lunes, 29 de enero de 2007

Vamos por mas !!

Anoche miré, como lo hago religiosamente cada año, el desfile de Giordano en Punta del Este.
Y si, … lo miro no porque sea una loca fanática de la moda y el peinado, sino porque están algunas de las mujeres mas lindas y sexies de la Argentina medio en bolas. (Ay pero que suspicaces que son … Uy si, que fantástico poder de deducción que poseen, deberían ser detectives y bla bla bla. ¿Listo? ¿Ya está? Bueno. Sigamos.)
De todas formas no crean que voy a rebajar este sagrado espacio de elevada jerarquía intelectual (¿?) al referirme con términos soeces y chabacanos a las modelos y sus destacados atributos físicos.
De ninguna manera.
No verán escritas aquí cosas tales como "Zamolo si te agarro te unto con dulce de leche y te chupo toda hasta que se me duerma la lengua"; o "Prandi ya que te gusta escribir poesía, escribile un poema a essssta"; o "A vos, modelo que no conozco, igual te doy sin miramientos".
No. Eso jamás, pues ante todo soy un caballero.
Sí voy a referirme, siempre con el mayor de los respetos, al organizador de este prestigioso evento, el Sr. Roberto "No me peguen" Giordano.
Durante mucho tiempo, me pregunté, muy seriamente, si este tipo realmente es o se hace.
Basta con verlo intentar, sin el mas mínimo atisbo de éxito, entonar un mísero cantito de cancha para teorizar una respuesta.
Esa simple pieza musical que es coreada sin errores por los mas analfabetos exponentes de la población, para este pobre hombre equivale a entonar La Marsellesa en perfecto francés, ya que no pega una estrofa ni de casualidad. Tiene menos sentido del ritmo que una almeja sorda.
Escucharlo hablar es poner a prueba la totalidad de la modesta capacidad de interpretación que uno pueda poseer, además de la paciencia y el autocontrol de los impulsos, ya que es incapaz de estructurar frases medianamente coherentes durante un tiempo determinado, por lo que a los cinco minutos dan ganas de callarlo de una piña.
Definitivamente, luego de un análisis no demasiado profundo, uno llega a la conclusión de que este personaje no tiene los patos en fila, no le llega el agua al tanque, le patina el embrague, y demás graciosas analogías para no decir, lisa y llanamente, que es un PELOTUDO (siempre con respeto eh).
Esto, sin embargo, no es un gran descubrimiento. No hay que ser psicólogo para llegar a esta conclusión, y tampoco es lo que me motiva a realizar este humilde comentario. Al menos no la razón principal.
Lo que me llamó la atención especialmente en esta ocasión, fue el grado exacerbado de egocentrismo y autobombo que desplegó Giordano durante todo el espectáculo.
O sea, no es que haya sido algo extraño, ya que todos los años suele tirarse flores a si mismo, en un vano intento por ubicarse, o hacerle creer a la gilada que tiene un lugar, en la elite de los grandes gurúes de la moda internacional.
Pero este año fue demasiado.
Se autonombró hasta el cansancio como "numero uno", como descubridor de modelos, como trabajador incansable, como empresario que empezó barriendo una peluquería y hoy le da empleo a mas de mil personas, y se la pasó dando a entender que es un patriota que sigue apostando por el país aunque le pongan piedras en el camino.
(Obviamente todo esto en alusión a ese pequeño problemita judicial que tiene por evadir miles de pesos en impuestos, no entregar facturas, tener trabajando gente en negro, etc.. Una pavada boló… ).
El libreto que leía la pobre de Teté, cada dos frases intercalaba un "Gracias Roberto", "Que grande que sos Roberto", "Roberto presenta", "Esto es por Roberto", "Que grande que la tenés Roberto", "Que lindo que sos Roberto", "Sin vos no somos nada Roberto", "Roberto, Roberto, Roberto".
Faltaba que le agradecieran por inventar la lamparita eléctrica, la penicilina y el motor de combustión, y listo.
Cansaba tanta vanidad.
A todo esto hay que agregarle el ya referido grado de idiotez mental (respetuosamente hablando) que padece Robert.
Durante todo el show se la pasó advirtiendo que no se pierdan el final, que iba a ser algo histórico, que una modelo "crazy" (si … dijo crazy como diez veces) iba a hacer algo re loco, que iba a ser algo espectacular, y etc etc.. Lo repitió hasta el hartazgo.
Cuando llega el tan anunciado final salen a escena TODAS las modelos, luciendo unas muy horribles remeritas con coloridos estampados de la cara de … si, de Roberto Giordano.
En eso, una de ellas, totalmente ignota y desconocida, llega a la punta de la pasarela y se quita la remerita quedando olímpicamente en tetas (muy lindas por cierto) mientras Giordano grita desde su atril: "No, no … que está haciendo!!. Es una modelo extranjera que busca sus 15 segundos de fama!! Esto es una sorpresa para ustedes y para mi también!!! Como va a hacer eso!! Está crazy!!! Es una modelo extranjera!!" o_O?????????
¿Cómo? ¿¿¿No te la pasate anunciando que no nos perdiéramos el final porque una modelo crazy iba a hacer algo inesperado y re loco??? ¿¿¿Ahora salís con que era una sorpresa y te haces el alterado??? ¿¿Ves que no te da, paparulo??
En fin, luego de este papelón, llega el ya clásico tema musical "Gloria" con el que Bob G. acostumbra cerrar sus desfiles, saludando al público mientras intenta torpemente y sin la mas mínima gracia ejecutar algunos pasos de baile en compañía de las modelos de mas renombre.
Esta vez Giordano sale vistiendo un saco azul debajo del cual tenía una remera con un estampado de la cara de … SIII!!! De Roberto Giordano!!!
¿¿Qué clase de mamerto se pone una remera de si mismo y se golpea el pecho como si tuviera el escudo de Boca?? Dejame de joder!!! No podés ser tan piojoso!!!!
Además de todas estas vulgares demostraciones de amor y admiración a si mismo, se presenciaron pequeños actos cargados de ridiculez y pretendido glamour, cuando Robert quiso festejarle los cien años a Punta con una torta con cintitas (tipo esas de los casamientos) las cuales fueron tomadas por distintas modelos que tiraron de ellas sin ninguna delicadeza y haciendo caer al suelo el primer piso del pastel, mientras un enloquecido Giordano sacudía torpemente una botella de champagne que tenía menos gas que un agua Ser, intentando mojarlas sin éxito. Daba vergüenza ajena.
Para finalizar este tristísimo espectáculo, todos se dirigieron a la punta de la pasarela donde Bobby agarró un pedazo de la torta con mucha crema y se lo empezó a refregar bruscamente por la cara a cuanta modelo tenía al alcance, pretendiendo ser un gracioso bárbaro y quedando por supuesto como un gil a botonera.
Así fue la fiesta del supuesto galmour en Punta del Este.
Lo único rescatable (además de la belleza de las modelos) fue que quedó demostrado que para ser exitoso ni siquiera hace falta tener talento, o saber hablar, o que el cerebro te funcione mas o menos bien; solo hay que estar en el momento adecuado listo para cagar a la gente correcta, y después hacerle creer a todo el mundo que sos muchísimo mas de lo que en realidad sos.
Esa debe ser la fórmula del éxito.
De otra manera no entiendo como alguien tan quemado como Giordano hizo tanta guita (siempre dicho esto con el mayor de los respetos, por supuesto).

P.D.: Haciendo uso de mis nuevas habilidades premonitorias voy a pronosticarle algo a Giordano:

(…………………………mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm…………………………………)

Ahí va:

Si un día las modelos salen vestidas hasta el cuello, el desfile de Giordano mide menos 3 de raiting y nadie compra entradas para presenciarlo.
Al darse cuenta de que su éxito radicaba en la exposición barata de mujeres semi en pelotas, Giordano sufre un ataque de pánico y se suicida tocando una pala.

4 comentarios:

The Bug dijo...

Te leo y s�lo puedo pensar que est�s totalmente de la nuca.
Lo peor es darme cuenta que comparto tus opiniones.
�Tan mal estamos?
Un abrazo.

Calio dijo...

te adoro! siiiiiii!
ese tipo es de la peor clase, es un "nadie" con plata sin gusto, elegancia ni cerebro... y encima sin pelo.
gracias por la sonrisa de hoy sr renegado!

Anónimo dijo...

Al fin alguien coherente y que mira al frente cuando habla! Qué limado está Giordano, qué tipo bobo!!! Besitos :)

Lulet (Julia Mar) dijo...

Jajajaajaja! Me encantó!
Disfruté de cada una de las palabras, che.
Besos.