últimas consecuencias, pase lo que pase y le pese a quien le pese.

Esquivando el Éxito Area Investigative Reports.


(Aclaración: Los hechos y personajes del artículo anterior son pura y estrictamente ficticios. Cualquier similitud con hechos y personajes de la realidad, es una mera (y muy triste) coincidencia. O sea, si alguien se da por aludido será que tiene el culo sucio, así que a mi no me vengan a hacer quilombos después).

jueves, 12 de julio de 2007

Shopping

Para que no se forme la falsa imagen de que soy únicamente un casi infinito conglomerado de virtudes, voy a revelar aquí uno de mis muy escasos defectos, o sutiles mínimas falencias para decirlo mejor, de manera que puedan ustedes humanizar mi imagen y dejar de verme como un ser perfecto e inalcanzable (además de muy muy muy humilde).
Como para poder hallar algo que fuera poco menos que genial en mi tendría que escarbar muy profundamente en mi interior, y no tengo muchas ganas, voy a comenzar con algo, digamos, mas superficial, y que como me sucedió hace poco, me facilita mucho la tarea.
Bien. Sucede que tengo un "temita" con el hecho de comprar cosas.
Para que quede mas claro: no sé comprar.
Si. Así como lo leen.
Soy un perfecto desastre a la hora de comprar algo, sea para mi o, mucho peor aún, si es algo para regalar.
Soy horrible en ese menester. Siempre lo fui y, probablemente, siempre lo seré.
No me genera ni el mas mínimo atractivo el hecho de ingresar a un local, interactuar con el vendedor de turno, y proceder a efectuar la transacción comercial de referencia con el fin de adquirir un producto.
O sea, y para que no se malentienda en caso de que deseen hacerme obsequios, me gusta tener cosas. Me gusta mucho. Lo que no me gusta es el "acto" de comprarlas.
Lo peor del caso, es que eso no me sucede únicamente con ciertos rubros medio específicos o poco habituales, sino que me suele pasar con todo, así tenga que comprar algo en el kiosco, en la panadería, en la tienda de ropa, en la casa de electrodomésticos o en la mueblería.
El hecho es que si no voy absolutamente decidido, con mi mente cerrada y únicamente concentrada en el objeto a adquirir, y terriblemente convencido de que eso es exactamente lo que quiero y necesito (y por supuesto a un precio razonable) es altamente improbable que el resultado de la operación sea satisfactorio (en especial para mi bolsillo).
Encima soy de esa clase de cliente que se distingue a cientos de kilómetros de distancia. De esos a los que los ladinos vendedores (gente perversa si la hay) suelen referirse como "papita pa’l loro", o "pancho a las doce en punto" cuando hablan entre ellos murmurando (porque sepan que los vendedores se hacen los amables, pero cuando ustedes se van les sacan el cuero), mientras me miran de reojo y se arrojan en manada hacia mi desorientada persona, como una jauría de lobos hambrientos de comisiones.
Estoy seguro de que se me debe notar que soy una presa fácil.
Es como si llevara un cartel luminoso en la frente que diga "Dale, cagame, vendeme cualquier basura que yo te la compro".
Para empezar, tengo la horrorosa, pésima y totalmente estúpida costumbre de autogenerarme una especie de "compromiso" con el vendedor, cuando se me da por ingresar a un local para hacer alguna consulta.
Es como si por pronunciar la frase "Bueno, cualquier cosa después me doy una vuelta" estuviera empeñando mi palabra de honor, junto con la dignidad de todos mis antepasados y, en caso de no cumplir con ello, una maldición pagana fuera a caer sobre mi, para eternizarme en un sufrimiento perpetuo.
Esta inentendible actitud, ha provocado, en mas de una oportunidad, que no pudiera abandonar un comercio tranquilamente sin llevarme algo, aunque no lo necesite o no me guste realmente.
O sea, me he llegado a comprar algo que no quería o que no pensaba comprarme, solo por "no quedar mal" con el vendedor (Si, ni yo lo termino de entender. A veces me doy lástima).
Soy tan pavote (por eso me dicen "Remo" … porque soy "pa bote" … chiste pésimo … Perdón … Es que tengo sueño), que capaz que necesito comprar una lapicera y me terminan vendiendo una baldosa del piso, rota, y, encima, carísima.
Padezco además, y como para agravar aún mas mi sufrimiento, de un terrible desfasaje monetario/temporal, cuyo síntoma principal está dado por una alteración de conciencia que mantiene en mi mente la idea de que aún estamos en plena convertibilidad, y que las cosas deberían estar a un precio accesible, por lo que todo, pero absolutamente todo, me resulta excesiva y horrorosamente costoso a la hora de adquirirlo, lo cual me provoca sendos ataques de espanto a la hora de consultar precios.
Por esta causa, cada operación de compra de algún producto y/o/u objeto, desata en mí una furiosa batalla interior entre mi parte idiota que no quiere quedar mal con el vendedor que se molestó en atenderme, y mi parte "cuidadosa" del dinero, que no quiere abonar sumas excesivas en algo que al final no debe ser tan necesario.
Por último, y como si todo lo anterior no me fuera suficiente, también soy insoportablemente indeciso.
Aunque tenga mas o menos bien visto lo que voy a comprar, siempre me queda una duda dando vueltas y, como si fuera a propósito, siempre parecen cruzarse en mi camino cosas que se me hacen mas atractivas de adquirir, justo en el preciso momento en que ya casi tengo cerrada la operación original.
Esto muchas veces me ha hecho cambiar de planes ahí mismo, en territorio enemigo y bajo la penetrante mirada del vendedor, lo cual, si se tiene en cuenta todo lo que expliqué anteriormente, ocasiona que casi siempre (mas bien siempre), termine comprando muy mal.
Todo esto viene a colación, porque hace poco debí comprar un regalo de cumpleaños.
Obviamente solicité con anterioridad precisas instrucciones dada mi natural incapacidad de elegir algo apropiado, por lo que se me sugirió que consiguiera una linda agenda.
- Fácil – pensé - Voy, pido una agenda, pago, y me vuelvo triunfante.
Por supuesto, en la primer librería a la que entré no encontré lo que yo tenía en mente (porque me lo habían descripto con todo detalle para evitar inconvenientes).
Si, tenia varios tipos de agendas, pero no la que yo buscaba.
Obviamente, la señorita vendedora se apresuró a intentar convencerme de llevarme alguna de las que tenía ahí, notando, seguramente, como buen depredador que es, mis evidentes gestos de inseguridad.
Mi primer impulso, debo reconocerlo, fue comprar lo primero que me puso en las manos, pero lo resistí.
Al grito de "¡¡NO!!" le propiné a la expectante señorita un poderoso empujón, lanzándola contra un estante de cuadernos y lapiceras que se desarmó estrepitosamente al impacto, desplomándose completamente sobre ella. De inmediato, le arrojé esa agenda que intentaba venderme por la cabeza (porque NO era la que yo quería) y salí corriendo aparatosamente, antes de que fuera demasiado tarde y la terminara comprando.
Luego de huir durante varias cuadras de un señor grandote y medio mal llevado que salió a perseguirme empuñando un compás y gritándome que me iba a asesinar diez veces (aparentemente era el padre de la chica, además del dueño de la librería), comencé a buscar algún otro negocio del rubro.
Le pregunté a un kiosquero si conocía alguna librería, me dijo que no sabía y me vendió dos paquetes de pastillas, un atado de cigarrillos y un encendedor (y eso que yo no fumo).
Después se me ocurrió preguntarle al tipo disfrazado de payaso que vende globos en la peatonal, asumiendo que como está todo el día en la calle debía contar con amplios conocimientos de la ubicación de los locales comerciales.
Tampoco sabía, pero me vendió una Pantera Rosa hecha con globos.
Finalmente le pregunté a uno de esos hippies que venden porquerías tirados en trapos en la vereda. Este si sabía. Me dio las indicaciones del caso, y me vendió tres collares y cuatro paquetes de sahumerios.
Llegué al local, fuertemente concentrado en comprar exactamente lo que yo quería o nada.
- Podes no comprar nada. Podés no comprar nada. – me repetía mentalmente – No tenés obligación. No tenés obligación.
- ¿Señor?
– escucho decir a una sonriente joven que me observa detrás del mostrador.
- ¡¡No tengo obligación de comprar nada!! – le contesté medio levantando la voz, mirándola fijo y agitando mi pantera rosa de globos.
- No señor, por supuesto – me respondió la señorita mirándome como si estuviera loco.
- Ah si, perdón – le respondo recomponiéndome un poco - Buenas tardes. Estaba buscando una agenda – solicito sin pérdida de tiempo, y esperando que me diera exactamente LA agenda que yo buscaba como por arte de magia, para que todo terminara lo mas rápido posible.
Ella se dio vuelta, y con una amplia sonrisa, mezcla de una gran suficiencia con algo de malicia, realiza un ampuloso gesto con el brazo como recorriendo el aire en un gran arco y dice:
- Tiene todas estas para elegir.
Ahí se me cayó el mundo (por no decir el culo que queda feo).
Habría fácilmente como 200 modelos de agendas de todo tipo tamaño color, forma y la reputa que lo parió.
Me quedé mirando el estante en silencio mas o menos durante unos 15 o 20 minutos, con la mente en blanco.
- ¿Buscaba alguna en especial? - insistió la perversa muchacha.
- Una agenda - repetí automáticamente y comenzando a ser paralizado por mi inutilidad.
- Si, bueno, ¿Pero de que tipo? Tengo de cuero, de plástico, forradas, con cierre, sin cierre, con abrojo, con repuestos, lisas, con motivos, grandes, medianas, infantiles, con stéreo, sin stéreo, enteras, descremadas…
- ¡Una agenda!
- volví a decir sin dejar de mirar la inmensidad del estante cargado de agendas y ya con cierta angustia en la voz.
- Bueno, le puedo ofrecer esta – dijo la bruja tomando una agenda de gigantesco tamaño, que debía ser la mas grande, pesada y masculina que había.
La tomé, la abrí, la di vueltas, la miré, la analicé, la cerré, la volví a abrir y la volví a cerrar, lamentablemente todo esto aún con la mente absolutamente en blanco.
- Bueno, la llevo - dije finalmente, perdiendo una batalla mas en el campo de las compras.
- Fantástico – dijo ella con aire triunfal, sabiendo que la victoria era suya.
Me la envolvió con un coqueto detalle, pagué y me fui, una vez mas, como tantas otras, habiendo adquirido algo que no era lo que en un principio pensaba comprar ya que la agenda en cuestión era para mi hermana, quien en caso de que necesite trasladarla de un sitio a otro deberá pagarle a alguien que lo haga en su lugar, dado que seguramente pesa mas que ella.

En fin, como se ve, incluso personas tan extraordinarias como yo tienen sus pequeñas limitaciones.
Si, ya se que parece increíble, pero es así.
Por eso, y ya que estamos, desde este humilde espacio hago un llamado a la solidaridad de todos aquellos que tengan un negocio, de lo que sea.
Les pido que estén atentos.
Si alguna vez ven ingresar a su local a un tipo muy muy parecido al del dibujito que me representa, puede que sea yo.
Tengan piedad, sean buenos, y no intenten venderme cualquier cosa, porque lo mas probable es que se las compre y me arruinen el día.

Y ahora me voy.

Hay una compañera de trabajo que vende sábanas y toallas, y me dijo que quería preguntarme algo.

jueves, 5 de julio de 2007

Solo una sospecha ...

Desde que hace unos días se conoció la perturbadora, casi indignante diría yo, noticia de que la asquerosa "Pingüina" sería la candidata del oficialismo para las próximas elecciones presidenciales de Octubre, se han realizado toda clase de análisis, se han tejido complicadas teorías, y proyectado estudiadas encuestas, para variar, de dudosa veracidad.
Por supuesto de inmediato, además, salieron los lameculos obsecuentes de siempre a elogiarla hasta el hartazgo, arrastrándose como los gusanos que son, siempre impulsados a mezclarse gustosamente con la basura en un indigno intento de ver si pueden quedarse con algún mísero pedacito de ella.
Lo peor del caso es que estamos, lo sabe cualquiera con dos dedos de frente, apenas rozando el inicio de lo que será una insoportable campaña de saturación visual con su imagen, que vendrá a completar el seguramente ya próximo bombardeo de falaces y exagerados argumentos que intentarán avalar y justificar las grandiosas condiciones y méritos que la califican para gobernar los destinos del país, siguiendo los torcidos pasos de su media naranja.
¿O será que eso es solo lo que nos quieren hacer creer?
Y formulo esta pregunta porque en medio de todo esto, a mi, que no soy analista político ni mucho menos, de inmediato me vino una idea a la mente, que me quedó dando vueltas hasta el día de hoy.
Reconozco que puede que sea una teoría medio retorcida, nacida de mi habitual y genética capacidad para pensar mal de todo lo que me rodea, pero en mi defensa debo decir que ya me he cruzado con suficiente gente de porquería como para que así sea.
Eso, sumado a que no me es para nada desconocida la proverbial cobardía y poca honestidad de la pareja gobernante, me parece motivo suficiente como para esgrimir esta hipótesis, tal vez, no tan descabellada.
A ver, yendo por partes; lo primero que pensé fue ¿Por qué el horrendo Pingüino, con lo ególatra y ambicioso que es, le cedería el poder del que tanto disfruta a su secuaz, la Pingüina?
Si desde que asumió que gobierna con las encuestas en la mano, y todas las encuestas, esas compradas que tanto gusta de mirar y hacer públicas, e incluso algunas pocas independientes, lo dan a él como claro ganador si fuera candidato, con bastante diferencia en cuanto a intención de voto por sobre su antipática y botoxeada señora esposa.
Si sabe, porque es bizco pero no boludo, que con ella como candidata es mucho mas probable que se arriesguen a ir a una peligrosa segunda vuelta y, es de suponer, no debe tener los mejores recuerdos de las segundas vueltas.
Me resulta, como mínimo, algo sugestivo que justo ahora que empezó a perder, ahora que ya no puede ocultar sus evidentes fisuras, y que se le empieza a gestar una oposición mas o menos definida, se la juegue a lo que no es seguro, mas aún sabiendo que todavía faltan cuatro meses, tiempo mas que suficiente como para que se le termine de dar vuelta todo por completo.
Para intentar encontrar una respuesta a estos interrogantes, quizás se deba desviar el foco de atención del pequeño tema que representa la pareja de monarcas y sus fechorías, y prestar atención a la foto mas grande, es decir, la situación actual del país.
O sea, para nadie con un par de neuronas en funcionamiento, es ya un misterio que las cosas no están yendo bien.
Se atraviesa por una crisis energética grave, que paraliza importantes sectores de la industria; hay una inflación muchísimo mayor a la informada a través de los organismos oficiales, los cuales están intervenidos y manejados a distancia por el Ejecutivo; no hay inversiones desde hace años; comienzan a hacerse sentir los efectos del desabastecimiento de mercaderías; se percibe un notorio y marcado crecimiento del descontento popular, y todo esto sumado a esos ya clásicos problemas jamás resueltos como la inseguridad, el poco respeto por las Instituciones, la corrupción, y una larga lista de etcéteras ya demasiado conocidos.
Hechos, todos estos, que recién desde hace no mucho tiempo están siendo tenidos en cuenta por la mayoría de la población, dado que a algunos de los medios de información cómplices ya se les hace demasiado dificultoso disfrazar la verdad como venían haciendo, mientras que a algunos otros ya no les llegan los habituales sobres y, como represalia, comienzan a informar en serio.
O sea, para decirlo de una forma bien resumida: se está yendo todo a la mierda muy muy rápido.
Ahora bien, teniendo en cuenta todo esto, y haciendo una proyección realista de la situación a futuro, no hay que ser un genio para determinar que quien sea que gobierne en el próximo período, se va a encontrar con un país convertido en una maravillosa bomba de tiempo a punto de estallar, situación ésta bastante improbable de evitar.
Y en ese contexto ¿Será capaz el Pingüino de exponer a su mujer a semejante incineración pública? ¿Será que su debilidad y cobardía son tan grandes que prefiere sacrificar a su propia esposa en lugar de ser él quien se tenga que hacer cargo de sus propios desastres?.
La respuesta obviamente es si, su debilidad y su cobardía son así de grandes, pero no solo la de él, sino la de ambos.
Lo que yo creo es que la verdadera finalidad de ungir como candidata a quien, de los dos, tiene las posibilidades de perder mas grandes, es la de conseguir una vía de escape legal y "digna" por decirlo de alguna manera (aunque la palabra dignidad, cuando se habla de esta gente, nunca debería ser utilizada).
Ellos saben muy bien que no van a poder seguir manteniendo esta insoportable maraña de mentiras en la que envolvieron a la sociedad por mucho tiempo mas.
Saben que la gente, poco a poco, se está dando cuenta de lo que en realidad son.
Saben, que si alguno de ellos se queda en el gobierno, se tendría que hacer cargo del enorme desastre institucional y administrativo que lograron crear en estos cuatro paupérrimos años de gestión.
Y saben, y muy bien, que no tienen la capacidad para hacerlo.
Ninguno de los dos.
Por eso tal vez lo mejor, para ellos, sea perder para, finalmente, salir ganando.
Quizás su verdadero plan no apunte a que la Pingüina gane la elección, sino todo lo contrario.
Quizás su intención real no sea quedarse, sino huir como las ratas que son, pero sin que se note la intención.
De esta manera el Pingüino, en otra de sus repugnantes maniobras para pretender mostrarse como algo que no es, quedaría como un "generoso" patriota que da un paso al costado argumentando que ella es la mejor alternativa para el país.
La Pingüina, merced a una furiosa pero muy medida campaña, haría tal vez una elección mas que decente, y perdería en segunda vuelta, quedando como una digna competidora y ya muy bien afirmada en la escena política nacional, esperando el momento oportuno para volver a mostrar sus estiradas fauces.
Todos sus cómplices se retirarían con ellos, en silencio e impunes.
De esta manera, los eventuales ganadores, convencidos de que los han derrotado, en realidad, estarían haciéndoles el juego sin saberlo, otorgándoles esa vía de escape que tanto necesitan, y evitándoles la vergüenza histórica de tener que volverse a su feudo patagónico en helicóptero y cascoteados por la muchedumbre enardecida.
No se, tal vez esté exagerando, y esta suposición sea algo medio tirado de los pelos, pero, sinceramente, no me atrevería a descartarla del todo.
De gente como esta puede esperarse cualquier cosa.

Por si acaso aquí queda asentada mi sospecha.

En el remoto caso de que las cosas se den como lo acabo de describir, exijo que de inmediato se me otorgue un espacio en televisión para conducir un programa de actualidad política (pero en off, porque soy vergonzoso), un generoso premio en efectivo por ser tan suspicaz, o como mínimo, una carpita y un turbante así robo haciéndome pasar por adivino hindú.

Que conste en actas.

martes, 3 de julio de 2007

Crítica de cine: LOS 4 FANTASTICOS y SILVER SURFER

Bien; no voy a mencionar lo que ya he repetido hasta el hartazgo para no aburrir a la gran multitud de lectores habituales de este blog (que serán unos 5 o 6 mas o menos), pero por si de casualidad cae alguien nuevo, le cuento la versión corta: soy fanático de los cómics, me pongo muy contento y ansioso cuando se estrena en el cine una película basada en alguno de ellos, y debo, necesariamente, disfrutar de dicha película con la panza llena de hamburguesa, cómodamente instalado en mi butaca habitual, a la cual siempre accedo gracias a mi inamovible decisión de ingresar primero a la sala luego de haber estado haciendo la cola desde mas o menos una hora antes del inicio de la función.
De no cumplirse alguna de estas sagradas premisas, se me arruina el momento, me caliento como una pipa, y puedo llegar a pasar toda la tarde con cara de ojete y de un mal humor insoportable.
Ahora bien, hecha esta salvedad, quiero dirigirme a Ud.. Si a Ud.; no mire para otro lado haciéndose el desentendido, Señor Programador de Películas, Director, Gerente, o quien carajo sea el que decide que películas van a proyectarse en el Showcase Cinemas Quilmes (si, y lo digo con todas las letras porque yo no le temo a nada, y además porque estoy muy enfadado).
A Ud., que en un evidente alarde de ignorancia extrema decidió, muy alegremente, que NINGUNA de las doce (si, ¡doce!) funciones de la película de referencia, fuera en idioma original y subtitulada como Dios manda, sino que TODAS fueran asquerosamente dobladas al castellano.
Seguramente Ud. Sr. Incompetente, debe haber inferido que ese era un film orientado únicamente a molestos niños, a descolocadas señoras cortas de vista o a personas analfabetas. O tal vez, simplemente, sea Ud. un reverendo pelotudo que no sabe nada de programación de películas para todos los segmentos de público.
Como sea, déjeme aclararle (para la próxima) que habemos boludones de 35 años que gustosos pagamos una entrada para ver esa clase de películas, y que ODIAMOS (y con muchas ganas) ese horrendo doblaje al mexicano neutro que arruina y empobrece las escenas, quitándole la gracia (y muchas veces el sentido completo) a los diálogos, además de restarle mucha intensidad a las interpretaciones de los actores.
Sepa, también, que gracias a Ud. me vi forzado a dirigirme a otra cadena de cines (porque de ninguna manera iba a ver esa película doblada) que me queda lejísimos; que para ello tuve que pagarme un remís (porque encima soy un rata que no tiene auto); que llegué casi sobre la hora (por lo que no hice tiempo a comer mi clásica hamburguesa, y me tuve que conformar con devorarme a las apuradas un mísero choripán que estaba rico pero era re chiquito) y que encima de todo pagué la entrada mas cara.
Resumiendo; Ud. Sr. Infeliz me arruinó la tarde, me costó como $25 mas caro y casi un divorcio.
Sepa que yo a Ud. lo odio, y que si no fuera porque soy terriblemente vago y costumbrista, a su cine no iba nunca mas. Tiene suerte de que las salas de su cadena cuenten con butacas mas cómodas, pantallas mas grandes, que la entrada salga mas barata, y que quede relativamente cerca de mi casa, que sino…
De todas formas, y atento a todo esto, le advierto que si llegase a reiterarse esta triste situación con la película "Transformers", no me haré responsable de mis actos, y probablemente lo busque para asesinarlo de una forma muy lenta y dolorosa, luego de lo cual procederé a sacarle toda la plata que tenga encima para los gastos extras que su inutilidad me acarree ( y ya que estoy para pochoclos y golosinas).
Bueno, ahora si, vamos directamente a la película.
Teniendo como antecedente la primer entrega, en la que mas que nada se presenta a los personajes y su historia (porque no todos leen comics), era de suponerse que en esta secuela las cosas iban a estar, como corresponde, un poco mas potenciadas, complejas y, por supuesto, con muchos detalles mejorados.
Afortunadamente, esa suposición fue acertada, y la película cumple con esas premisas.
En esta oportunidad, el grupo de héroes debe enfrentar una amenaza intergaláctica conocida como Galactus, el Devorador de Mundos (o como lo llaman en su barrio "Galactus el comilón"), un "ente" descomunal que vaga por el cosmos alimentándose de todo tipo de energías (térmica, biológica, eléctrica, a pilas, PAL-N, NTCS, etc.) y el cual se dirige directamente hacia la Tierra con cara de hambre para mandársela de un solo bocado, cual canapé de cumpleaños.
Y sobre esto hago una salvedad: Si bien en el cómic este "coso" es representado por un gigante medio ridículo que se desplaza en una nave de la que salen unas mangueras que le chupan la vida al planeta, para el film eligieron mostrarlo como una especie de "nubarrón", nebulosa, o algo así, gigantesco y tenebroso, supongo que para darle algo mas de "realismo" si se quiere. No es absolutamente fiel al comic pero, en mi opinión, fue una adaptación válida y aceptable que no desentonó ni quitó sentido a la historia (esto fue un comentario medio de nerd, pero bueno…).
Bien, el caso es que la primer señal de que el bicho muerto de hambre este, está viniendo a comerse el mundo, es la aparición de su "Heraldo" (viene a ser como un mayordomo o algo así … un alcahuete) que es quien le encuentra los mundos mas ricos en energía y lo llama para que se los coma al grito de "Galaaaaaactuuuuuuuus … A Coooomeeeeeeeer que se te enfría el planetaaaaaaa".
Este Heraldo no es otro que el Silver Surfer, quien originariamente era un habitante del planeta Zenn-Ra, llamado Norrin Radd, joven astrónomo y pacifista, el cual ante la llegada de Galactus a su planeta y para evitar que se lo manduque (y junto con él a su chica), acepta servirlo.
Para esto, Galactus lo dota de poderes cósmicos y le regala una tabla de surf para que vaya mas rápido (porque será devorador de mundos pero no por eso deja de ser re cool. Además no lo iba a mandar a recorrer el universo a pata pobre Norrin, y en una bicicleta hubiera quedado ridículo).
De esta manera, cuando el Silver Surfer llega a un planeta, ocho dias después llega Galactus con la servilleta al cuello y se lo come.
Aquí en la Tierra, mientras tanto y ajenos a todo esto, Reed Richards (Mr. Fantástico … el que se estira) y Sue Storm (La Mujer Invisible que está mas buena que una pata de pollo) están ultimando los detalles de su tan anunciada boda.
Por supuesto la misteriosa aparición del Surfer les escupe el asado, arruinándoles todos los planes, y encima haciéndoles gastar un fangote de guita en una fiesta al pedo en la que termina todo hecho pelota.
Como si esto fuera poco y para sorpresa de todos (menos para los que acostumbramos a leer cómics), el Dr. Doom vuelve prácticamente intacto de la muerte, y se ofrece a aliarse a los 4 Fantásticos para detener al visitante estelar.
Y hasta ahí mas o menos de lo que se trata (No cuento mas para que después cierta gente no se queje de que cuento demasiado).
En líneas generales, es una película bastante mas completa que lo que fue la primera.
Aquí, los protagonistas no se encuentran extraños con sus nuevos poderes, sino que ya los manejan de taquito y con los ojos cerrados.
Hay bastante mas acción, y escenas bien características del cómic muy bien logradas, gracias a unos excelentemente bien realizados efectos especiales y visuales (la persecución de la Antorcha y el Surfer es espectacular).
El guión se sustenta, no aburre ni decae en ningún momento, y tiene varios toques de humor bien puestos, sin caer demasiado en la ridiculez o la payasada. (Vale aclarar que la línea de este cómic en particular siempre fue algo mas "naif" en comparación con otras historias de Marvel. De ahí que en varios tramos pueda parecer demasiado liviano).
Los personajes se mostraron mucho mas sólidos y creíbles que en la primera película, seguramente debido a la mayor comodidad con que se encontraron los actores al momento de volver a darles vida.
El reparto es el mismo que en la primera entrega de la saga, con Ioan Gruffudd como Reed Richards (Mr. Fantástico), Jessica Alba (permiso, voy a secarme la baba y vuelvo) como Sue Strom (La Mujer Invisible), Chris Evans como su hermano Johnny Storm (La Antorcha Humana), y Michael Chiklis como Ben Grimm (La Mole).
Acompaña, y muy bien en su papel de villano, Julian McMahon (el Dr. Christian Troy de Nip/Tuck) como el antipático, vil y traicionero Dr. Doom,
Un párrafo aparte merece la excelente caracterización del Silver Surfer. Realmente es para destacar el detalle con que fue creado y la fidelidad al cómic que presenta.
Si bien es en su mayor parte es una generación digital, también detrás de eso y en las escenas donde debe interactuar personalmente con los otros personajes, el actor, mimo y contorsionista Doug Jones le da vida a este magnífico ser, cuya estética se completa magistralmente con la voz profunda e inigualable de Laurence Fishburne.
Esta historia fue dirigida por Tim Story, que es el mismo tipo que dirigió la primera.

Calificación: 4 Renegados Fantásticos (Es una película entretenida y visualmente muy atractiva.
Si bien no tiene una acción vertiginosa ni una violencia brutal, cumple en mantener el interés del espectador con momentos bien logrados, ya que no presenta demasiados puntos tan bajos como para llegar a aburrir.
Insisto en que yo haría estas películas mucho mejor, pero bueno, ésta zafa bastante bien. Vale la pena verla)
.

Recomendación: Su Ud. vio la primera y le gustó, vea esta que está un poco mas buena.
Si Ud. no vió la primera, puede ir tranquilamente a ver esta porque se va a entretener. Eso si, no empiece a preguntar boludeces como "¿Por qué ese señor es de piedra?" o "¿Por qué ese muchacho se prende fuego y no se quema?".
Si a Ud. no le gustan los superhéroes, debe ser que en el fondo es una persona malvada y, por supuesto, muy amargada.
Si Ud. pagó la entrada creyendo que "Los 4 Fantásticos" era un grupo folcklórico, evidentemente Ud. es un viejo gagá que no debería salir solo a la calle. No empiece a hacer escándalo y retírese en silencio.
Si Ud. es varón, y viéndola a Jessica Alba enfundada en ese ceñido uniforme no se le mueve un pelo, sepa que Ud. es terriblemente gaaaaayyyyy.