viernes, 30 de agosto de 2019

El Becerro de Oro: la historia del mal PASO de un pueblo

Todos, o al menos la gran mayoría, conocemos, escuchamos alguna vez o hemos visto en alguna de esas películas viejas que pasan en Semana Santa, acerca del relato bíblico del Becerro de Oro. 
Lo que quizás muchos no sepan, es el significado y la enseñanza que esa historia encierra desde el punto de vista kabalístico. 
Básicamente, y así a modo de breve sinocpis (Ojo: contiene spoilers) la historia cuenta cómo Moisés sacó a su pueblo que estaba esclavizado en Egipto y se los llevó para el desierto. Anduvieron caminando un rato y pasando alguna que otra visictiud hasta que finalmente llegan al pie del Monte Sinaí donde iban a recibir las Tablas de la Ley. Pero como ahí había que esperar y no había mucho para hacer el pueblo se impacientó y se hizo un Becerro de Oro para adorar. A Dios esto le cayó bastante como el orto, se ofendió y se pudrió el rancho. 

Hasta ahí lo que más o menos se sabe. Ahora vamos con algunos detalles que la historia bíblica oficial generalmente no cuenta. 

De la tierra de Egipto, con Moisés, salieron casi tres millones de personas. La gran mayoría de ellas con muy pocas ganas, medio arrastrando las patas, resoplando y refunfuñando, porque no estaban para nada convencidas con el temita este de tener que abandonar todo lo que conocían para seguir a un tipo AL DESIERTO, únicamente con la promesa de llegar a una supuesta Tierra Prometida donde todos vivirían mejor, serían felices y comerían perdices. Lo cierto es que casi nadie estaba contento y a unos cuantos medio que se los tuvieron que llevar a los tirones. 
Por esta razón, y como era de esperarse, ya desde el día uno muchos empezaron a hinchar los huevos y a quejarse ABSOLUTAMENTE DE TODO con el pobre de Moisés. 
Que acá hace mucho calor, que me canso, que me estoy quemando con el sol, que me entra arena en los ojos, que me duelen los pieses, que el Maná es gratis pero no tiene gusto a nada, ¿Falta mucho? ¿Ya llegamos a la India?. Y así. Todo el día. A cada rato. 
Otra cosa que quizás no se sepa es que Moisés no era, como lo muestran en las películas, un viejo tranquilo y paciente. Era mas bien un tipo bravo y bastante mal llevado, que solía andar con los huevos inflados por tener que lidiar con esa manga de llorones que preferían seguir siendo unos esclavos pusilánimes a ser libres y pasarla mal un tiempo en el desierto para llegar a una vida mejor, y que la mayor parte del tiempo se moría de ganas de gritarles "¡Ma si, arreglensé solos. Yo me las tomo. Re mil bai!", pero no decía nada. Los soportaba y se mantenía firme en su rol de liderar a ese pueblo de gente floja, quejosa y disconforme, porque esa era la misión que se le había encomendado y que él había aceptado llevar a cabo. 

La cuestión es que después de unos meses de una marcha no exenta de contratiempos, finalmente llegan hasta el Monte Sinaí. Ese lugar donde el mismísimo Dios los estaba esperando para, en un sencillo pero muy emotivo acto, hacerles entrega de su Torá (leyes). 
Y esto realmente implicaba muchísimo mas que darles un simple par de tablas grabadas con preceptos. 
Metafísicamente, recibir la Torá significó para ese pueblo (y a través de ellos, si se portaban bien, para TODA la humanidad hasta el fin de los tiempos) conectar con la energía de inmortalidad. O sea, solo por confiar en Moisés, perseverar ante la adversidad, bancarse la incomodidad del viaje y haber logrado llegar hasta ahí, lo recibieron TODO en ese momento y experimentaron en carne propia como un adelanto de lo que sería el mundo luego de la corrección final.

Sin embargo, para que el asunto fuera definitivo, faltaba todavía realizar un último paso y sellar la transacción dejándola por escrito (porque Dios, se sabe, es un tipo muy prolijo y le gusta que todo sea legal).
Por eso, ni bien Dios ve que empieza a arribar la monada, le manda un SMS al celu a Moisés (en esa época no había WhatsApp, obviamente) que decía "Subí así t doy las tablas. T espero. Abrazo". 
Moisés le responde "ok" (no era muy hablador), agarra y le dice a la gente 'Bueno, muchachos, yo ahora tengo que subir y finiquitar los últimos detalles con Dios. Me voy por 40 días y 40 noches y vuelvo. POR FAVOR PÓRTENSE BIEN Y NO HAGAN CAGADAS ¿Dale? Nos olemos a la vuelta. Chau'. Se calza la mochila al hombro y se va (medio resoplando, porque él también había venido caminando desde Egipto y medio que a Dios no le costaba nada esperarlo abajo o mandarle una nUBER voladora, pero bueno, viste como son los jefes de garcas).
La gente le dice 'Si si, dale, andá tranquilo Moi' (porque algunos más confianzudos lo llamaban Moi) y se quedan ahí armando el campamento y acomodando todo.
Así, los primeros días sin Moisés transcurrieron tranquilos. El pueblo hacía fogones, rondas de chistes, campeonatos de Chinchón y Escoba de 15, tomaban mate, cantaban y tocaban la guitarra. 
Sin embargo, a medida que iba pasando el tiempo, algunos se empezaron a aburrir y, como no podía ser de otra manera, arrancaron de nuevo a quejarse y romper las pelotas.

Y acá vale una aclaración para entender el contexto.
De esos casi tres palos de gente que salió de Egipto, solo 600.000 eran israelitas. Y para que no haya confusiones, esto no hace alusión ni a la nación de Israel que hoy todos conocemos (y cuyos habitantes a los sumo serían "israelíes", no israelitas) ni la religión judía, por una razón muy sencilla: en esa época ninguna de las dos cosas existía.
Cada vez que en la Torá se menciona la palabra "israelita" hace referencia al pueblo o congregación de Yisrael. 
La palabra Yisrael viene de Li Rosh, que significa "Soy/Tengo cabeza", y se refiere a todas aquellas almas que buscan (incluso aún hoy) la adhesión con el Creador (o sea, ser uno que crea su vida), mediante el camino espiritual y el control del deseo egoísta.
Todo el resto del contingente eran lo que se conocía como "Erev Rav" o "multitudes mixtas". Y ahí, como su nombre lo indica, había de todo.
Y eran justamente personas pertenecientes a estas multitudes las que siempre estaban disconformes y buscándole el pelo al huevo absolutamente a todo, y las que se la pasaban quejándose, protestando, pidiendo cosas y arengando al resto con que esto no es lo que voté, al final antes como esclavos estábamos mejor, que con mis impuestos no y que Moisés gato.

Los días pasaban y la cosa se iba poniendo cada vez más espesa, al punto que el pobre de Aarón, el hermano de Moisés que se quedó ahí medio como delegado, ya no sabía de que manera hacerle entender a la negrada que había que esperar, que si ya habían llegado hasta ahí con tanto esfuerzo no les costaba nada aguantar un cachito más.
Pero por supuesto, el pueblo no quería saber nada.
Estaban todo santo el día "Moisés tarda mucho", "Seguro nos abandonó", "Es un garca criado por el Faraón y encima es tartamudo", "No va a volver", "Todo lo que prometió es mentira", "Se debe haber muerto allá arriba y nosotros esperando acá al cuete", "Me aburro", "¿Por qué hay que esperar tanto? Esto del gradualismo no sirve", "Vamosnós, si total ya tenemos la inmortalidad", "Acá no hay wifi", "Estamos cansados del Maná. Queremos poder comer asado como antes", "¡FLAAAAN! ¡QUEREMOS FLAAAAAAANNNN!".
Y así es como todo el asunto fue escalando en intensidad hasta que un buen día a la gente, de puro aburrida nomás, no se le ocurrió mejor idea que hacerse un ídolo para adorar.
Porque si la iban a cagar, la iban a cagar bien. Y una de las quejas mas frecuentes era que el Dios de Moisés hacía mucho milagrito y cosita mágica, pero nunca vino a saludar. Nunca lo vimos. Y no importa si nos ayudó a salir de Egipto y llegar hasta acá. Si no lo vemos, SI NO ES COMO NOSOTROS QUEREMOS, no cuenta. Acá importa lo que queremos nosotros, que la tenemos re clara.
Fue entonces que los líderes de los grupos revoltosos, envalentonados porque Moisés no estaba y nadie los frenaba, se cebaron y mandaron a su gente a recolectar todo el oro y la plata que traía el pueblo.
Ahí nomás lo fundieron, se moldearon un bonito y brilloso becerro, lo adornaron, lo pusieron en un altar y a este si, sin ningún tipo de cuestionamientos, empezaron a adorarlo, a decir que era un capo y que la tenía re clara.
Y para festejar el hecho, ya que estaban, organizaron en su honor una partuza que incluía todo tipo de excesos, cumbia, baile, jarra loca, sexo grupal y enanos estrípers.
El resto del pueblo vio esto y como en el fondo muchos estaban cansados de pasarla mal, de las privaciones y de lo difícil del viaje y extrañaba la joda, sin pensarlo demasiado se fueron sumando y también empezaron a adorar al golden becerro.
Porque además el coso estaba ahí. Se veía. Brillaba. Y, sobre todo, no pedía nada a cambio.

Mientras esto pasaba, Moisés estaba apenas a seis horas de llegar al campamento porque ya se encontraba en camino hacía rato. 
El flaco venía chiflando, tranki panki, mirando pajaritos, chocho con sus tablas grabadas y pensando en lo poco que le faltaba para concluir su tarea y poder tomarse vacaciones, pero cuando llega hasta un punto desde donde logra divisar la ranchada se encuentra con la sorpresa de que el pueblo no solo no lo estaba esperando un carajo sino que, encima, habían armado alto cachengue y estaban ahí todos medio en bolas, dándole al chupi, tirando cuetes y haciéndole homenajes a una fucking estuata.
Moisés se agarra la cabeza al grito de "¡¡NOOOOOOOOO!! ¡¡PERO LA PUTA MADRE QUE LOS PARIÓ HIJOS DE REMIL PUTA!!" y en ese mismo instante las tablas estallan en mil pedazos.
Al mismo tiempo, además, le suena el celular. Era Dios, que obviamente estaba viendo todo y caliente como una pipa.
- Ahí los tenés a los pelotudos - le dice Dios - Mirá que linda tu gente. Los liberás, los ayudás, les mostrás el camino a una vida mejor y así te pagan. A la primera de cambio se dan vuelta como una media y se ponen a adorar a cualquier cachivache. La verdad no se merecen un carajo. Me llenaron mis Santas Pelotas, me llenaron.
Y ahí nomás se desata la hecatombe, la debacle total.
Una seguidilla de hechos bochornosos que involucran a Dios muy enojado, al hermano de Moisés que estaba por ahí al costado con cara de "Yo les dije que esto se pudría", al pueblo ingrato y quilombero, al Becerro de Oro, a una plaga que liquida un montón de gente, a un gran terremoto que hace que se abra la tierra y se trague a otro montón, y a los enanos estrípers que como estaban ahí y no pudieron correr porque tienen las patas cortitas la ligaron de rebote.
Moisés, que desde donde estaba ve como todo se está yendo al tacho, trata de interceder, porque en el fondo era buen tipo pero, además, porque le parecía una picardía que después de todas las cosas que habían pasado fuera a terminar todo así por culpa de un montón de cabezas de termo.
- Daaaa Jorge (si. Dios se llama Jorge), pará un poco - le dice Moisés - No te lo tomés así. Calmate. Dejame ir a hablar con ellos. Dame cinco minutos a ver que podemos hacer.
- Buó - le responde Dios medio resoplando y deteniendo su apocalíptico berrinche - Ta bien. Andá. Te lo concedo porque sos vos nomás. Lo dejo en tus manos. Cuando termines pegame un tubazo (era medio antiguo Dios para hablar) y me decís que arreglaron. 
Moisés corta y sale a las chapas y bastante caliente para el campamento (o mas bien lo que quedaba), llega y se para en el medio del quilombo de gente espantada y sollozante. Se cruza de brazos en silencio y golpea la patita en el suelo mientras los mira meneando la cabeza como diciendo "Muy bien eh. Los felicito. Que bonito".
- ¿Qué le dije que tenían que hacer? - pregunta luego de un momento Moisés, visiblemente molesto y con tono de reproche.
- Esperar sin hacer cagadas - responde uno, con la voz medio bajita y mirando al piso.
- Ajá ¿Y qué hicieron?
- No esperamos y nos mandamos flor de cagada - responde otro, también muy despacito, con las manos atrás y sin levantar la mirada.
- Mmjhmm - dice Moisés - ¿Y ahora que hacemos? ¿Vieron como se puso el quetejedi, manga de pelotudos? ¿Ustedes quieren volver a ser esclavos en Egipto? O capaz quieren que Jorg... digo, Dios, los mate a todos. No sé. ¿Quieren eso? ¿Eh? ¿¡EH!? - les dice ya medio gritando dramáticamente.
- No - dice la gente con la cabeza gacha mientras patea piedritas del suelo.
- Bueno. Entonces vamos a hacer esto. Yo ooootra vez voy subir a poner la cara por ustedes, pero sepan que esta es la última vez. No va a haber otra oportunidad. Piensen muy bien ahora que es lo que quieren. La responsabilidad de lo que vaya a suceder a partir de este momento es únicamente suya.
Y así Moisés, luego de mirarlos llevando su dedo índice hacia uno de sus ojos como diciendo "ojito eh", vuelve a emprender un nuevo viaje de 40 días y 40 noches hasta la cima del Monte Sinai, durante los cuales el pueblo se queda, esta vez si, no solo esperando sino también meditando en lo que hicieron con profundo y verdadero arrepentimiento, conscientes del terrible error que habían cometido. 

Después sí sucede lo que ya cuenta la historia tradicional: Dios le dicta la Torá completa y le da un segundo par de Tablas con los famosos Diez Enunciados a Moisés, este vuelve, junta al pueblo y siguen viaje por 40 años.

Esta historia habitualmente se usa como ejemplo para hablar sobre la idolatría, algo no muy difícil de comprender porque mucha metáfora convengamos que no tiene y no hay que ser un genio para darse cuenta de lo que intenta enseñar en este sentido.
Sin embargo, desde la mirada kabalística, el punto en el que siempre se hace más hincapié es en el de esas seis horas que faltaban para el regreso de Moisés al campamento; en ese lapso de tiempo en el cual la gente se dejó vencer por la impaciencia y decidió que no quería seguir esperando para satisfacer el limitado deseo de su ego de obtener algo inmediato y tangible, aunque aquello fuera infinitamente menos valioso que lo que estaban destinados a recibir y pusiera en riesgo todo el esfuerzo que habían realizado.
No sólo es importante lo que pasó, sino CUANDO pasó.
Esto no solo enseña acerca de lo fácil que nos resulta sucumbir ante el brillo de las cosas materiales de este mundo y cómo solemos darle poder sin cuestionarnos demasiado, sino que habla acerca de la falta de certeza en los procesos, y de cómo el solo deseo egoísta de obtener algo YA, de no querer esperar por considerar que ya se hizo suficiente, es lo que termina ocasionando que finalmente no se obtenga nada y se desperdicie lo poco o mucho logrado hasta el momento.
Hay que entender que en este mundo TODO proceso de trasformación verdadera INDEFECTIBLEMENTE lleva tiempo y presenta dificultades. Nada que sea realmente valioso va a llegar NUNCA de manera gratuita o fácil, y esto es válido tanto para cada uno de nosotros individualmente, como para las sociedades y las naciones.
Una sociedad verdaderamente cambia solo cuando cambia la conciencia de la mayoría de los individuos que la conforman. Y es por esto que SIEMPRE un pueblo va a tener la clase de gobernante que mejor represente o pueda manifestar ese nivel de conciencia general reinante. 
LOS PUEBLOS TIENEN LOS GOBIERNOS QUE SE MERECEN.

A nadie le resulta agradable decidirse a atravesar ese "desierto" que implica abandonar nuestra zona de confort y salir de la esclavitud de lo conocido, y menos aún cuando el destino no está a la vista. Pero si lo que se busca es una verdadera transformación, es un primer paso imprescindible de dar.
A nadie le gusta tampoco tener que esperar para obtener un resultado, pero cuando se emprende un camino de cambio y evolución hay que poder aceptar que el tiempo es una parte fundamental del proceso y ser capaz de perseverar aún en medio de la incertidumbre, entendiendo que los tiempos del sistema que rige este mundo no son NUESTROS tiempos.
La gran mayoría de las veces es simplemente esta falta de certeza en el camino emprendido y el esfuerzo realizado lo que nos lleva a abandonar y rendimos, sin saber que ese resultado que tanto deseamos, ese milagro por el que estuvimos trabajando, ya estaba en camino y a muy poco de manifestarse.

Saber identificar ESE momento, y elegir si se persevera o se renuncia, si se abandona o se hace frente a la adversidad y la desesperanza, es responsabilidad de cada uno. Y no solo para con si mismo, sino también para con todos los que lo rodean. 

Todos tenemos un trabajo de corrección que hacer, y nadie puede hacer el trabajo del otro. 



miércoles, 26 de octubre de 2016

PASIÓN POR LOS FUEGOS

Programa especial de cocina a las brasas.
Con la conducción de Francis Nardo Lópes, el chef temperamental.


(Suena de fondo una música estilo campestre pero moderna, medio remixada. La cámara realiza un paneo de lo que parece ser el fondo de una quinta muy bien cuidada, se detiene unos segundos en un pequeño fuego crepitante y luego continúa y hace plano en un rústico tablón montado sobre un par de caballetes, sobre el cual están dispuestos algunos recipientes con ingredientes y utensilios de cocina. Detrás de la improvisada mesa de trabajo, de pie y con una gran sonrisa, el chef Lópes haciendo como que acomoda algunas cosas mientras mira a cámara de reojo. Después agarra un repasador, se limpia rápidamente las manos y se lo tira cancheramente sobre un hombro. Mira a cámara con gesto muy ganador).

-¡Hola, hola, hola! Bienvenidos ¿como están? Que pla-cer y que felicidad estar nuevamente aquí con todos ustedes en este programa especial, después de tanto tiempo. Yo estoy muy pero muy contento de que podamos volver a compartir, una vez mas, este maravilloso y apasionante mundo que es la cocina. Me en-can-ta esto realmente (da como un aplausito. Se lo ve feliz, relajado y muy entusiasmado).
Como pordrán notar hoy nos encontramos aquí, al aire libre en esta fantástica quinta, con este hermosísimo fondo, porque lo que vamos a hacer es explorar ese maravilloso mundo de la cocción a las brasas, con una receta muy sencilla pero también muy muy sabrosa eh. Vamos a combinar fuego, ahumado, sazón y, por supuesto, la mejor onda y todas las ganas ¿si? ¿Me acompañan? ¡Claro que si! ¡Vamos ya mismo! (da un par de aplausos y se frota las manos con una gran sonrisa en el rostro).

Bien, ante todo, como la base y el aspecto mas fundamental de lo que vamos a hacer hoy es el fuego, yo tengo aquí detrás mío a un asistente, Andrés, que es quien se va a encargar de esa tarea. Podría decir que es mi "maestro del fuego" ¿no Andrés? jejeje (el chef mira muy sonriente a su asistente como esperando que le festeje la ocurrencia. La cámara hace un plano de Andrés, un muchacho algo canoso, con pinta de bonachón, que viste unas bermudas algo rotosas y una impecable camiseta de Tigre, y que está tan compenetrado en su tarea de arrojar leños al fuego que no le da ni cinco de bola y medio que lo deja pagando. Al chef se le borra la sonrisa de inmediato, mira fugazmente de reojo a la cámara, vuelve a mirar a su asistente y hace como que tose fuerte como para llamar su atención, pero Andrés sigue sin darle pelota).

-Bueno (mira a cámara), parece que está muy ocupado como para saludar jajaja (lo vuelve a mirar al asistente de reojo pero ya con un poco de cara de orto), en fin, no importa, vamos a lo nuestro ¿dale? ¡Si, claro que si! Buenísimo...
Lo que vamos a realizar hoy es el clásico pollo a la parrilla, pero utilizando dos técnicas de cocción distintas al mismo tiempo. Vamos a hacer medio pollo a las brasas, normal, clásico, y la otra mitad con una técnica de semi-ahumado con especias en leñas aromáticas. Y lo vamos a acompañar, además, con unas deliciosas verduras asadas rústicas, todo, por supuesto, realizado como les decía, con esa maravilla elemental de la naturaleza que es el fuego. Parece complicado pero les aseguro que esto de complicado no tiene nada eh, esto es bien bien sencillito y por supuesto moy moy rico. Bien, vamos ya mismo a comenzar... (mira a cámara muy sonriente y contento. Se da un par de aplausos muy animado. Luego lo mira al asistente)

-¿Cómo van ese fuego y esas brasas, Andrés?

(Andrés vuelve a ignorarlo olímpicamente mientras, con notable entusiasmo, sigue arrojando troncos cada vez mas gruesos a la ya imponente hoguera. El chef se pone un poco serio viendo la altura que están adquiriendo las llamas).

-Essteeeehhhhmmm, Andrés, yo creo que ya hay unas buenas brasas ahi para ir calentando la parrilla ¿no te parece? -vuelve a insistir el chef, con tono entre simpático y cancherito.

(El asistente se detiene en seco, como recién dándose cuenta de que hay otro ser humano en el parque. Gira la cabeza muy lentamente y lo mira al chef muy fijo, con gesto muy serio y en completo silencio durante unos segundos. Luego retoma su tarea, arrojando mas troncos al fuego.
Al chef se le borra la sonrisa de golpe. Mira a cámara, mira al asistente, mira a cámara, vuelve a mirar al asistente, vuelve a mirar a cámara. Se queda un instante estático, con cara de no entender que onda, pero rápidamente se recompone, hace una inspiración profunda, mira al suelo, menea ligeramente la cabeza, suspira, y vuelve a mirar a la cámara con una sonrisa ya algo forzada).


-Bueno, bueno, jajaja, que loco este Andrés. Bien, vayamos a lo nuestro jeje (lo vuelve a mirar al asistente con los ojos medio entrecerrados y sonriendo con los dientes un poco apretados). Entonces, lo primero que vamos a hacer es tomar este magnífico pollo que tengo aquí (agarra el pollo y lo tira como con suficiencia sobre la tabla), un pollo de granja eh, de corral, bien bien orgánico, criado como se debe, súper natural, bien sano, y lo vamos a... (el chef hace silencio de repente y se pone muy serio. Levanta la vista y mira atrás de cámara con alta cara de ojete. Luego saca del interior del pollo la bolsita de los menudos y la enseña)... ¿¡Qué es esto, producción!? ¡Acabo de decir que es un pollo natural de granja, la p#"%a madre que los parió! ¡Esta mi#%$a es de carnicería! ¿¿Por qué carajo no me avisan, sor#"es?? ¡Así aunque sea no me hacen hablar al pedo y quedar como un pelot$#o, forros de mie%$a? (agarra la bolsita con cara de enojado, se da vuelta y la revolea bien lejos. Da como un gritito contenido con los dientes y los puños muy apretados y medio como dando pataditas en el suelo. Luego resopla inflando mucho los cachetes, suspira, se calma un poco, respira hondo, vuelve a mirar a cámara sonriendo otra vez, pero ya un poco enculado) Bueno, no importa (suspira), son cosas que pasan eh jajaja, nada grave, vamos a continuar. Al fin y al cabo lo importante es mostrar las técnicas de cocción y eso lo podemos hacer igual incluso con este pedorrísimo pollo de carnicería ¿no? Si, claro que si... (se aplaude como para darse ánimo. Suspira fuerte y con ruido).


Bien, entonces, decía, lo que vamos a hacer es tomar el ave y primeramente realizar unos cortes en las articulaciones de lo que serían los muslos para abrir la zona. Lueeego repetimos este procedimiento en la pechuga, en la parte de las alas, aaaaasi, moooooy bien (hace los cortes y le salen bien. Sonríe satisfecho. Mira a cámara y guiña el ojo).
Luego lo que hacemos es tomar un cuchillo mas grande que tiene que estar bien bien afilado eh, porque vamos a dividir el pollo en dos, haciendo un corte lon-gi-tu-di-nal aaaasí (empieza a cortar con mucha confianza pero medio que le empieza a costar en la parte de los huesos y se empieza a trancar)... ¡Epa! Bueno, ufff, para ser de carnicería tiene los huesos duros este pollo hijo de p#ta, a ver si lo pgggggmmmmmgggmmfffffff (se afirma bien sobre el cuchillo, hace fuerza, se queja, se pone colorado, se le empiezan a hinchar un poco las venas del cuello. Al final los huesos ceden y logra terminar el corte. Tira el cuchillo sobre la mesa, sopla, da un paso hacia atrás y pone las manos en la cintura mientras sonríe mirando a cámara, jadeando, un poco transpirado y haciendo un ligero y triunfal movimento de cabeza con arqueo de cejas, como señalando al pollo) Uuffff, bueno, ahí está, ahí tenemos las dos mitades del pollo (respira bastante agitado) y... uuuuffff... me cansé un poquito... ayay... ufff... ¿Empezó a hacer mucho calor o soy yo?

(En eso mira para atrás y lo ve a Andrés, el asistente, sacando palada tras palada de brasas de una gigantesca hoguera y depositándolas bajo la parrilla.
El chef mira a cámara con un gesto como de preocupación. Vuelve a mirar el inmenso fuego mientras se rasca el mentón. Se queda en silencio unos segundos. Suspira y vuelve a mirar a cámara).


-Bien, eeehhhmmm si, (vuelve a mirar el fuego casi con incredulidad. vuelve a mirar a la cámara abriendo mucho los ojos y arqueando las cejas)... eehhhmmm, bueno, entonces... tenemos las mitades del pollo.

Tomamos una de ellas, que es la que vamos a cocinar de la manera clásica, y la adobamos generosamente con sal, pimienta, orégano y un poco de jugo de limón, así bien sencillita, y la reservamos aqui, eeessso esss, moooooooy bien. Peeerrrfecto (sonríe complacido). Esto no tiene ningún secreto eh, jajaja. Sen-ci-llito (mira a cámara guiñando el ojo mientraas hace saludo pistolita).
Ahora bien, con la mitad que resta lo que haremos será tomar un buen trozo de este rollo de papel de aluminio (agarra el rollo y quiere desplegar un pedazo grande pero se le rompe y arranca como una especie de triángulo. Frunce el ceño y pone trompa)... ¡Pero la rep#ta madre! bueno, a ver si... (trata de sacar mas para emparejarlo pero se le rompe otra vez, ahora como en forma de tira medio despareja) ¡¡Uuuhhhh, pero la recalcadísima con#%a de la lora, loco!! (Resopla. Chasquea la lengua. Se empieza a poner nervioso. Resopla otra vez. Respira hondo tratando de calmarse) Bueno, eehhmm, vamos, no pasa nada, no pasa nada (Sopla. Vuelve a respirar hondo. Cierra un instante los ojos y hace "Ooohmmmm". Luego agarra el extremo del papel de aluminio y lo empieza a desenrrollar lentamente y con muchísimo cuidado hasta alcanzar el tamaño que necesita. Lo toma de un extremo, medio entrecerrando los ojos y sacando un poquito la lengua por el costadito de los labios, re concentrado. Intenta cancherearla y cortarlo de un tirón pero le sale como el ojete y se le rompe todo) ¡¡Pero la repu#%sima madre que te parió, Fran!! (se habla a si mismo a los gritos) ¿¿Por qué mier#a no te traés un cacho ya cortado de casa?? ¡¡Qué ganas de complicarte la vida al pedo, pedazo de pelot#do!! (Resopla enojado. Deja todo, se da vuelta y camina unos pasos mirando al piso, refunfuñando y con las manos en la cintura. Luego suspira. Se calma un poco. Lo mira al asistente y ve que sigue arrojando cosas al fuego, ya aparentemente por gusto porque las llamas son inmensas y se nota que hay brasas de sobra. Mira a cámara, lo señala y hace montoncito con la mano. Lo observa algo desconcertado durante algunos segundos y vuelve a la mesa).

Bué, eeeehhhhmmmmmmm ¿por dónde iba? ah, el papel, si, si, el papel... bueno, pará, esteeeeemmmm... si, a ver... (desenrrolla el papel aluminio con mucho cuidado, lo mira unos segundos y para no arriesgar lo termina cortando con un cuchillo. Como consigue exactamente lo que buscaba le cambia la mirada y sonríe muy conforme) Ahí está, perrrrrrrrrrfecto, ahí me va gustando, moooy bien, eeeeeeso essss... joya... Bueno, ahora si...
Entonces (respira como mas relajado), en esta base de papel aluminio lo que vamos a hacer es tirar un poco de aceite de oliva aaaaasí, y luego vamos a colocar unos dientes de ajo enteros y un mix de hierbas y hojas aromáticas, todos junto, bastante, hasta que quede una especie de colchoncito, así ¿ven? mooooooy bien, perrrfecto. Luego tomamos el medio pollo que nos quedaba, lo salpimentamos y lo colocamos sobre las hojas, aaaasí. Y por encima le ponemos un limón cortado en rodajas, eeeeso es... Esto va a ser una de-licia eh, se los aseguro (mira a cámara y guiña el ojo muy sonriente). Finalmente cerramos bien el papel aluminio hasta formar una especie de paquete pero tratando de que quede un poco de aire por encima ¿si? ¿me siguen?, aaasí, hermoso. Luego lo damos vuelta y acá en la base donde pusimos las hierbas, con la punta de un cuchillo vamos haciendo agujeritos mas o menos medianos, porque por aqui es por donde va a ingresar el calor, el humo, y todo el sabor y la magia del fuego ¿si? ¿se entiende? Ahí está (mira el paquete que le quedó realmente perfecto. Le brillan los ojitos de felicidad. Mira a cámara muy contento y orgulloso, mientras acomoda las preparaciones en la tabla).

Bueno, ahora si, con todo preparado vamos al fuego, que ya debe estar listo ¿si? ¿me acompañan? vamos... (agarra la tabla, se da vuelta y se frena en seco antes de dar un paso porque una ola de calor infernal le golpea la cara.

El fuego que estuvo preparando Andrés ya casi parece un incendio forestal.
El chef mira la imponente hoguera con una expresión de asombro y, por que no, cierto temor. Vuelve a mirar a cámara como sin saber que hacer. Mira de nuevo hacia el fuego. Ve a su asistente como poseído pasando brasas a la parrilla, mientras alternadamente sigue alimentando las llamas con todo lo que tiene a su alcance. El calor es intenso y apenas soportable.
El chef, algo preocupado, se acerca como puede, medio entrecerrando los ojos por el humo. Mira la parrilla y ve que tiene tanta brasa que los hierros ya se están poniendo al rojo vivo).

-Eeeeessssteeeemmmmm, Andrés, creo que esto tiene demasiado calor. Habría que sacar un poquito de brasa ¿no te parece?

-No- responde Andrés sin inmutarse- Está perfecto.

-Peeeroooooo, fijate que en la mitad de allá hay que dejar espacio para poner la leña aromática para el ahumado y como que no hay lug...

-Si que hay lugar- lo interrumpe Andrés, mientras toma los dos leños reservados para el ahumado y los incrusta medio a presión en el ínfimo espacio que queda entre los hierros de la parrilla y la pila de brasas- Poné, poné nomás... Ahí sale el humito...

(El chef mira sus medios pollos tan prolijamente preparados y, con cierta desconfianza y apenas aguantando el calor que emana la parrilla, los deposita muy cuidadosamente sobre ella.
Obviamente, apenas toca el metal incandescente la carne comienza a crepitar intensamente. Las hojitas de orégano estallan en pequeñas y fugaces llamaraditas. La grasa superficial de la piel se enciende como una vela y el medio pollo clásico estalla en llamas.
Al mismo tiempo lo hacen también los leños para el ahumado, con lo cual el paquete de papel aluminio con la otra mitad del pollo y las hierbas también queda completamente envuelto por el fuego.
En menos de un minuto, todo lo que está sobre la parrilla está en llamas.
El chef observa la escena con los ojos llenos de lágrimas. Mitad de tristeza por ver como se creman sus medios pollos y mitad porque el humo lo está asfixiando. Su asistente, en cambio, mira todo con fascinación).


-¿No ibas a hacer verduras rústicas asadas también?- pregunta Andrés, sin apartar su mirada de las flamas que danzan sobre la carne.

-Se, pero dejá, ya fue- responde el chef suspirando con resignación y cruzado de brazos.

-¡No, no! Si la hacemos, la hacemos bien. Sino es un papelón. Las cosas se hacen como se debe o nos devora la entropía- exclama Andrés- Dejá que yo las traigo
(El muchacho con gran entusiasmo corre hasta el tablón, agarra una fuente y va colocando en ella unas papas, unas batatas, unos zucchinnis, unas berenjenas, una cuchara de madera, dos tenedores, un platito y dos repasadores, vuelve y descarga todo sobre la parrilla, así nomás. Y todo, por supuesto, en apenas segundos comienza a incendiarse, junto con los pollos.
El chef lo mira, casi con incredulidad. Después hace como un pucherito, se da vuelta y empieza a alejarse, lentamente, de brazos cruzados, medio arrastrando los pies, pateando piedritas y mirando al piso.
Llega hasta la mesa, mira a la cámara, toma aire y abre la boca como amagando a decir algo, pero se detiene. No dice nada. Toma una copa, se sirve un poco de vino, y comienza a beber, en silencio, con la mirada perdida en el horizonte).


(Luego de algunos minutos y varias copas de vino, el chef comienza a acomodar sobre la mesa las pocas cosas que quedaron sin ser arrojadas al fuego, mientras suspira meneando la cabeza. Luego mira a cámara con muchísima cara de culo).

-Bueno, creo que ya podríamos ir a buscar nuestros pollos y nuestras verduras ¿no? Ya deben estar supongo ¿me acompañan? Si quieren, si no me da exactamente lo mismo. La verdad es que si fuera por mi ya me hubiera ido bien a la reco#$a de la lora, pero tengo que cumplir con el programa (agarra de mala manera una pinza y una tabla y se dirige hacia la parrilla de muy mala gana. Llega y, como puede, retira las preparaciones. Todo se ve completamente calcinado, incluso el paquete de papel aluminio, que está todo tiznado).

-¡Nooo, mirá lo que es esto, la rep#tísima madre que lo reparió!- dice el chef, visiblemente molesto.

-Seeeeee, tiene una pinta bárbara- le responde Andrés, que de alguna manera parece ajeno a la realidad de la situación. O tiene mucha hambre.

(El chef lo mira con los ojos inyectados en sangre y apretando los labios. Ambos se dirigen a la mesa).

-Bueno, ahora vamos a ver si emplatamos esta mier#a ¿si? Aunque no se si emplatarla o ponerla en una urna, la p#ta madre que lo parió- dice el chef mirando a cámara con muchísima cara de orto mientras agarra con la pinza las verduras todas quemadas y humeantes y las va tirando así nomás en un plato.

Luego intenta cortar un pedazo de pollo, pero apenas lo toca se desintegra y queda como un montoncito de carbón. Tira la pinza y el cuchilo sobre la mesa. Mira al cielo. Se refriega violentamente la cara, da un grito y putea varios minutos con los dientes apretados.

-¡Abrí el otro! ¡Abrí el otro!- dice Andrés, que está entusiasmadísimo observando todo ahí al costadito, con las manos atrás y muy sonriente.

(El chef lo mira mal. Resopla. Murmura algo inentendible y, de muy mala gana, vuelve a agarrar la pinza y el cuchillo para abrir el famoso ahumado del paquete de papel aluminio.
Apenas hace un corte emerge del interior una columna de vapor con olor a yuyo chamuscado. El pollo está todo negro al igual que las hierbas, que parecen un montón de pasto quemado.

El chef mira lo que quedó de su preparación y luego lo mira a su asistente, rojo de bronca y mordiéndose los labios.
Andrés le sonríe, luego mira a cámara y levanta los dos pulgares mientras asiente con la cabeza como diciendo "Quedó de rechupete".
El chef lo mira abriendo muchísimo los ojos y con la mandíbula muy apretada. Vuelve a tirar la pinza y el cuchillo sobre la mesa y mira a cámara medio desencajado).

-Bueno, hasta acá llegamos. Espero que hayan disfrutado este programa especial y les haya gustado esta receta tan deliciosa. Y si no les gustó pídanse una pizza, hijos de remil pu#a, a mi me chupa un huevo. 

Yo ahora me voy y los dejo con el paso a paso y como siempre, de paso, pueden irse bien todos a la conc#a de su hermana. Fue un gustazo che. Muy lindo todo. Chau, hasta la próxima (lo mira con mirada asesina a su asistente) Chau Andrés, gracias por todo eh.

-No, graciavó- responde Andrés, con una gran sonrisa.

(El chef se aleja gruñendo, a las puteadas, haciéndole fuck you a todo el mundo y pateando unas macetas a la pasada.
La cámara se queda con un plano de Andrés que lo mira sonriendo.

Luego el muchacho se acerca a la mesa, agarra unos cubiertos y muy panchamente empieza a comer el pollo exageradamente ahumado. Mira a cámara, levanta el pulgar mientras mastica y hace chau con la mano mientras suena la música de cierre).

sábado, 12 de diciembre de 2015

Cuatro cuatro



"El 44 es uno de los llamados números Maestros. Estos representan una simplificación de un poder vibracional muy elevado que casi linda con el nivel espiritual.
Para quienes los posean, el camino espiritual es el que seguirán sin duda alguna, debiendo apuntar sus energías hacia el auto descubrimiento o aprender a leer en su interior, para enfocar su destino, que seguro le deparará una vida plena de conocimiento y evolución.
Las apariencias del mundo material no los influirán ya que los poseedores del número maestro, serán confiados y fuertes en su interior, por que en ellos brilla la luz del Universo.
Tendrán aptitudes psíquicas especiales que los diferenciarán con el poder de la  precognición muy desarrollado, por ello sus decisiones serán acertadas, en la mayoría de los casos, siendo motivo de consulta por aquellos que los rodean, en forma permanente, ya que el liderazgo es su destino y su espiritualidad tan elevada les permitirá ayudar a las personas que se sientan sobrepasadas por la vida, ya sea por desgracias, o por falta de auto-estima y no encuentren el camino."

No es que me crea todo eso que dice arriba, por mas cierto que sea, y por mas que resulte evidente que mi destino será liderar este planeta cachivachero y sus alrededores como el Emperador Supremo Mas Mejor de la Galaxia. Para nada. En serio. Quedensén tranquilos (pero tratenmén bien porque uno nunca sabe eh. Ojo). 
La verdad es que escribo esto en este casi olvidado páramo virtual, mas que nada por cábala. Por tradición. Y porque empecé hace unos años y soy un poquitín osesivo con ciertas cositas.

Eso es todo. Hoy simplemente damos otro paso. 

Hay cosas que quedan atrás.

Hay otras que inevitablemente están mas cerca.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Km. 43


Con muchas cuestas arriba y por momentos mas solitario de lo que alguna vez creí, sigo en este viaje hacia un horizonte que prefiero creer incierto, sabiendo que cada kilómetro que inicio puede ser el último.

Hoy, el km. 42 queda atrás.

Vamos a ver que depara el camino.



jueves, 11 de septiembre de 2014

Dormir acompañado

No, no se va a tratar esto de contar intimidades de la intimidad de mi vida íntima. Nada que ver. Yo no hablo de mi vida privada, manga de viejas chusmas. Vayan a ver programas de chimentos de la tarde o a comprarse revistas del "corazón" para enterarse de esas cosas (dicho sea de paso: que nombre boludo "revistas del corazón". No puedo creer que haya gente que gaste plata para leer eso. Decí que tienen mucho cliente cautivo. Como los cardiólogos... jaaajajajajajaja... Soy una tormenta con granizo del humor. Que loco lindo...).
Igual, aclaro para que no salgan corriendo atropellados a comprarse todas esas revistas de chusmeríos que aún así no van a poder encontrar nada sobre mi, básicamente porque no me conoce ni el loro.
O capaz que si eh. Ojo. Por ahí soy alguien muy muy famoso que hace esto para entretenerse y nunca se van a enterar. No se, no se.

Bueno, pero ese no es el tema. Y no me quiero dispersar porque después se me hace tarde y hoy tengo que ir a hacer una producción de fotos.

En fin, la cuestión es que tengo insomnio.
Y ya se que hasta ahora esto no tiene que ver con nada, pero aguante un cacho que ya le hago la conexión. Tampoco creo que esté taaaaaaaaaaan apurado ¿no? Si está leyendo esto es porque debe estar bastante al pedo.

Como decía, tengo insomnio. Y lo que sucede cuando tengo insomnio, es que no me puedo dormir (básicamente en eso consta el insomnio) y estar acostado, en la oscuridad y en silencio, hace que la cabeza como que se me cebe en pensar todo tipo de cosas, por lo general, de la peor índole.
Entre esas cosas, anoche, justamente, me surgió una que quiero ahora compartir con todos ustedes, amable teleaudiencia, que es la siguiente:

Supóngase que es usted alguien que gusta de hacer cosas medio pelotudas sin ningún sentido de utilidad o, para decirlo de otra manera, una de aquellas personas con una autoestima tan alta y un ego tan desmedido que se la pasa sacándose "selfies" en todo momento para luego subirlas a alguna red social para que otra gente, por lo general completos desconocidos que están tan al gas como usted, se la comenten y, con suerte, elogien, y todas esas cosas medio pavas que hace la gente ahora.
Entonces, en un momento, como usted ya tiene fotos suyas prácticamente en todo sitio y en toda posición, se le ocurre la genial idea de hacer algo súper original y sacarse fotos durmiendo.
Pero no haciéndose como que está durmiendo. Durmiendo en serio. En distintos momentos de la noche.
Para ello agarra una máquina de fotos, le configura un temporizador para que saque una foto automáticamente, pongámosle, cada hora, hora y media (no se si eso se puede hacer, pero hagamos como que si), la coloca convenientemente en un trípode (o en la mesa de luz, si es medio rata y no tiene trípode) ahí cerca de la cama, apaga la luz (si señor, obviamente la cámara tiene flash) y se duerme.

Al otro día, usted se despierta y, con el entusiasmo de un niño en la mañana de Reyes, va correindo a revisar las fotos a ver como salió.
Mira la primera y se ve dormido (claro. Esa era la idea) pero medio tapado con la sábana y no le gusta; mira la segunda y se ve la nuca porque está mirando para el otro lado; pasa otra y se ve ahi babeando toda la almohada y asi.
Finalmente llega a una, tomada bien entrada la madrugada.

Y en ella se ve usted, plácida y profundamente dormido/a, boca arriba.

Pero nota en la foto, que no está solo en su cama (y no. No es porque se ve su marido o esposa, en caso de tenerlo/a).

A su lado se ve una silueta, algo difusa, pero comprensible.
Algo parecido a un duende. Un súcubo. Un íncubo. Un bicho de esos desagradables y medio degenerados con cara de hijo de puta. 
Es una criatura así extraña, horrible y de aspecto diabólico, y está ahi agachada, miránandolo/a fijamente con ojos malignos y brillantes, con su espantosa cara muy cerquita de su rostro, casi rozándolo, y una de sus manos como en posición de que está a punto de hacerle algo.

Pasa a la foto siguiente (imagino que luego de recuperarse del desmayo y de cambiarse la ropa interior) y el bicharraco ya no está.

Y nada. Eso nomás. Quería que se imagine como sería esa situación, pensando, claro, que si no se le hubiese ocurrido lo de fotografiarse durante la noche, ahora no estaría enterándose de que "algo" lo/a ha estado visitando.

¿Habrá sido la primera vez que sucede? ¿Por que viene? ¿Que quiere? ¿Es posible que, quizás, esa fuese justo la primera vez y ese ser simplemente estuviera tanteando el territorrio, preparándose para volver alguna de estas noches?
Y si no es la primera vez ¿que es lo que estuvo haciéndole todo este tiempo sin que usted supiera?
¿Y si ahora se enojó porque le sacó una foto sin permiso y esta noche vuelve para cobrar venganza?


Y lo mas importante de todo.

Si a usted nunca se le ocurrió esto de fotografiarse mientras duerme ¿como sabe, con certeza absoluta, que no está siendo visitado cada noche por alguna de estas entidades?

¡Que julepe eh! Piénselo.



¿Que porqué escribí esto se pregunta?

Bueno, porque seguramente me lo voy a acordar cada vez que vuelva a tener insomnio, y quiero pensar en ese momento que todos los que leyeron esto y lo recordaron en sus propios momentos de insomnio, van a estar tan cagados como yo.

Y eso me va a hacer sentir bien y me voy a reír y así, pensando en eso, me voy a poder dormir.

Y por si son medio de hacerse los que "ah, no me voy a imaginar como sería así no me pasa de pensar a la noche y no me cago todo" acá les dejo una imagen.



Si. A veces soy un ser horrible mueeheheheheheheeee...


Dulces sueños... Que descansen...

 

jueves, 21 de agosto de 2014

Les traigo luz... sin subsidio

Estábame hace un rato acá tirado en la mas absoluta soledad, reflexionando con la mirada perdida en algún punto infinito en el vacío, medio en la penumbra, con un par de moscas revoloteándome alrededor, y pensaba que si de repente alguien me viera probablemente pensaría que soy un linyera que está usurpando el departamento (el cual, además, está hoy casi en las mismas condiciones que quien lo habita) y quizás intentaría ahuyentarme tirándome un chorro de soda o chumbándome con un escobillón.
Para ser un poco mas gráfico, si la selfie de mi vida en este instante ("selfie" es como llamamos ahora nosotros los jóvenes a una fotografía sacada a uno mismo. Sacarse un foto a uno mismo es medio una pelotudez monumental, pero bueno, los jóvenes somos así, medio pelotudos) hubiere de titularse, se titularía "Miseria y mugre" o algo por el estilo.
El caso es que, por motivos que no voy a molestarme en mencionar porque son cosas mías, personales y privadas (No sea chusma. Esepere a que salga el libro) desde hace un buen tiempo me estoy viendo forzado a vivir (bue, vivir es una manera de decir) un largo período sabático.
Claro que, como no podía ser de otra manera, esto no se desarrolla ni a palos del modo agradable, genial y/o/u disfrutable que un alto profesional del alpedismo como yo hubiera deseado (o sea, habiéndome convertido mágicamente en megamillonario, viviendo en una mansión con vista al mar en una isla privada en Bora Bora y casado con Kaley Cuoco), sino en unas condiciones que directamente rayan con lo lamentable.

Y es en relación a esta situación (el tipo te engancha los temas así de una. Que capo. Alguien debería pagarme solo por exisitir) que hoy vuelvo a sacudir el polvillo de este olvidado rincón.

Porque es bien sabido que de nada sirven las experiencias de vida y la luz de la sabiduría universal si uno no las comparte y porque, además, no se si alguna vez lo había mencionado (puede que si, puede que no. No se. Soy medio disperso y me olvido las cosas), como desde hace unos cuantos años vengo estudiando sobre metafísica y espiritualidad (si, es en serio ¿de que se ríe señor?) y he visto como han ido cayendo las piezas, todo parece indicar que ya es momento de que comience a compartir mi magnífico caudal de conocimientos con las mentes menos elevadas (o sea, ustedes).
Porque, sepanlón, las cosas pasan por algo, la reputa madre que lo parió, y lo mire como lo mire todo parece indicar que es así, la renegrida concha de la lora, y visto y considerando que actualmente mi vida material tiene menos movimiento que Riquelme en pre temporada y que hay voces en mi cabeza que me impulsan a escribir, voy a ermbarcarme en la casi imposible tarea de acercarles gratuitamente (digo "gratuitamente" pero si quieren mandar algo no se contengan. Es a voluntad. Cualquier cosa. Todo viene bien) algunos fundamentos espirituales del por qué de las cosas.
Si, si, porque los distintos somos así. O no escribimos nunca, o aparecemos de la nada y ahí nomás te escribimos para explicarte las leyes espirituales de la Creación. Es así... Es parte del misterioso encanto que nos hace especiales.
Lo que no podría asegurar en este momento es la frecuencia con la que pienso iluminarlos, porque aunque aparentemente la misión de los sabios (o sea, yo) sea la de marcar el camino de la Luz para ayudar a la elevación de las mentes medio chatas (de nuevo, ustedes), estoy seguro de que por hacer esto tampoco voy a ganar plata, así que puede que sea algo medio esporádico (soy un sabio, no la Cruz Roja), o puede que lo haga ahora porque estoy medio aburrido y después nunca mas (porque soy un sabio, pero poco constante y bastante vago. O capaz que me mato. No se).

Eso si, como esto es algo muy serio (de hecho estoy escribiendo con el ceño fruncido, para que se den una idea) antes de comenzar creo que es necesario aclarar algo fun-da-men-tal para entender la cosa, a fin de que se pueda captar el mensaje con la mente abierta y dejando absolutamente de lado todo tipo de prejuicio.
Anote: espiritualidad NO ES religión y NO ES autoayuda.
Parece, pero no. En serio. Nada que ver. Medio que por ahi se confunden por esto de la publicidad y lo que se ha intentado hacer creer durante siglos en el primer caso y durante los últimos años en el segundo, pero cuando te ponés a estudiar el tema seriamente, ves que no.
Obviamente siempre se recurrirá a mencionar a Dios, al Creador, o a la Luz, porque de alguna manera hay que referirse a "ESO" que está "ahí", pero cada uno le puede dar el sentido que mejor le calce a su entender (Igual es hora de que vayan sabiendo de una buena vez que a "ESO" le importa tres velines como lo llamen).

Aclarado este punto y para arrancar con algo no demasiado complicado, paso a relatar la reconocida pastafrola de "El hombre y la piedra". (Ah si, porque probablemente va a ser así, con historias y relatos que al final terminan con una molleja o enseñanza. Si aún así les cuesta, capaz que la próxima hago dibujitos, no se...).

(Aqui imaginen que empieza a sonar una musiquita, como para amenizar el ambiente):

Cuenta la historia que había una vez un hombre. Un tipo normal, común y corriente, como usted, o usted, o usted, o yo (bueno, yo no. Yo soy especial, pero hagamos como que si), o el vecino, o incluso aquel de allá con pinta de loquito.
Y ahi estaba este hombre, viviendo su vida lo mas piola, teniendo todo lo que supuestamente uno debe tener para ser medianamente feliz. Y el tipo, entonces, creía que era feliz.
Sin embargo llegó un día en que, casi sin darse cuenta, las cosas medio que se le empezaron a complicar. Primero algunas, de poca importancia. Luego algunas otras, un poco mas importantes. Y al final algunas ya realmente grosas.
Así, con el correr del tiempo, poco a poco, a este hombre se le empezó a ir todo al pasto y la vida se le volvió una reverenda porquería. Tanto así, que ya medio como que empezó a sentir que todo a su alrededor se le derrumbaba y que no tenía ni la sabiduría, ni los medios, ni la fuerza para recuperarse y volver a salir adelante.
Finalmente, llegó un día en que este hombre, que mientras todo le iba bien ni se molestaba en pensar en la parte no material de la existencia y básicamente todo le chupaba un huevo, ahora, asfixiado por sus problemas y preso de la angustia y la desesperación, hizo lo único que le quedaba por hacer. Elevó su vista al cielo y clamó a Dios (aqui ponga la divinidad que le plazca. Zeus, Odín, el Supremo Kaio Sama, Thor... Bueno, no. Thor no, porque las minas se van a imaginar al de la película y se pierde completamente el eje).

-¡Ayayayayay Dios mío!- grita el tipo sollozando -Ya se que nunca te di mucha bola, pero bueno, escuché por ahí que sos todo misericordia y bondad, así que si de verdad esistís y estás escuchando te ruego que me ayudes porque ya no se que hacer ¡Por favor Dios!... ¡Yo siempre fui bueno y nunca le hice mal a nadies! ¡Si verdaderamente sos todo amor y justicia, te pido un milagro que me devuelva mi felicidat!

En ese mismísimo instante suena como una especie de trueno ensordecedor. El cielo se ilumina con un increíble resplandor y de él surge una nube que comienza a descender lentamente hacia donde estaba el tipo.
Y arriba de la nube, si, venía Dios, con las manos en la cintura, lo mas pancho.
La nube aterriza, y Dios se baja dando un saltito.
El hombre mira la escena casi sin poder ceer lo que estaba viendo.

-Holis- le dice Dios -Sabés quien Soy ¿no?

-¡Gokú!- responde el tipo que era bastante peparulo y solía hacer chistes en los momentos menos apropiados.

-¡Ah bueno, si me llamás para boludearme me las tomo!- replica el Creador subiendo una pierna de nuevo en la nube y demostrando que en el fondo tiene pocas pulgas.

-¡¡No, no, pará, perdón, perdón, son los nervios!! ¡¡No me dejes Oh Señor!!- grita el hombre cayendo de rodillas y ya medio sobreactuando un poco.

-Bue- le dice Dios mientras se vuelve -Me llamaste y acá estoy ¿En que te ayudo máquina?

El hombre se quiebra y empieza a llorar desconsolado y casi a los gritos.

-¡Mi vida Dios... toda mi vida se fue al tacho! ¡Estoy mal! ¡No se que hacer! ¡Te suplico que me obres un milagro para sacarme de esta situación horrible porque ya no aguanto mas! ¡Por favor ayudame! Si me ayudás, yo te prometo que...

-Nononononono- interrumpe Dios haciendo un gestito con la mano -No hace falta que me prometas nada capo. Yo te amo, y quiero darte todo lo que desees para que seas plenamente feliz, porque para eso me tomé el laburito de crearte a vos y a todo este Universo. Además te pregunté para quedar bien nomás. Yo ya Sé todo lo que te pasa. Por algo Yo soy Yo.

-Uy ¿En serio? -dice el tipo secándose los mocos con la manga -¡Buenísimo! ¡Gracias Señor! ¡Mil grac...

-Peeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeero- vuelve a interrumpir el Master of the Universe revoleando un poco los ojos -comprenderás que no puedo dártelo todo sin que al menos hagas algo para ganártelo ¿nocierto? Así que te voy a tener que pedir que hagas una cosita para mi. Es una pavadita. Un detallecito. Algo como para que no quede como que todo te viene de arriba y demás ¿Estamos de acuerdo?

-¡Estamos de acuerdooo!- grita el tipo, mientras se dan la mano con Dios y brindan con fernet.

En ese momento Dios se da media vuelta, aplaude un par de veces y, de la nada, hace aparecer una piedra. Hermosa la piedra. Perfectamente esférica. Y mas o menos del tamaño de un departamento. De tres ambientes. Con cochera y dependencias.

-Bueno- dice Dios mirando al tipo -Yo ahora me voy a ir un toque porque tengo que hacer unas cosas por ahi. Lo único que te pido es que empujes esta piedra hasta que vuelva ¿Dale?

-P-p-pero Señor -dice el hombre mirando la gigantesca piedra -No creo que pueda. Debe pesar como diez toneladas. ¿Como voy a...

-Ese es el trato. Lo único que quiero es que empujes la piedra y Yo, cuando vuelvo, te obro el milagro que quieras -repite Dios mientras se sube en la nube de un salto.

-Pero Padre Celestial, no entiendo... Para que...

-Escuchame titán, tenés que empujar la piedra -vuelve a decir Dios señalándosela con un ligero movimiento de mentón -Es lo ÚNICO que quiero que hagas.

-Pero, es imposib...

-Tenés que empujar la piedra, nada mas... -sigue repitiendo el Creador mientras se empieza a alejar despacito.

-¡¡Pero esperá Dios!! ¡¡¿Cómo?!! ¡¡¿Por qué?!! ¡¡No es justo!! -grita el tipo mientras lo corre medio al trote y haciendo ademanes ya medio entre caliente y desesperado.

-¡Empujar la piedraaa! -replica Dios mientras desaparece velozmente en la infinitud del cielo.

Y el hombre se queda entonces ahi, pasmado, en silencio y solo.

Se vuelve hacia el el gigantesco objeto.
Lo mira con un sentimiento que mezcla impotencia y rabia, durante algunos minutos.
Mira al cielo, intentando entender.
Se acerca y comienza a caminar muy despacio alrededor de la piedra, observándola desde todos los ángulos, pasando su mano sobre esa fría, maciza y exquisitamente pulida superficie, mientras en su mente repasa una y otra y otra vez el inexplicable pedido que Dios le había hecho.
Pero por mucho que lo piensa, no halla respuestas.
El hombre siente, íntimamente, que todo no es mas que una burla cruel. Tan cruel e injusta como el hecho de que su vida se haya desmoronado de repente, sin haber hecho nada para merecerlo.
Sin embargo presiente que debe haber algo detrás de todo lo que acaba de suceder. Que algo debe haber que no está viendo.
Después de todo, hasta hace poco apenas si creía en la existencia de Dios, y recién se le acaba de presentar, en vivo y en directo.
Y es en ese instante, entonces, que el hombre tiene una epifanía.
Se da cuenta de que si Dios le pidió una tarea, por mas difícil que parezca, debe ser porque, en el fondo, Él sabe que tiene la capacidad de llevarla a cabo (Sino sería bastante garca de parte de la Divinidad, y como que no da).

-¡Pero claro!¡Si Dios me dijo que haga eso, será porque también me dió el poder para hacerlo! ¡Faaaaaaaaaaaa! ¡Debo tener la fuerza del increíble Hulk! -exclama entonces el hombre, hablandose solo como los locos.

Y con ese pensamiento en su mente se llena entonces de optimismo, saca pecho, se frota las manos, esboza una ligera sonrisita de confianza, se arremanga, toma aire, y apoyando ambas manos sobre la piedra la empuja con todas sus fuerzas.

La piedra no se mueve ni un miserable milímetro.

-No importa, no importa -se dice el hombre -Debe ser la falta de práctica. Yo puedo. Yo puedo. No pasa nada. Esto es una papa ¡Vamos carajo! ¡Viva Perón!

Respira hondo un par de veces. Mira fijo la piedra poniendo cara de héroe de película. Se da ánimos. Vuelve a tomar aire. Se afirma bien. Toma un pequeño envión y vuelve a empujar.

Nada.

-¡Pero la puta madre! -dice el tipo poniéndose las manos en la cintura y ya respirando bastante agitado -¿Como puede ser? Algo debo estar haciendo mal.

Toma impulso y lo vuelve a intentar.

Nada.

Intenta otra vez.

Otra vez, no pasa nada.

El optimismo de hace un momento se le empieza a desvanecer rápidamente, reemplazado por una incómoda sensación de impaciencia.

El hombre persiste y vuelve a empujar con todas sus fuerzas. Aprieta los dientes. Gruñe. Se queja. Sigue empujando. Transpira. Se pone colorado. Empuja mas. Se le inflan las venas del cuello. Sigue empujando. Le sube la presión. Se le escapa un gas. Le lloran los ojos.

La piedra se le caga de risa. Inamovible.

Finalmente, luego de algo mas de media hora de infructuosos intentos, dando un desgarrador grito de desesperación el hombre, agotado, se rinde.

Se aleja unos pocos pasos, se sienta en el suelo mirando la piedra, y comienza a llorar desconsolado.

En eso escucha un estampido.
Levanta la vista y lo ve llegar a Dios en su nube, comiéndose un cuarto de helado.
La nube aterriza y Dios vuelve a bajar dando un gracioso saltito. Se acerca. Lo mira al tipo. Mira la piedra. Lo mira al tipo de nuevo.

-¿Y? -pregunta Dios arqueando las cejas.

-¡¡¿Cómo "y"?!! ¡¿Y que?! -grita el hombre poniéndose de pie de golpe, lleno de ira, con los ojos rojos y los mocos colgando -¡¡Te pedí ayuda y a cambio me pedíste que haga algo imposible!! ¡¡No es justo!! ¡No puedo mover esa piedra! ¡Y vos lo sabés bien! ¡¡Garca!!
 

-Por supuesto que lo se -responde Dios en tono re calmado y mientras se manda una cucharadita de helado -Por eso lo único que Yo te dije que tenías que hacer era empujar la piedra hasta que volviera. Nunca te pedí que la movieras, ni pretendía que lo hicieras.

-¿What?
-dice el tipo, poniendo cara de comedia americana.

-Sep -
continúa el Señor -Yo dije "empujar", no "mover". Vos Me escuchaste, lo interpretaste como quisiste y por eso no pudiste hacerlo, a pesar de que era algo muy simple. Lo creíste imposible desde el principio y así te diste por vencido incluso antes de empezar siquiera a intentarlo.

El hombre se queda con la boca abierta, como intentando decir algo, pero no le sale la voz.

-Y, dicho sea de paso
-prosigue el Creador sin dejar de saborear su helado -¿Cómo se te ocurre que Yo, que Soy LO copado, podría pedirte algo que sé bien que no ibas a poder hacer? Casi que debería sentirme ofendido del pobre conceCto que tenés de Mí. Me extraña araña...

-Pero Señor...

-Tenías que empujar la piedra, nada mas... -le vuelve a repetir el Creador, mientras raspa el fondo el potecito con la cucharita.

-Pe-pero...

-Era empujar la piedra...

-Pero ¿para que? ... ¡No tiene sentido!

-¿Y? -
responde Dios mientras pasa la mano sobre el pote de helado vacío y lo hace aparecer lleno de nuevo, pero con otro gusto -Yo creé este Universo bajo las perfectas e inapelables leyes de causa y efecto. Por lo tanto, todo, absolutamente todo lo que recibís, ya sea que hoy lo consideres bueno o malo, no es otra cosa que la consecuencia de tus actos, en esta encarnación o en las anteriores y es parte de tu aprendizaje. Aún así, vos hoy Me llamaste para pedirme que Yo te solucione todos tus problemas haciendo un milagro. Para Mi eso no tiene mucho sentido. Sin embargo acepté, y solo te pedí a cambio algo muy simple ¿Por qué Mi pedido debería tener sentido para vos? Vos Me pediste algo que Yo podría hacer y Yo te pedí algo que vos podías hacer, nada mas... Yo creo que estuve bien... Ojo, para Mi eh, para Mi...

-Si, perooo...

-Era EMPUJAR la piedra... -
dice Dios haciendo un gestito con la cara y encogiéndose ligeramente de hombros como diciendo "Y bue, que le vas a hacer..." mientras se da media vuelta, se sube a la nube y comienza a elevarse lentamente.

-P-p-p-pero Dios... Esperá.. no...

-Empujar la piedra era...
-reitera el Padre Universal ya poniéndose medio pesadito.

-¡Pero... por favor... dame otra oportunidad! ¡Otra oportuni-dad! ¡Otra oportuni-dad!
-empieza a gritar el hombre haciendo palmas.

-¡Empujar la piedra; no moverla!... -
grita Dios mientras mete segunda y se aleja.

Y el hombre se queda entonces una vez mas ahí, solo, perplejo, mirando al cielo, pero aceptando esta vez en su corazón que Dios, para variar, se la había hecho bien y el error había sido suyo.

En ese momento la nube voladora de Dios pega una violenta vuelta en U y comienza a acercarse nuevamente.
El hombre se regocija pensando que el Creador, en su infinita misericordia, volvía para darle otra oportunidad sabiendo que la lección había sido aprendida. Sus ojos brillan de alegría y vuelve a sonreir.

La nube pasa volando bajito y desde arriba nomás Dios le grita "¡Era empujar la piedra capo!", le hace "chau" con la mano y sigue de largo.


Y así termina esta historia.

Parece una boludez, pero si se la medita en profundidad, encierra varias enseñanzas.

Una de ellas es que si se preguntara a cada uno que es lo que le quedó como conclusión, probablemente responderían cosas distintas, y eso les daría una pauta bastante clara acerca de la relación que tienen en este momento con la parte no material de su existencia (eeepaaaaa ¿la tenías a esa? no lo habías pensado ¿eh piscuí?...).
Claro que, seguramente, también habrá alguno que en este momento estará indignado, con espuma brotándole de las comisuras de los labios, mientras grita frente al monitor que esto es una reverenda porquería escrita como el ojete, y que por qué no me dejo de robar y me pongo a laburar, pero bueno, hay gente para todo.

Sin embargo, básicamente, lo que en realidad intenta mostrar el cuento es la forma equivocada que generalmente tiene el hombre de interpretar lo que supuestamente el Universo (vamos a ponerlo así) pretende de él.
Porque, lo crea o no, y le guste o no, parece que si estamos acá, ahora, es con un propósito. Y parte importante del mismo es, justamente, poder reconocerlo para poder entenderlo.
Y no solo eso, sino que también, además (y guarda, agárrese porque le voy a decir algo que por ahí lo impresiona un poco y se pone nervioso) el Universo constantemente le está hablando para marcarle el camino a seguir, de acuerdo con ese propósito.
Obviamente que no lo va a hacer tan clara y evidentemente como en la historia, pero que lo hace, lo hace. Y como es EL Universo, cuando quiere decir algo puede usar absolutamente todo lo que existe de la manera en que se le cante para hacerlo (si, hay que decirlo, es bastante rebuscado para charlar. Pero tiene sus motivos, como veremos mas adelante, si se me da la gana). 
El problema radica, obviamente, en que esta forma de "comunicarse" no está destinada a ser fácilmente aceptada y mucho menos comprendida por nuestra parte racional y/o/u intelectual, ya que la lógica y el intelecto son simplemente las herramientas con las que disponemos para transitar en este plano físico, y de poco sirven para tratar de comprender el "idioma" de los planos superiores.
Lo que esto ocasiona es que, por lo general, el mensaje no se escuche, o que se lo escuche pero no se lo entienda (o lo se entienda muy muy mal) o, lisa y llanamente, capaz que se lo escucha y hasta se lo puede llegar a comprender pero uno prefiere hacerse el boludo porque le queda mas cómodo.
La realidad es que para poder entender verdaderamente lo que hay que entender, el primer paso fundamental que debe darse es estar dispuesto y abierto a entenderlo. Sino se complica.
Y por supuesto, eso lleva tiempo (bastante, si uno es medio durito) y, encima, no es algo tan fácil de lograr.
Por este motivo, y muchos otros que serán explicados en otro momento (si se me canta, obvio) es que a lo largo de la historia y aún hasta el día de hoy, a pesar de que el mensaje y el propósito úiltimo del Universo siempre fue uno solo (que básicamente dice que nos dejemos de joder y que entendamos de una puta vez que somos todos parte de lo mismo en distintos envases. Algunos mas lindos que otros, como sería mi caso, por ejemplo), la pobre y limitada interpretación que el hombre ha hecho de esto, sumado a que inevitablemente todo lo pasa por el poco confiable filtro del ego para acomodarlo mas o menos a su conveniencia, ha dado como resultado un mundo sumergido en caos, dolor y sufrimiento, que sigue eligiendo aferrarse a la creencia de que la única realidad es la del mundo de los sentidos y negándose, por puro egoísmo, a transitar el camino de la elevación espiritual que, en última instancia y aunque cueste mucho creerlo, resulta ser el mas simple.
Y asi anda entonces la humanidad, interpretando a Dios, al Universo o a la Luz como se le canta y haciendo difícil al cuete algo que, en realidad, no lo es; y quejándose después porque todo es injusto y nada tiene sentido, sin detenerse por un segundo a pensar en que, quizás, todo lo que ocurre es simplemente el efecto la propia incapacidad de aceptar que ahi nomás, nada mas estando dispuestos a mantener plena certeza en la perfección del sistema y aguantándose la irresistible tentación de meter la cuchara en todo, lograríamos alcanzar en un segundo ese nivel mas elevado de existencia que acabaría de una buena vez con todos los quilombos del mundo.

Obviamente el tema es mucho mas profundo y da para mucho mas, pero por ahora lo dejamos acá, sino se hace demasiado largo y enredado y por ahí los abrumo con tanta sabiduría junta de golpe y les da un soponcio.

Para finalizar, les dejo dos puntos para que reflexionen en silencio:

Uno: ¿Es todo esto que escribí en realidad fruto de estudios que en serio he realizado, o estuve mandando fruta a lo pavote y los tuve leyendo un montón de palabrerío vacío que acabo de inventar como consecuencia de haber ingerido una medicación experimental que me provoca unas alucinaciones buenísimas?

Y dos (y esto es lo mas importante): Si está leyendo esto; si llegó hasta acá incluso luego de haberse respondido la pregunta anterior y haber llegado a la conclusión de que soy un ladri importante ¿No será que hay una parte suya que, inconscientemente, está buscando respuestas tan desesperadamente que hasta es capaz de creer que puede encontrarlas en este sitio? ¿Eh? (Eeeeepaaaalalala... Eso tampoco lo habías pensado pichi. Bueno, ahora que lo sabés, pensalo, y fijate que hacés con eso. Yo te abro la puerta, vos tenés que atravesarla).


Adeus (desaparezco levitando en una nube de humo y misterio).   
 







  
(Vuelvo a aprecer de repente como en una pequeña explosión de estrellitas)

P:D.: Si tienen dudas, o si hay algún tema trascendental sobre el que necesiten ser iluminados, pregunten con confianza que será un placer responder o desarrollar en futuras entregas (si se da la sagrada condición de que se me canten las pelotas, se entiende).

(Vuelvo a desaparecer como en un refucilo) 


(Si, tengo muchas formas de desaparecer).


sábado, 26 de abril de 2014

Esto es un anuncio

Me vendí al sistema.

Si, disculpe que se lo escupa asi en la cara sin una advertencia previa y no le diera tiempo a esquivarlo, pero bueno, comprenda que este no es un momento fácil para mi. Y que no tengo muchos modales.

Estoy aqui reconociendo que mis principios han caído. Que he sucumbido a la tentación y me he entregado al lujurioso canto de sirena de las masas.
Heme aqui asumiendo que en esta secreta lucha silenciosa y solitaria que había emprendido, termino siendo derrotado por mi propia debilidad.

Si tuviera vergüenza, estaría avergonzado.

He pecado, y el Infierno hoy abre sus puertas y reserva su mas oscuro rincón, aguardando mi llegada.

Yo, que desde el principio me negué a toda esta moda infame y vacía que llaman "redes sociales", y que permanecí aqui, en este mismo sitio, como un solitario (literalmente... ya no viene ni el loro) guardián, estoico y orgulloso, dispuesto a dar su vida por mantener viva la sagrada existencia de este maravilloso medio llamado "blog" (o "weblog" si es medio clásico) dándole la espalda a todo lo demás, he caído, miserablemente...

Y hoy aqui debo confesarlo...

Me abrí una cuenta en Twitter. (Aqui suena una música tétrica y cubro mi rostro con las manos).

Es horrible. Lo se. Y créanme que si no estuviera tan pero tan acostumbrado a fracasar en cada pequeña cosa que hago, hoy estaría devastado.
   
Debo decir también que esto no fue una decisión fácil y tomada a la ligera (yo no hago nada ligero, abolutamente nada. Soy bastante pancho) pero hubo ciertas circunstancias atenuantes y razones de peso que me motivaron a hacerlo, y aunque sé que no es excusa para mi caída, creo que deben ser conocidas:

En primer lugar, estaba aburrido, y cuando me aburro soy asi re loco y me mando a hacer cosas peligrosas sin medir las consecuencias (De hecho recuerdo una vez que eran como las cinco de la tarde ponele, y estaba aburrido y me dio hambre y ahí nomás agarré y me hice una milanesa ¡A las cinco de la tarde! Los vecinos no llamaron a la policía porque me conocen que sino...).

La segunda razón es algo un poco íntimo pero bueno, ya estoy jugado: siento que en este último tiempo es como que estuve perdiendo maldad, y necesito recuperarla.
O sea, los que me conocen saben que soy un amor de tipo, un sol de persona, un maremoto de facha y super humilde, pero también existía en mi una cierta cuota de malicia y unos adorables deseos de salir a matar gente por la calle que afloraban de tanto en tanto hacíendo las delicias de grandes y chicos; y esto, últimamente, me está faltando. Y tengo miedo de que haya desaparecido por completo.
Por eso, debido a que hoy mi vida es un enorme, ocuro y profundo vacío que casi no me brinda material para destilar veneno por acá, me veo forzado a claudicar en busca de un medio de expresión mas dinámico y variado, a fin de ver si así puedo reentrenar mi hoy adormecida habilidad de odiar a todo el mundo y recuperar aunque sea un poco de mi oscuridad (sino es afano. No puedo ser tan copado).

Así que bueno, así está la cosa.

Si quiere saber que genialidad expresada en forma de una pelotudez monumental estoy pensando, o que locura llena de vértigo y adrenalina estoy por hacer (por ejemplo, tirarme a dormir en el sofá. O pedir algo para comer al delivery. Mi vida es un remolino. Por favor si es impresionable no me lea. No me hago responsable).
Si quiere verme rebajarme a niveles casi infrahumanos intercambiando insultos con los mas diversos personajes.
Si quiere enterarse de como le tiro los perros a cuanto gato conocido o señorita desconocida y apetecible se cruce, solo para ser ser rechazado asquerosamente.
Si piensa que su vida es miserable y necesita ver que en comparación con la mía, está viviendo en el Edén.
O si simplemente si está muy pero muy al pedo como yo... sígame en Twitter (No puedo creer que esté diciendo esto. Nunca pensé que llegaría el día. Oh el horror...).

Eso si, me veo en la responsabilidad de aclarar algunas cosas, a fin de evitar posibles malos entendidos:

1) No estoy tooodo el día metido en la red. Entro cuando estoy en la computadora en mi hogar, o con el teléfono cuando puedo... eehhmm... ejem... cof cof... colgarme de alguna wi fi (porque NO pienso pagarle un plan mas caro a mi compañía de celular. No importa cuantas veces llamen. Soy pobre. No insistan).
De hecho había encontrado una pero para acceder a ella me tenía que desplazar hasta la cochera.
A veces (no se por que. Capaz que por el viento. No entiendo mucho como funcionan estas cosas) podía engancharla si me paraba un rato en el rincón detrás de la puerta de entrada a mi depto, pero no es muy cómodo, no siempre funciona, y me canso.
Y ya se lo que están pensando, pero no. Yo no estoy robando nada. Técnicamente esa señal de wi fi está invadiendo mi hogar, que es propiedad privada, y todo lo que cruza la puerta está en mi territorio y es mío. Además el wi fi se rige por esa antigua regla universal que reza "Toco el aire, a vos no te toco", porque está ahi en el aire. Y el aire es público. 

2) Todavía no entiendo del todo como funciona la cosa esa de Twitter. No conozco las reglas de convivencia ni de cortesía. No se si cuando alguno te menciona es obligatorio reponderle (incluso si te mencionan junto con otros veinticinco), darle las gracias, mandarle una tarjeta o invitarlo a mi cumpleaños; no se que es marcar como "Favorito"; no se si hay que seguir a todos los que te siguen; no se si cuando intercambiás mensajes con alguien sale para todo el mundo o no y demás. O sea, básicamente, no se nada.
Voy viendo (Y mientras voy viendo es altamente probable que en algún momento me mande alguna cagada, así que desde ya sorry).

3) Debido al punto 1, probablemente en ocasiones mis tuits (oh Dios, sigo diciendo esto ¡Oh la humanidad!) sean algo extemporáneos.
Por ejemplo, ponele que un día a eso de las tres y media de la madrugada, como suele pasar, estoy acostado con insomnio repasando mentalmente el estado de mi vida en general, me agarran ganas de pegarme un corchazo y quiero, como aparentemente ahora todo el mundo hace, dejar unas últimas palabras en Twitter. Algo así medio críptico como para que después todos lean y hagan conjeturas acerca de lo mal que estaba y que se yo. Algo asi como "Mi vida es un asco. No aguanto mas. Ya mismo me suicido hasta morir". 
Bueno, como a esa hora no me voy a levantar a prender la computadora, ni a pararme atrás de la puerta, y mucho menos me voy a ir hasta la cochera, no lo podría escribir, mínimo, hasta el otro día, y es como que la cosa pierde punch. Además después se me pasa, o me entretengo con otra cosa y me olvido.
También escribir "Ay este insocnio que no me deja en paz. Son las cuatro y no puedo dormir" y tuitearlo a las dos de la tarde, como que queda poco espontáneo.
Por el mismo motivo, además, puede que también suceda que alguna vez alguien piense que como me manda un mensaje y no le respondo soy un asqueroso antipático y antisocial, lo cual es cierto, pero no viene al caso. Es por el punto 1. 

Así que bueno, con todo esto aclarado, si quiere me encuentra como @Sr_Renegado y comprueba que allá soy igual de decepcionante que acá.
Si no quiere, no importa, tiene todo el derecho de elegir y no pierde nada.

(¿Ven que bueno que estoy? Es un asco)

Para finalizar y demostrar que hace tiempo sabía tanto acerca de Twitter como ahora, les dejo algo que escribi hace mucho. Aqui


Listo. Está hecho. Hasta chau.